Suk se quedo con la vista al frente, la forma en que la miraba, le provocaba escalofríos, como le sonreía hacia que las piernas le flaqueran, sabía que era un hombre al que merecía la pena amar, y por más que lo intentase, ella no podía dejar de amarlo. Así paso el día,con Jin trabajando con Jungkook y Tae, así que cuando se dio su hora de salida solo se retiro.
Al día siguiente cuando llego Jin la estaba esperando para hablar con ella pero igual que el día anterior no pudieron, así que decidió esperar al final del día cuando ya la mayoría se hubiera marchado. Quince minutos antes de las seis la llamó. Ella entró con un documento y se lo extendió, pero Jin la sujeto de la mano.
-Suk, tenemos que hablar - le dijo, porque se había dado cuenta que ella lo estaba evitando.
-Yo creo que no, ya me dijiste todo lo que tenías que decir la última noche que hablamos en tu casa y ayer yo te confirmé que lo había entendido-
-Tenemos que hablar de la razón por la que te has quedado en Seúl -
-Me he quedado porque quería Jin-
-¿Y porqué querías? -
Suk lo miro confundida.
-¿Te has quedado porque querías tu antiguo puesto de trabajo? -
-Si, sabes que me gusta mi trabajo.
-¿Y esa ha sido razón suficiente, para cambiar tus planes? -
-Además del aumento de sueldo y la oferta de pagarme un doctorado - contestó ella enfadada - ¿Por qué no me dices a donde quieres llegar? -
-Espero que no te hayas quedado por mi -
Suk se quedo boquiabierta. - No te preocupes no me voy a quedar anclada.-
-Hablo en serio -
-Yo también - respondió ella tranquilamente - No te preocupes por mi, estaré bien y no voy a quedarme sentada esperandote. -
-No quiero que me esperes en absoluto -
A pesar de que Jin ya había admitido lo mucho que le gustaba y lo lindo que sería tener una relación con ella, simplemente tenía miedo.
-¿Cómo? - pregunto Suk
-Suk, no quiero que me esperes, no quiero estar enamorado, no quiero casarme. No quiero ninguna de las cosas que estoy seguro que tú si quieres -.
-¿No las quieres, o tienes miedo de volver a sufrir? -
-Suk, lo que quiero decir es que me gustas lo suficiente como para no dejar que mal gastes tu vida esperándome, yo estoy acostumbrado a estar solo -.
-Yo decido que hacer y que no hacer con mi vida, y no te estoy esperando. -
-Espero que hables en serio - dijo el muy tranquilamente, pero sus palabras tuvieron un efecto inesperado, Suk reaccionó como si la hubiese abofeteado.
-No eres exactamente una panacea de oro Jin - dijo levantándose furiosa de la silla - Gracias por comportarte como un idiota, porque acabas de facilitarme la vida.
Salió apresuradamente de la oficina Jin se dijo que no le había hecho daño, la puso furiosa lo cual era bueno, así no dudaría en separar sus vidas personales, suspiro y se dispuso a trabajar de nuevo, trato de ignorar el dolor que sentía en el corazón, llevaba sintiendolo muchos años y sabía como manejarlo.