Sin algo más que hacer aquí salvo caminar, fui hacia la pared que se había abierto, lo cierto es que no sé cuánto tiempo habré caminado pero estoy seguro de que fue mucho tiempo y por un sitio que era únicamente roca con pequeñas líneas de agua que bajaban por la misma; espero que no me malentiendan, en este punto aún seguía demasiado preocupado por Rojo y Aka, pero me era imposible verlos y mucho menos saber si se encontraban bien, pero gracias al agua en la que me metí antes allá atrás, esta opresión sobre mi pecho se hizo mucho más llevadera y creo que esto fue para bien de lo contrario aun estaría allá tirado sin motivación o pensamientos de querer avanzar y terminar lo que quiera que sea esto en lo que estoy metido.
Hubo un momento cuando sentí algo extraño, por cada paso que daba me daba la impresión de avanzar como si fueran 10, regresaba y era como regresar igual 10 pasos, fue un sentimiento que me hacía pensar que la velocidad que llevaba no era la misma que veía, pues con cada paso todo se movía de acuerdo al avanzar mismo, sin embargo esa sensación no me era correcta y de hecho hizo que me mareara un poco y casi vomitara a causa de la desorientación que mi cuerpo estaba sintiendo; tras ese sentimiento llegue a lo que yo creo es el final de la cueva, aunque estaba dividida en dos caminos, supongo que es uno de esos momentos donde debes decidir… La cosa es que no importa cual elección obtenga el resultado me es incierto en ambas partes. Tome el camino de la izquierda sin pensar en lo que pudiera estar delante y justo cuando di algunos pasos escuche las voces de Aka y Rojo provenientes del otro pasillo, el de la derecha.
Tras esto las voces desaparecieron y, no la pensé dos veces antes de regresarme en mis pasos e ir hacia aquel otro lado de la cueva que era de donde las voces provenían, corría tan rápido que mis piernas se tropezaban ocasionalmente entre ellas y casi me obligaban a caer y en otras ocasiones dada la muy baja visibilidad chocaba con algunas paredes, al final pude ver la luz y salí casi disparado dándome cuenta de que la velocidad que veía y la que tenía era evidentemente diferente, parecía ser que ese sitio tenía algún hechizo muy complicado y raro para aumentar la velocidad de movimiento estando dentro; como dije salí disparado del hueco y termine en lo que era la zona de los Orcos, el paisaje es muy fácilmente reconocible por ser una zona muy árida con animales peligrosos y feroces y el problema más grande de todos… En esta zona los avistamientos de dragones son más comunes que en cualquier otra, solo espero no toparme con ninguno de ellos pues aun con mis nuevas habilidades dudo que sea capaz de derrotar a alguno.
Intente mirar hacia todos lados intentando encontrar a Aka y Rojo, pero el sitio estaba completamente solo, no había nada o nadie por ningún sitio circundante y a lo lejos no podía ver rastros de alguna civilización, o al menos eso pensé, al regresar la cabeza para mirar la cueva por donde había salido esta había desaparecido y detrás de ella un Orco mayor me miraba fijamente, los Orcos son seres territoriales que no dudan en enfrentar cualquier enemigo da igual quien o que sea, pero este me miraba con algo que jamás creí ver en uno de ellos… Lágrimas en sus ojos.
Al terminar de hablar hizo su mano hacia mí, tomo mi espada (algo que no pensé pudiera lograrse, pues no lo había logrado nadie) La saco y la puso frente de si con la empuñadora incitándome a agarrarla.