Mi Hogar

Capítulo 9: Viaje

Conforme avanzábamos el cielo comenzó a cerrarse por nubes de gran anchura y oscuridad y de estas una leve brisa comenzaba a caer, no estaba lloviendo fuerte, era realmente muy poco pero aun con esto todo el paisaje podía mirarse como brillaba a causa del reflejo de la poca luz solar que lograba atravesar las nubes. En realidad no sabíamos para donde debíamos ir, solamente avanzamos en línea recta esperando que nuestro avanzar nos llevara a algún sitio, no éramos el trio más común… Un elfo con una espada de hielo y dos aves con capacidad del habla, esto haría cuestionarse a cualquiera sobre si están cuerdos o si no lo están.

Llevábamos caminando un buen rato y aquella tenue lluvia no parecía dar señales de que pararía pronto.

  • ¡Hombre te vas a enfermar! – Grito una voz a nuestras espaldas.
  • … - Gire la cabeza y una carreta un poco descuidada jalada por un pequeño caballo vagamente delgado pero de porte elegante, se acercaba a nosotros. - ¿Disculpa? – Dije en un tono poco fuerte pues estaba ligeramente lejos aquella carrera.
  • ¡Te vas a enfermar! – Repitió un sujeto sobre la carreta que vestía unos ropajes muy rotos y sucios, en su mirada se veía una felicidad extrema y su misma voz denotaba que era una persona amable a pesar de que por la apariencia parecía tener dificultades. - ¡Anda sube!
  • Gracias… - Respondí secamente pues no esperaba que alguien estuviera cerca de este sitio… mucho menos un enano.
  • Debes de ser una buena persona. – Afirmo el hombre sin dejar de mirar hacia delante, al estar nosotros sentados en la parte de atrás de la carreta la cual llevaba varios pedazos de metal como carga.
  • ¿Por qué piensas eso? – Le cuestioné.
  • Veo que llevas a dos carpinteros sobre tu hombro, y esas pequeñas criaturas jamás se acercarían a un ser que tenga al menos un 5% de parentesco con un humano.
  • Debes estar ciego. – Le gritó “amablemente” Aka. - ¡Este tipo es un elfo!, ¡No es un humano!

En cuanto escucho hablar al carpintero el sujeto dio un salto fuera de la carreta y cayo completamente de cara en el suelo arrastrándose unos centímetros por la fuerza, el caballo detuvo su andar y giro su cabeza mirando a aquel enano, y este simplemente giro la cabeza demostrando un asombro enorme.

  • Se supone que no hablamos… - Dijo Rojo con un tono de decepción hacia Aka. – Le ruego disculpe los modales de mi gordinflón amigo. – Prosiguió Rojo. – Déjeme le explico brevemente la razón de que sea capaz de escucharnos, usted ha sido embrujado.
  • ¡Calla! – Le grité a Rojo, supongo que quiso darle una explicación a aquel enano para que todo tuviera sentido, pero nunca pensó que eso podría asustarlo aún más. – No les haga caso… - Me baje de la carreta y camine hacia el hombre cuya mirada estaba completamente aterrada.
  • … - El hombre comenzó a tartamudear palabras que no pude entender y todo empeoro cuando miro mi espada… - Hi…hi… ¡Hielo! – Gritó fuertemente y se hizo hacia atrás arrastrándose. – Por favor joven elfo, tengo familia, somos pobres y no tenemos mucho, le ruego que no me lastime y que la maldición únicamente me posea a mí y no a mis seres queridos, ¡Por favor! – El enano estaba exageradamente asustado, podía mirarse como todo su cuerpo temblaba y agachaba la cabeza golpeándola con una fuerza moderada en el suelo suplicando por su vida.
  • ¡Ahora estas feliz! – Le grité a Rojo bastante desesperado. - ¡No estés diciendo cosas innecesarias! – al terminar intente acercarme un poco al enano dejando atrás mi espada la cual en cuanto entro en contacto con el suelo cubierto por el agua de la lluvia la congelo inmediatamente y el hielo comenzó a esparcirse lentamente agrandando la zona a una velocidad de quizás 1 centímetro cada 5 segundos. – No se asuste… - Me dirigí al enano y me senté frente de el en una posición que le hiciera saber que yo no era peligroso. – Disculpe las afiladas palabras de mis amigos… Pero le aseguro que no somos peligrosos, usted no ha sido embrujado y no debe preocuparse por ello, pues nunca lo haríamos. Los embrujados han sido ellos y es la razón por la que puedan decir, ¡puras tonterías! – Diciendo esto último hacia esas dos aves quienes evadían completamente mi mirada.
  • Entonces… - Intentó decir aquel enano. - ¿No me lastimarás?
  • ¡Claro que no!, al contrario… Le estamos agradecidos por detenerse a ayudar a un trio de desconocidos. ¿¡Verdad!? – Gritando la última frase hacia esas dos aves quienes solo asintieron la cabeza pero sin mirarnos aun.

Aquel pequeño hombre se levantó aun temeroso y con la guardia alta, la verdad no lo culpo… Incluso yo me sorprendí cuando escuche por primera vez hablar a estos dos y esa nueva espada si de algo estoy seguro es que tiene de común lo mismo que un dragón bondadoso. El enano subió a la carreta y solamente nos hizo señales con sus ojos para volver a subir, tome nuevamente mi espada la guarde en la vaina y trepamos a la parte de atrás de la carreta y posteriormente el viaje continuo una vez más; a diferencia de antes el enano no intento decir una sola palabra y podía sentirse como aún estaba completamente aterrado, tanto que incluso Aka y Rojo lo sentían y eso era un problema porque si algo he visto en este muy corto tiempo que hemos pasado juntos es que esos dos no tienen filtro o sensibilidad al hablar…

  • Oye chaparro. – Dijo Aka al enano. - ¿Aun nos temes?, ya te dijimos que no somos malvados… ¿Podrías contarnos alguna de tus aventuras?, o ya de perdida, ¿Cuál es tu trabajo?
  • Soy comerciante de piezas metálicas… - Respondió secamente el enano, mirando de reojo a Aka, intentando no ser muy obvio sobre que lo estaba observando. – Y tengo una vida pacifica, por lo que las aventuras no son lo mío…
  • Que aburrido. – Respondió Aka y regreso atrás de la carreta pues se dio cuenta de que el enano no confiaba en él.

Rojo afortunadamente estaba dormido, por lo que no había necesidad de preocuparse de que fuera a asustar de nuevo al enano, lo malo es que ya con la segunda impresión tuvo pues por el resto del camino no nos volvió a hablar. Después de algunas horas llegamos a una ciudad enana, algo llamo mi atención y es que los enanos tienen fama de ser una raza muy inteligente y con esto logran una prosperidad realmente elevada, pero en esta ciudad no era el caso, todos los habitantes parecían vivir en la pobreza pero a pesar de ello el aura en esta tierra se sentía realmente cálida.



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En el texto hay: elfos, magia, batallas de magia

Editado: 24.09.2021

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