Mi Mitad

Capítulo 22 "Aceptación"

 ¡Mis Tintas! Volví y con capítulo nuevo :3 

Estoy feliz porque pasé todos mis ramos con buena nota :') 

Quiero decirles que estoy escribiendo una nueva historia, nada que ver con lobos y vampiros, en Wattpad, para se pasen a verla si quieren :3 También les voy a dejar fotos de cómo me imaginé a los personas de la saga Mates y Almas en Instagram. También quiero recordarles que Trevor, Gabriela, Steph y Damon son inmortales así que no envecejen. Eso, lxs quiero, gracias por leer, esperar y sus comentarios hermosos <3.

Besos, I.

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Jackson 


Respiro hondo acostado en el suelo boca arriba, me siento de la mierda y no sé si es por lo enfermo que estoy o por el rechazo de mi Mate, sea como sea, no me siento para nada bien y Romi lo sabe, que es lo que más lamento. 
—Jack —me llamó. Giro mi cabeza y la miro desde el suelo. Ella me mira desde el otro lado del pasillo con la frente arrugada y una expresión de preocupación que no me gusta ver en ella. 
—Estoy bien. 
—Sí, seguro que sí —suspiró— nos sacaran de aquí y te pondrás mejor —sonreí. 
—Sí —fue lo único que dije. 
No me atreví a decirle que en efecto a ella la sacarían y se pondría mejor, pero por mi parte, es muy probable que o me dejen aquí o me dejen de patitas en la calle. Sea lo que sea, no estaré con ella. 
Cerré los ojos cuando supe que no volvería a hablar. Los ojos me arden, la cabeza me retumba de manera matadora, siento mis mejillas arder, pero tengo un frío de muerte y, sin embargo, a pesar de todo lo mal que me siento todo mejora al recordarla. 
Cassandra Black me tuvo la mente dando vueltas desde que la vi por primera vez, su cabello, sus ojos, su rostro, su voz, diablos, esta chica empeora mi salud.  
Abro los ojos inmediatamente cuando me la imagino rechazándome oficialmente. No es que no esté preparado mentalmente para ese momento, es solo que preferiría que no pasara. Me duele que haya tenido la intención de rechazarme sin siquiera saber mi nombre, pero no es que la puede obligar a aceptarme, no soy estúpido, sé perfectamente que a veces la conexión no es suficiente, la atracción está, eso es evidente, pero…el cariño no. 
De pronto la garganta me raspa y comienzo a toser como loco, me tuve que sentar para recuperar el aliento entre tosido y tosido. Finalmente, cuando por fin puedo dejar de toser siento que la voz no me sale clara. Suspiro agotado. 
Romina me mira desde la distancia, atenta a cada uno de mis movimientos, me mira esperando a que algo grave me pase, pero afortunadamente, por muy mal que esté, aun no es suficiente para hacerle perder el control.  
Mi respiración, sonora por la neumonía, es lo único que interrumpe continuamente el silencio del lugar. Me desespera un poco no escuchar nada, respirar el mismo aire que he estado respirando por unas horas y ver esas estúpidas paredes y esa estúpida reja. Niego con la cabeza y me golpeo mentalmente ante mi debilidad mental. Romina estuvo aquí por mucho más tiempo que yo y no creo que haya perdido la cabeza de la forma en que yo la estoy perdiendo ahora y tan pronto.  
“Tienes que controlarte, Jackson”  
El sonido de la puerta principal abriéndose nos puso en alerta a los dos. Romi se paró de un salto y supe que no solo mi Mate estaba aquí, sino el de ella igual. Cerré mis ojos, aún sentado en el suelo, no sé si tengo la fuerza suficiente para aguantar otra ronda contra Cassandra.  
Con mi estado actual apenas y podría verla actuar tan distante como lo ha estado haciendo hasta ahora.  
Abrí mis ojos cuando sus presencias fueron lo suficientemente fuertes para saber que estaban a mi lado. Al primero que distinguí fue a Spencer, no lo perdí de vista en ningún momento. Él entró a la celda de Romina, la miró con tanta seriedad que por un momento me asusté de sus intenciones. No confío en él, no del todo. 
