El salón de criaturas y animales estaba casi vacío, la mayoría de los alumnos preferían quedarse en sus habitaciones antes que salir y arriesgarse que algo les sucediera.
— Dacia y Brais —Tavia ingreso y nos llamó.
Mire a Brais que parecía enojado, no me había dirigido palabra en todo el día y tampoco quería verme. Era doloroso y a la vez incomodo, pero él seguía pidiendo explicaciones de lo que había dicho el hombre.
Y para mi recordar el pasado era como abrir una herida tan profunda.
Tavia nos dirigió hacia el mismo salón donde practicábamos para el campeonato.
— Apareció otro alumno sin vida en el primer piso —hablo Itaro con un tono de pesadez en su voz.
— Hemos decidido que ustedes podrían ayudarnos —continúo hablando Tavia— expandir su escudo podrían protegernos de un posible atacante…
<< ¿Atacante?>>
— ¡Ellos no pueden hacer eso! —exclamo la profesora Merila que también se encontraba allí— ¡podrían salir mal!
— No lo harán solos ayudaremos a que tengas las fuerzas y las energías necesarias para poder hacerlo —dijo Tavia.
— Aun no decidimos eso Tavia —dijo Itaro mirándola seriamente.
La relación que ambos llevaban era tan fría como el mismo hielo pero era comprensible ya que ellos eran hermanos.
— Las piedras pueden ayudarlos… —hablo en voz baja dirigiéndose a Itaro.
<< ¿Las piedras? >>
Mire a Brais que seguía de brazos cruzados.
— No creo que po… —interrumpí a Brais antes de que el pudiera terminar.
— ¡Lo haremos! —dije tratando de sonreír.
Brais se giro hacia mi mirándome con el ceño fruncido.
— Es peligroso hacer esto —volví a sonreír y el parecía estar más enojado— así no se puede contigo Dacia…
El me hizo a un lado y salió de allí, no iba a dejar que se fuera así y lo perseguí.
— ¡Brais! —grite el iba mucho más adelante— escúchame por favor… ya no me ignores…
El se detuvo y giro en mi dirección, lo miré sorprendida al ver que aun seguí su rostro lleno de enojo.
— ¿Por qué me ocultas cosas? —su rostro había cambiado.
— Son cosas de mi pasado Brais —dije bajando mi cabeza.
El tomo mi mano y caminamos dirigiéndonos hacia el patio interno. Nos sentamos en el césped mirando hacia el gran ventanal que daba hacia el bosque.
— Cuando era mas chica mis poderes siempre estuvieron allí… me complicaban la vida…—el escuchaba sin hacer ningún gesto o decir algo— en primaria lastime a un niño sin querer… me molesto tanto que salió volando por los aires… nunca tuve amigas y cuando tuve una mis padres tuvieron que encerrarme por un tiempo largo…
— ¿Qué fue lo que paso? —pregunto Brais sin soltar mi mano.
— Vi como sus padres morían en un accidente y ella lloro mucho… y al tiempo sus padres murieron en el accidente… Einar lo aprecio bastante —miré a Brais que seguía atento con cada palabra que decía— …Einar vivía al lado de mi casa y a pesar de todo él siempre estuvo ahí conmigo fue el único amigo que tuve…
— No fue tu culpa todas esas cosas que te ocurrieron —dijo el al ver que mis ojos se llenaron de lágrimas— eras una niña ni siquiera entendías porque tenías esas habilidades…
— Siempre pasan cosas malas cuando estoy ahí —dije limpiando mis mejillas.
Brais paso un brazo por mis hombros y me atrajo hacia el, ese abrazo que me hacia sentir que no estaba sola y que el estaba ahí para apoyarme.
— Por eso quiero hacer algo para poder detener todas esas cosas malas que suceden aquí —me aparté de él y abrí mis ojos.
— ¿Qué sucede? —pregunto extrañado por mi actitud.
— Tu me puedes ayudar —me puse de pie y tomé su mano
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Editado: 16.08.2022