Mi Otra Realidad ~vida vacía~

Cap 2

Solo sucedió una vez en la que me sentí el centro de atención y fue cuando Lexia una chica de mi curso tuvo contacto físico conmigo, al contarlo cualquiera que no me conoce diría que estaba loca pero fue así.

La cafetería era demasiado moderna como para alguien que ha crecido en el pasado, una mujer no depositaba sus pure con una cuchara, solo la pantalla táctil y un triste robot había suplantado la actividad humana o la mayor parte de ella.

Mi vida era monótona, simple e igual, hice la fila junto a una chica regordeta que se encontraba a mi lado. Las risas a mi otro lado eran molestas el fastidioso y soberbio Brais, con su grupo de amigos.

—¡Maldita sea quiero mi albóndiga! —grito la niña a mi lado golpeando la pantalla que tenía en frente.

Los quejidos de la chica eran molestos, mi vista se mantenía sobre bandeja y mis manos estaban inquietas.

—¡Carajo! —la niña colorada parecía pronto entrar en una crisis de nervios.

Algo dentro de mi decía que debía ayudarla tanto que sentía mi corazón latir con fuerza. Todos estaban en su mundo nadie parecía querer ayudarla.

—Déjame que te ayude —dije sin mirarla a los ojos.

Mire la pantalla había una unidad disponible, la maquina estaba atorada, tome uno de los utensilios que había a un costado y el plato. La albóndiga cayó sobre el plato y el silencio había inundado la sala.

—¡Mi albóndiga! ¡Gracias! —ella me envolvió entre sus brazos.

En la ventana el reflejo del cuerpo regordete estaba tosiendo… se está ahogando… de rodillas al lado de una piscina… no paraba de toser… una de sus manos se resbalo…

—¡ALEJATE! —grite apartándola bruscamente.

—Lo siento —su cara expresaba confusión.

—Solo cuídate y… —mire a mi alrededor y los demás estaban observando— aléjate de las piscinas.

Y desde aquella situación todos me miraban extrañados y con miedo, preferían mantener la distancia antes que cruzar palabras conmigo.

Durante una semana decidí practicar por las tardes para la competencia de Hydrosurf.

El salón donde lo hacía poseía una larga pista de agua y al final de esta estaba una gran máquina que formaba olas.

Me coloque los squips en los pies y me posicione en el inicio de la pista de agua. La velocidad era la clave del éxito en aquel deporte y mi habilidad con el agua era la mejor, ese era uno de mis mayores secretos que para mi era tan normal como manejar el agua.

Nunca se me había cruzado por la cabeza demostrar ese pequeño truco que solo en mis momentos de baño dejaba surgir.

Creo que nunca había escuchado a alguien decir que podía controlar el agua.

Los minutos y segundos eran esenciales para ganar la competencia esa era mi meta tenia que hacer algo de lo que me sintiera orgullosa por primera vez.

Acomode las gafas transparentes, que eran parte del equipo para hacer el deporte y programe el cronometro de mi reloj digital de muñeca.

Empecé a moverme y cada vez agarraba velocidad, prácticamente era como moverte en patines.

El pitido de mi reloj demostraba que cada vez iba mejorando mas mi técnica.

<< Bastante bien >>

Sali de la gran piscina y me quite los squips, una sonrisa apareció en mi rostro algo en mi me hacia sentir segura de que podría conseguirlo.

—No ganaras por más que te esfuerces ¿lo sabes? —Brais apareció dejando su toalla del otro lado de la banqueta.

Miré a mi lado al ver al soberbio que estaba a pocos metros de mi y me puse de pie tomando la toalla.

—¿Tan inseguro eres de ti mismo que piensas que con esos comentarios te hace ser el mejor de todos? —respondí pasando por su lado.

—Eres un fantasma y no tienes la valentía suficiente —él se acercó a mi tratando de intimidarme con la mirada.

—Prefiero ser un fantasma a ser alguien con poco cerebro —lo mire mostrando una sonrisa y mire sus brazos— lo que tienes mucho aquí tienes poco ahí —dije señalando su cabeza.

El tiro con fuerza un pequeño libro que tenía en sus manos y apretó sus labios, su mandíbula se tensó y yo me gire para darle de nuevo la espalda y salir de allí.

Él era el claro ejemplo de lo que no debías como persona.

El camino a casa era largo pero a pesar de eso disfrutaba todo lo que aparecía por mi camino, las flores y toda la naturaleza me hacían sentir conectada y sobre todo la paz que me hacía sentir en el alma.

Por un momento sentía que estaba en otro sitio, otra realidad y solo bastaba con abrir los ojos para encontrarme con la verdadera realidad.

Ese mundo que podía llegar a ser tan cruel y con personas con malos corazones.

—¿A dónde vas tan rápido? —la voz de Einar me hizo salir de mis pensamientos— ¿Estuviste practicando? Estoy super seguro de que ganaras.

¿Tanta confianza tenía en mí? Lo miré por unos segundos y luego volví la mirada al frente.

—Si aunque creo que otras personas tienen más tiempo haciendo el deporte —dije recordando a Brais— como Brais.

—Ese sujeto es un engreído y sobre todo se cree perfecto —él se detuvo y se paró en frente mío— ¿o piensas que con tu simpleza podrás superar a alguien como yo?

¡Estaba imitando al Brais Firewall!

Empecé a reír sin parar por lo bien que imitaba al soberbio sin cerebro.

—De todas formas, creo que el esta mas preparado que yo para ganar —dije bajando la mirada al suelo.

—Ay Dacie no conozco a nadie mas brillante que tu y a parte confío en ti —volví a mirar a Einar.

Nos detuvimos en frente de mi hogar y yo camine hasta la puerta, me gire en mi lugar observando a Einar.

Lo mire por unos segundos, estaba feliz por tenerlo en mi vida y como casi siempre sucedía la sensación de ir hacia el y abrazarlo apareció.

Pero no podía hacerlo… levante mi mano y la agite despidiéndome de él.

Entre a mi hogar inundándome en el silencio que había en aquella casa, y otra vez en mi pecho aparecía ese vacío.




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