XXXVIII.

Encuentro a Romina en el suelo, inmediatamente corro hacía ella y la ayudo a levantarse, -Romi ¿Estás bien? ¿Te has hecho daño?, le pregunto exaltada.

Ella solo me mira y sonríe y me comenta, -Tranquila Kiara estoy bien, sólo quería ver mí reflejó en el espejo y bueno...

Comienza a llorar, y eso me parte el corazón y yo sólo la abrazó y con un poco de dificultad la sacó del baño y ella entre sollozos me dice, -Me he vuelto una carga, ¿Verdad?.

-Romi, cariño claro que no, ya hemos hablado de esto, sólo es una etapa estarás bien en poco tiempo, ya no hables así prometelo, le digo con pesar.

-Vale, lo prometo, me responde.

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Antes de llegar a la cama para qué Romina pueda recostarse, se desmaya en mis brazos, yo no sé qué debo hacer, así qué con toda la fuerza qué tengo la llevo a la cama y la dejo ahí, y salgo de la habitación y grito, -¡¡Un médico por favor!!.

Y regreso con Romina le acarició su cabeza y le susurró, -No te dejaré, estarás bien. Entran sus padres muy asustados y la madre de Romina le habla llorando, -Mi pequeña aquí estamos, se fuerte.

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El médico entra rápidamente, y tras el una enfermera, comienzan a revisar a Romina, y yo sólo sigo ahí estática apreciando aquella terrible escena, cuándo reaccionó Romina esta teniendo convulsiones, su madre comienza a llorar más fuerte, su esposo la saca de la habitación y yo sólo observo, la enfermera se percata de mi presencia y me pide salir de la habitación, yo sólo asiento y salgo de la habitación y una vez afuera el médico dice, -Enfermera desfribiladores, por favor, la perdemos.

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Yo sólo sigo en el pasillo del hospital estática y la enfermera se acerca y cierra la puerta y yo ya no puedo ver nada más.

Salgo del hospital y me dirijo al jardín del hospital, busco el lugar más apartado y comienzo a llorar, el tiempo pasa y en mí mente solo esta aquella imágen de Romina, de mí hermana mueriendo, no quiero pensar lo peor, se qué ella estará bien, lo sé, y así sigo llorando y pierdo la noción del tiempo.

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Una mano se posa en mí hombro y al levantar la vista es Ariadna, me sonríe y me comenta, -Nuestros padres te estaban buscando, quieren estar contigo no los apartes, somos tú familia Kiara, por favor.

Yo sólo asiento con la cabeza y me acerco a mí hermana y la abrazo tan fuerte cómo puedo, necesito sentir seguridad, amor y esa inmensa necesidad de saber qué todo estará bien, así permanecemos un tiempo, hasta qué nos separamos y nos dirijimos a la sala de espera del hospital, ahí se encuentran mis padres y los de Romina, cuando nos acercamos todos me dicen qué todo está bien, yo no puedo pronunciar nada, ellos siguen hablando pero yo no puedo sacar la imagen de Romina muriendo.

Me alejo y tomo asiento, la madre de Romina llega donde me encuentro y me dice, -Kiara ¿Estás bien?. Yo solo la observo sin expresión alguna, ella se acerca y sienta a mí lado y yo le comento, -Romina se desamyo en mis barzos y yo no pude hacer nada.... Comienzo a llorar ella me acerca a su pecho y me abraza y acaricia mi cabello y al paracer ella también comienza a sollozar, mientras me acaricia me dice, -Mi niña ya esta estable, pero está en un coma inducido, lo hicieron para qué no sienta tanto dolor.

Esas palaras cayeron sobre mí como un balde de agua helada, yo la miro desconsertada y le espeto molesta, -¡¡¿Qué carajos les sucede a todos?!! La están matando en vida, y comienzo a llorar amargamente, la madre de Romina se acerca a mí y me dice, -Kiara, nos duele a todos a mí tambien, es mí hija, pero es por su bien, permancerea así un mes, en lo que sus huesos recuperan la suficiente fuerza para despertar.

La miro y en ese instante llega mí familia, y mi madre se acerca y me abraza, -Hija todo estará bien, ya verás estamos contigo, me dice tiernamente. Toda mi familia me abraza y la madre de Romina se aleja pero antes de que se aleje más le digo, -Perdoneme por todo lo qué he hecho, por favor.

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Ella se acerca a nosotros, me sonrie, posa su mano en mi mejilla y la acaricia lentamente, -Kiara todos te perdonamos hace mucho, haslo tú misma, perdonate, todos te amamos, y Kiara te has ganado mi cariño, vamos a estar bien, puedes venir cuándo quieras, ahora ve a casa y te veo mañana ¿Okey?, me dice un poco triste.

-Gracias, y aquí estaré todos los días, y la abrazo y ella corresponde mi abrazo y me susurra, -Ve con tú familia y apoyate en ellos, me da un beso en mí frente y se va con su familia y entran en la habitación de Romina.

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Más tarde...

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