XXXXVII. (Final parte 1).

Abro mis ojos repentinamente, y Romina ya no acaricia mi cabello, supongo qué se ha quedado dormida, las luces siguen apagadas, ya no siento su respiración tranquila, me levanto lentamente, cierro mis ojos fuertemente para acostumbrarlos a la oscuridad, cuándo logro ver algo, mí sonrisa qué tenía por pensar en ella durmiendo, se esfuma rápidamente, pues lo qué veo me congela en el tiempo, y de un momento a otro es cómo si viera mí vida pasar lentamente.

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-Romi, amiga ¿Me oyes?, le digo con desesperación y moviendo su cuerpo.

-Romina, no juegues así conmigo Romina, le digo moviendola más bruscamente y con voz desesperada.

Pero ella no reacciona, y yo sólo puedo imaginar lo peor y al observar el aparato qué marca sus latidos veo lo que me temía, la línea es completamente recta, yo sólo cierro mis ojos y me acerco a ella, le depositó un beso en su frente y le susurro, -¿Porqué me dejaste?.

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Siento mis ojos arder, en ese instante entra la enfermera sonriente y al verme en silencio se percata de lo qué sucedio, sale de la habitación supongo qué fue a llamar al médico, después de aquí todo pasa muy rápido. Entra el médico con sus enfermeras, me piden alejarme y yo lo hago, intententan reanimarla pero yo sé qué eso ya es imposible, llega su familia y al verla todos se desbordan en llanto incluso su hermana pequeña, me da tristeza aquella escena y yo sólo puedo quedarme aquí estaticamente, los observo y aún no me permito llorar, el médico me saca de mis pensamientos, y lo próximo que dijo me cayo cómo un balde de agua fría,  -Lo siento señores, Romina ha fallecido.

Todos lloran un poco más intenso y más su madre, y la entiendo acaba de perder a un lindo angel, y esas palabras me calaron en el alma, todo lo comienzo a escuchar más distante, y borroso, y lo último qué siento es mí cabeza golpear el suelo y todo se vuelve oscuro....

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-¿Kiara estás bien?, me pregunta mi madre.

Yo comienzo a reaccionar lentamente, y me encuentro recostada en un sofa en el hospital, y todas las imagenes de lo qué sucede llegan a mí como un golpe dandome un pequeño dolor en la cabeza, -Si estoy bien mamá, le respondo secamente.

-Hija, ya sabemos que Romina esta..

-¡Basta madre!, le espeto molesta, -No digas nada, por favor entiendeme ¿Sí?, sólo dame tiempo, le pido más calmada.

Ella asiente con mirada triste, me da un beso en mí frente y me dice, -Somos tú familia y cuentas con nosotros, se levanta del sillón y me deja sola con mis pensamientos.

Y yo por más qué quiero llorar no puedo, es como si no tuviera lágrimas disponibles, pero mí corazón duele y quema, pero eso no es suficiente para hacerme llorar, lentamente comienzo a recordar cuándo conocí a Romina, todo lo qué hicimos, nuestras alegrias, tristezas, y peleas, y como si fuera una cinta de película las imagenes vienen a mi.

Perdí la noción del tiempo, ya me encuentro en mí casa, cuándo logro reaccionar recuerdo qué nos fuimos del hospital, dando el pesame a la familia de Romina, prometiendo volver a verlos en el funeral, yo abraze a la madre de Romina, y solo me susurro, -Tranquila Kiara, mi niña está en un lugar mejor, y yo solo le sonríe forzosamente.

Después volvimos a casa, mi família comió pero yo no probé bocado alguno, y ahora me encuentro en el marco de la puerta de mí habitación, trato de no recordar para que no duela, y por más que me esfuerzo no puedo llorar, al levantar la vista, observó el retrato de Romina y mío, ahí esta mi pequeña Romi, alegre y bella con esos hermosos ojos verdosos qué tenía, llego hasta la foto y la tomo entre mis brazos, y caigo lentamente hasta el suelo, sólo abrazo fuertemente este pedazo de madera, qué es simple, pero para mí, tiene un momento de alegría y belleza congelado, y así cierro mis ojos lentamente y perdiéndome la noción del tiempo, dejo de sentir dolor por un momento.....