Miré por un segundo a Romina y supe que ella también pensaba que algo no iba muy bien, o al menos, que algo raro pasaba. Jamás me imaginé lo que diría a continuación. 
—Romina McFlynn —se tomó su tiempo para seguir, tiempo que logró ponerme los pelos de punta. No sé qué expresión habrá puesto Spencer, pero Romina se relajó, relajándome a mi en el proceso— Bienvenida a la manada Night Moon. 
Sonreí levemente, Romi se tiró a abrazarlo y fue generosamente correspondida. Spencer no me cae muy bien, aún así sé que Romina es feliz y lo será.  
Por mucho que intenté evitarlo, de igual manera los miré con envidia, ellos son uno de esos casos en los que la conexión es suficiente para aceptarse el uno al otro, estoy seguro que se enamorarán uno del otro aún más después de conocerse. No creo que lo tengan muy fácil, siempre hay que pasar por un momento estúpidamente estúpido que logra fortalecer los lazos, pero al menos se tendrán el uno al otro. 
En cambio, yo…ruego para que Cassandra no me rechace en estas condiciones, no sé si mi cuerpo podría aguantarlo.  
La presencia de mi Mate entrando a mi calabozo me puso en alerta. Cassandra me mira desde arriba, tiene una mirada indescifrable, no sé si está preocupada, triste, enojada o simplemente no siente nada, tiene la mejor cara de poker del mundo.  
Reuniendo toda la fuerza que puedo me paro del suelo, tozo un poco y la miro de frente. No les mentiré, se siente de puta madre lograr que esa cara sin emociones demuestre una al menos por un segundo. Fue fugaz, tan efímero que casi pienso que lo aluciné, pero no, Cassandra me había mirado preocupada antes de volver a levantar su muralla. 
—Jackson Clain —de reojo veo como Romi da un paso en nuestra dirección, pero es detenida por Spencer. Trago duro concentrando mi atención en Cassandra, se toma su momento para seguir hablando, me veo tentado a decirle que lo diga de una vez, porque yo no lo haría, no la rechazaría, esa no fue mi decisión, fue de ella. Mi Mate respira hondo y abre la boca para hablar— Bienvenido a la manada Night Moon —la miré sorprendido. Sin poder evitarlo, le sonreí de oreja a oreja, más que feliz que la mierda. 
—¿Qué? —Cassandra volvió a bajar ese murallón grueso y alto que siempre tiene. Se removió algo incómoda en su puesto, pero yo sé que en realidad está nerviosa. 
—Escucha, me guste o no, eres mi Mate, estás enfermo y no te dejaré morir de esa manera —apreté los labios reprimiendo la sonrisa más grande de mi vida, di unos pasos hacia ella, Cassandra no se movió, pero vi el pánico en sus ojos— eso no quiere decir que te acepte, pero tampoco te estoy rechazando, solo creo que podemos… —se calló y me miró sorprendida. 
Sin siquiera intentar controlar mis impulsos, me acerqué tanto a ella que solo quedé a un paso, coloqué mi mano en su mejilla con delicadeza y la miré fascinado. Sus ojos, su cabello, su piel, todo de ella me esta volviendo completamente loco. Mi Mate me mira sorprendida, mis acciones la dejaron muda, creo que no se esperaba que me acercara de esa manera, aún así, no hace nada para alejarme y eso hace que quiera saltar de alegría. Quiero acercarme más, pero eso sería arriesgarme a que se asuste, así que decido quedarme ahí, con mi mano en su mejilla acariciando suavemente con mi pulgar, la miro sonriente. 
—Intentarlo —completo su frase. Cassandra asiente totalmente muda y baja la mirada nerviosa. 
Me encanta, me encanta tener la capacidad de hacerla sentir algo, lo que sea, rabia, felicidad, nerviosismo, lo que sea, no me importa, pero saber que sus murallas se derrumban ante mí sin que ella lo pueda evitar me hace sentir mejor de lo que creía. 
