Spencer
Mentiría si dijera que las palabras de ayer de Aza no me dejaron pensando. Estoy impresionado de cómo han ido corriendo las cosas con los años, yo sabía que había mucho que no sabía, pero realmente nunca pensé que serían cosas como estas.
Me la pasé toda la noche tratando de hacer encajar lo que sabía con lo que ahora sé y realmente puedo ver como la nube negra que cubre el sol se va moviendo poco a poco, revelándome la verdadera situación en la que está mi familia.
—¡Maldita sea Spencer Night! ¿Acaso has escuchado algo de lo que te acabo de decir?— me grita Cassandra totalmente furiosa, la miro volviendo a la realidad y le sonrío inocente.
—Lo siento ¿Qué decías?— la vi cerrar los ojos, apretar los puños y suspirar. Me va a pegar, yo lo sé.
—Spencer Thomas Night, a la próxima que te hable y no me prestes atención ¡Te daré un puñetazo en tu estúpida cara!— me gritó. Le sonreí y la abracé.
—Ya, ya, lo siento, ahora te escucharé, lo prometo— Cassie me empuja separándose de mí.
—Mas te vale— suspiró— bien, como te dije esta prueba es necesaria para conocer tus capacidades de combate, ya sea en humano o en lobo ¿Entendido?—asentí— una vez que hallamos decidido cuáles son tus fortalezas y debilidades se te dará una rutina de ejercicios que debes hacer todos los días hasta tu próxima prueba.
— ¿Quién lo evaluará?
— Papá y el Alpha serán quienes te evaluarán y darán tu rutina.
— ¿Y mis contrincantes?— la vi sonreír maliciosamente, supe en ese momento lo que me esperaba en la prueba.
—Tienes distintos contrincantes, uno para cada prueba que se te va a hacer hoy.
—Entre ellos estás tú ¿No?
—Nadie iguala la fuerza de un Alpha, pero el que más se acerca es un Beta, por ende, ese es mi deber, lucharás contra mí como lobo—suspiré— ¿Acaso estás preocupado?
—Sí— admití— te has entrenado toda tu vida, y a pesar de que yo también, no es lo mismo y lo sabes—asintió.
—Escucha, Spens, yo sé perfectamente que este cambio es muy significativo para y también supongo que no debe ser para nada fácil, pero es lo que escogiste y lo vienes pensando desde hace mucho tiempo ¿No?
—Sí.
—Tienes que ser valiente.
—No es cosa de valentía, Cassie, más bien es de orgullo, no quiero que Aza se sienta…decepcionado de mí, no, de hecho, no quiero que la manada se sienta decepcionada de mí, soy un licántropo criado por vampiros, hay muchas cosas que no sé sobre mi propia especie.
—Mi tía no te ha enseñado bien ¿Es eso?— la miré mal. La vi encogerse de hombros y desviar la mirada.
—No, mamá hizo todo lo que pudo para mantener vivo mi lado licántropo, íbamos seguido a Noche Blanca para poder entrenar o estar con los míos, pero lamentablemente a medida que fui creciendo y después de mi transformación tuve que ir mucho menos a la manada, debido a que era un Alpha y mi presencia denotaba peligro para la manada.
—Supongo que está en nuestra naturaleza.
—No los culpo, de hecho yo mismo me sentía raro—suspiré— en fin, luego de ese momento mamá y los demás me entrenaron, pero como dije es muy diferente entrar con vampiros que con tu misma especie.
—Supongo que es cierto, pero al menos sabes luchar contra una especie enemiga, eso ya es una ventaja que no todos tienen.
—Sí, eso es cierto—sonreí.
—Spens, no te preocupes mucho ¿De acuerdo? Todos aquí tienen fe en ti, pero de nada sirve que los demás tengan confianza en ti, si tú no la tienes en ti mismo. Tienes que creer en ti o estarás perdido.
Fue lo último que dijo antes de que nos quedáramos callados. Sé que tiene razón, esta desconfianza en mi mismo es lo que me tiene los nervios de punta, realmente debo trabar en ello, pero no sé cómo hacerlo.
La voz de Aza me devolvió a la tierra, lo miré hablar con un grupo de personas reducido. Lo admiré mientras me acercaba, es impresionante cómo su rostro serio no tenía nada que ver con su voz serena, era una mezcla rara que tendría que alcanzar algún día. Su espalda está recta, sus hombros bien posicionados y su cabeza alzada, estoy realmente impresionado por cómo con solo su expresión corporal lograba imponerse.
—Aza—lo llamé llegando a su lado. Su rostro inmediatamente se apaciguó mostrándome una sonrisa.
—Llegan justo a tiempo, estaba dándoles las instrucciones—miré a las personas presentes y me sorprendí al ver a mi tía Steph ahí parada, cruzada de brazos, apoyada en una pierna y con una sonrisa burlona dedicada a mí.
—Te ves sorprendido muchacho—asentí.
—Realmente sí—sonreí— ¿Estaré contra ti también?
—Claramente, luego de tu padre y de Damon la más rápida de este lugar soy yo, así que suerte con superarme— reí.
—Estoy seguro de que la necesitaré.
—Muy bien, concéntrense. La prueba comenzará con una carrera de obstáculos entre Stephania y tú— asentí— seguirá con un combate cuerpo a cuerpo en forma humana contra Richart— lo busqué con la mirada. El chico de no más de 25 años agachó su cabeza. Su cuerpo es bastante grande, tanto de altura como de ancho, sin embargo, yo sigo siendo centímetros más alto que él. Le sonreí y él me devolvió el gesto— luego habrá un descanso de quince minutos, retomaremos con la lucha de cuerpo a cuerpo con Cassandra y terminaremos con el manejo de armamento cortesía de la mas joven de aquí Michaella— la chica bajó su cabeza y me miró. Le sonreí de igual manera y me devolvió el gesto unas sonrojadas mejillas y desviándome la mirada. La miré por unos segundos más, cabello negro y ojos azules, es una chica linda y con un rostro de niña, pero si es mi contrincante en la prueba de armamento no debo dejarme llevar por su rostro inocente— con eso finalizaremos las pruebas y se te dará una rutina que debes cumplir con ellos como tus profesores ¿Está claro?