Parece que ya me he acostumbrado a este tipo de vida, he llegado al cine, compré dos boletos para ver la nueva película romántica que salió en cartelera.
Como es normal en él, llega con una camisa blanca y unos pantalones, parece que no le importa demasiado la vestimenta.
— hola Natalia, ¿cómo te ha ido? Me dice alegre—
—bien, ya compré los boletos, deberíamos entrar ahora — le respondo
— Si —
Entramos a la sala, compramos palomitas, nachos y refresco, él solo compró unas palomitas naturales y un chocolate.
La película era nueva así que pronto se lleno de gente, Fernando estaba moviendo su mano levemente en su pierna, sus ojos estaban observando todo a su alrededor, entonces tomé su mano.
— ¿Estás bien? — le pregunté con una evidente preocupación.
— La verdad no, pero no te preocupes creo que puedo controlar esto — me respondió con una sonrisa.
Pasamos parte de la película, era una comedia romántica casi toda la sala reía, pero él parecía no entender bien algunos chistes, en especial los de doble sentido, en cambio, cada que carcajeábamos él parecía estar alterado.
— ¿estás bien? — vuelvo a preguntarle.
— ¿Puedes acompañarme afuera? — me pregunta con tartamudez.
Ambos salimos de la sala, ahí Fernando respira y agita sus manos un poco.
— No sé si te lo haya dicho antes, pero soy sensible de mis oídos, ciertos sonidos suenan con mayor frecuencia en mis oídos. — me dice intentando calmarse
— perdón no lo sabía — Le respondía avergonzada.
— No, no te preocupes, si quieres entra a ver la película aquí te espero — me lo dijo algo triste.
— No estés triste, estaré aquí contigo Fernando — Intentaba calmarlo.
Con algo de dudas en ese momento lo abracé, al principio parecía estar incómodo, pero al poco tiempo Fernando también me abrazó.
— Gracias, no miento al decirte que tiene tiempo desde la última vez que alguien me abrazó — me dijo con una completa calma.
— Creo que eres una buena persona, me has hecho sentir mejor estos días ¿podemos intentar ser pareja si quieres? — le pregunté.
— Por supuesto, me has hecho modificar mi rutina, pero he estado feliz desde que te conocí en nuestra primera cita — me respondía contento.
Fernando realmente me ha hecho sentirme menos sola, me alegraba saber que yo tenía el mismo efecto en él, tal vez fue abrupto o incluso innecesario, pero cuando terminó nuestro abrazo le besé los labios.
Al inicio parecía no responder; sin embargo, terminó besándome igual.
Fernando me fue a dejar hasta mi casa, le pregunté si quería pasar a beber café.
— Lo siento, mañana debo ir al trabajo — me respondía alegre.
— ¿mañana podemos salir al parque? — le pregunté.
— Seguro, de entre 14:30 a 17:00 estoy libre—
— ¿puedes recogerme a las 15:30?
— por supuesto, te veo mañana — me dijo antes de salir de la casa.
Lo detuve, y lo besé nuevamente, como despedida, después se fue.
En mi cuarto antes de dormir investigué sobre el asperger, traté de memorizar lo importante para no cometer algo como el día de hoy, así que para mañana evitar lugares ruidosos y con mucha luz, explicar cuando no hablé literalmente y expresarle de manera verbal como me siento o cualquier otra situación, ya que se le dificulta comprender indirectas.
Parece que es mucho que memorizar, me imagino que en su caso es similar para poder hablar con otras personas, estar restringido a ciertas acciones.
Espero que la próxima cita sea más romántica que en las últimas ocasiones.