De repente el sentimiento de no poder respirar se me atoró en la garganta, comienzo a toser como loco, le doy la espalda a Cassandra y me dejo caer de rodillas al suelo, siento que no puedo respirar, mis pulmones se inflan, pero al hacerlo la garganta me pica provocando la tos. Soy consiente que mi tos se escucha horrible y hasta yo me asusto cuando no puedo dejar de hacerlo. 
—Jackson —mi Mate me habla, su mano en mi espalda sube y baja dándome apoyo, quiero sonreír, pero realmente no puedo dejar de toser y el aire en mis pulmones es cada vez menos. Otra mano, que supe de inmediato que era de Romina, toca mi hombro. 
—Trata de respirar con calma —me aconseja. Trato de obedecerle, me muerdo la lengua y cierro la boca aún tosiendo, mi respiración se vuelve cada vez más corta y más rápida— Cassandra, hay que sacarlo de aquí —la escucho. No soy capas de mirar nada más que no sea el piso. Siento como alguien me toma de un brazo, pasa el suyo por mi espalda y me ayuda a pararme, Spencer. 
—Cassie, rápido, abre la puerta —pidió Spencer. Al no tener respuesta me obligué a mirar a Cassandra. Me parte el corazón verla tan preocupada, está en pánico, me repasa con la mirada una y otra vez, su pecho sube y baja rápidamente acorde a su respiración agitada. Vuelvo a toser y cierro los ojos con fuerza cuando la garganta me arde— ¡Cassandra! —gritó. Al parecer su grito logró ponerla en alerta, porque sale por la puerta del calabozo y escucho cómo se abre la puerta de salida. 
Spencer camina conmigo, trato de avanzar lo más rápido que puedo y odio admitirlo, pero Spencer está haciendo todo el trabajo, me arrastra rápidamente mientras yo lucho con poder respirar. 
Subimos las escaleras, estas escaleras de mierda que parecen interminables. Escucho los pasos apresurados de ambas chicas detrás de nosotros. Finalmente, Spencer se detiene justo en la salida de esas estúpidas escaleras, de un saltito logra que me vuelva a acomodar, me sostiene con una sola mano y busca de manera apresurada algo en su bolsillo. 
—Cassie, pónselo, rápido —levanté mi cabeza, Cassandra se acercó a mi rápidamente, se colocó a mi altura y sonrió levemente. 
—Estarás bien —me dijo. Asentí totalmente debilitado, pero más feliz que la mierda. De pronto ya no vi nada, una tela muy oscura tapó mis ojos dejándome completamente ciego. La mano de Cassandra se detuvo en mi mejilla luego de taparme los ojos. Suspiré entrecortado. 
—Tu también, princesa —dijo Spencer— póntelo y agárrate con fuerza de Cassandra, sus ojos han estado por mucho tiempo en la oscuridad, salir al sol en este momento les arruinaría los ojos —explicó. Casi gruñí cuando la mano de Cassandra dejó mi mejilla, pero en este momento ni hablar puedo sin toser— ¿Listos? —asentí— vamos. 
La puerta fue abierta y el aire fresco me chocó en la cara. Que bien se siente no oler solo a humedad. Toso cuando traté de respirar profundo, maldita sea, no puedo respirar bien. 
La tela negra es tan gruesa que no deja que ni un mísero rayo de luz choque contra mis ojos. Spencer sigue arrastrándome a toda velocidad, pero yo ya no puedo más. 
—Spencer —tosí con brutalidad. 
—Aguanta un poco más, ya casi llegamos —me pidió. 
—No puedo respirar —digo entre jadeo, vuelvo a toser y el mareo provoca que mis fuerzas se desvanezcan de golpe. Spencer se queja. 
—Mierda, Jackson, aguanta —volvió a acomodarme a su costado, me siento mal, muy mal, hasta mi cabeza me pesa demasiado para mantenerla arriba. Lucho con todas mis fuerzas para poder respirar.  
De pronto alguien más toma mi brazo libre, pasa su brazo por mi espalda y me levanta ayudando a Spencer. No sé quién es, pero huele horrible. 
—Apura —dijo el desconocido. 
—Gracias, Drac —dijo Spencer. De pronto me vi casi volando, ya ni siquiera movía mis pies, simplemente me dejé llevar por ellos. 
Un sentimiento de miedo puro me ataca el corazón, ese no soy yo, es Cassandra. 
Cassie… 
 




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