Me siento relajada. Todo se siente tan relajante. Siento que floto y es algo agradable y reconfortante. Aunque no entiendo qué pasa, todo está negro. Todos los rincones de este lugar están dominados por la negra oscuridad. Todo lo que me rodea y me saca a flote es gracias a la oscuridad. Cómo si estuviera en el espacio. Pero... ¿Por qué siento todo tan conocido, como si ya hubiera estado aquí? ¿Uh? ¿Luces? ¿Cuántas serán? ¿Acaso serán una salida?.
De repente la sensación que me mantenía flotando, me es arrebatada y soy arrastrada con fuerza hacia una de las tantas luces y trato de agarrarme de algo pero es en vano, no hay nada. ¡No quiero volver! ¡Aquí es muy tranquilo! ¡Déjenme quedarme aquí! ¡Por favor! ¿Podré sentir esta paz de nuevo?.
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Siento dolor en todo mi cuerpo y me duele cuando intento moverme. Ni siquiera puedo abrir mis ojos. Un momento, ¿Dónde estoy? ¿Por qué me duele todo el cuerpo? ¡Un momento! ¡¿Por qué no recuerdo mi nombre?! ¿Ni mi edad? ¡¿Quién diablos soy y dónde mierda estoy?!.
Muevo con desesperación mi cuerpo y obligo a mis ojos abrirse pero están tan pesados que los tengo que cerrar con rapidez. Escucho pitidos pero no sé de dónde vienen, mi frustración crece y la garganta se me cierra. ¿Por qué esto es tan familiar? ¿Por qué no puedo respirar? ¡¿Acaso me voy a morir?!.
Una luz blanca se logra distinguir a través de mis párpados y siento cómo las lágrimas salen de éstos mojándome toda la cara, orejas y pelo. Alguien me toca el hombro y sin ser capaz de gritar abro la boca en busca de que aire entre a mi sistema, pero es en vano. Ya casi no siento mis dedos y el mareo mueve toda mi mente, las ganas de vomitar son inmensas pero en medio de todo mi caos entre la oscuridad y desesperación algo me pincha el brazo. No sé dónde o siquiera si fue mi brazo que pincharon o si lo pincharon, lo único que puedo sentir es tranquilidad. Siento cómo mis músculos se dejan de tensar y el aire por fin llega a mis pulmones, mis ojos dejan de descargar gruesas lágrimas y la misma tranquilidad de antes me rodea. Respiro con pesadez y rápidamente el cansancio me domina, así que haciéndole caso a mi cuerpo vuelvo a caer en la inconsciencia. La pregunta de antes vuelve a mi mente, ¿podré sentir esta paz de nuevo?. Espero que sí.