Los días pasaban y solo seguía sintiendo el vacío dentro de mi. No era la tristeza o felicidad, era vacío, esa vida vacía que había llevado durante mis años de vida.
Observe una vez mirando el paisaje del otro lado de la ventana.
No quería salir del cuarto algo que se había vuelto costumbre.
¿Se suponía que iba allí a aprender? Pero nada solo recibía miradas de desprecio y temor por parte de todos.
Eider solía llevarme comida a la habitación ya que decía que no era bueno que no comiera.
El llamado a la puerta me saco de mis pensamientos, me puse de pie y abrí la puerta.
—Eider me pidió que te trajera algo de comida —Brais me miro con una fingida sonrisa extendiendo la bandeja hacia mi— todos están en la práctica faltas tu fantasma.
Me quede en silencio y tome la bandeja entre mis manos.
—Nadie me quiere en esa estúpida practica —dije dirigiendo mi mirada a la comida.
—¿Y crees que encerrándote aquí lograras algo? —dijo el a lo que lo mire.
Estaba por responder pero detrás de el apareció una mujer de tez morena y cabellos largos de color blanco.
—Gracias Brais regresa a tu practica —hablo Tavia haciendo sobresaltar a Brais.
El la miro con una sonrisa y luego me miro a mi guiñándome un ojo, para luego salir de allí.
Me hice hacia atrás dejando en el escritorio la bandeja con la comida.
—¿Ahora prefieres estar aquí? —pregunto ella recorriendo con su mirada la habitación.
Agradecía que estaban las camas hechas y todo ordenado.
—No voy a salir de aquí… —dije sentándome en mi cama— nadie quiere acercarse a mi y me mira como si fuese un monstruo. ¿Puedo regresar a casa?
Ella me miro y se sentó en la cama de Eider, observe su vestimenta y siempre usaba esos vestidos largos.
—¿De verdad sientes que quieres regresar a ese mundo? —preguntó ella mirándome a los ojos.
Hice silencio procesando en mi mente la pregunta.
<< Te sientes de la misma manera en ambas realidades >>
—Aquí puedes ser tu misma Dacia —aparte mi mirada mirando hacia afuera— tu energía en estos momentos esta débil y debes alimentarte…
¿Después de días quería mostrar preocupación? ¿Qué estaban esperando?
—Eres afortunada… eres alguien poderoso —me puse de pie y me acerqué al armario.
—Estoy cansada de escuchar lo mismo ¿Qué cambia que sea poderosa? —mire a Tavia aguantando las lágrimas.
—Debes volverte fuerte… como mujer debes representar eso Dacia —ella se puso de pie y se acercó a mí.
Sus ojos eran de un color verde claro que rozaba lo gris, su nariz que parecía perfecta y sus labios perfectamente marcados.
—Tienes que hacer frente y debes dejar de pretender que te protejan —dicho esto se acercó a la puerta— cada falta a clases se sumara más a tareas escritas.
Tome aire y ella salió de la habitación.
¿Dejar de pretender que me protejan? ¡Ni siquiera tenía idea que existía ese mundo!
Tavia solo me causaba intriga y no seguridad, su forma de hablar y esa manera de decir las cosas.
Me puse unos pantalones y buzos anchos, la mayoría en ese sitio vestía de manera similar y era la única ropa que me hacía sentir cómoda.
Sali de allí con la mochila sobre mi hombro y me dirigí hacia el salón de “Normas para personas con habilidades”
Para mi suerte eran una de las ultimas clases, entre al salón y la profesora estaba allí.
Otra vez el mismo discurso de siempre al finalizar Sali del salón. Con el fijo objetivo de volver a mi cuarto.
—¿Fantasma otra vez te encerraras? —pregunto Brais apareciendo a mi lado.
Acomode mi cabello y las finas mechas teñidas de color lila consecuencia de un acto de rebeldía, caían sobre mis hombros.
—Hoy harán un anuncio importante y Tavia no creo que le agrade tu ausencia —mire a Brais que sonreía con la mirada hacia el frente.
Los dos caminamos hacia el mismo lugar que parecía la huerta de mi abuela materna, el mismo donde todos me tacharon de “fenómeno”, simplemente que ya no había ningún huevo mágico.
Recorrí con mi mirada el lugar cada joven que llegaba se sentaba en distintos sectores. Mire a Brais que sin decir nada se fue con su grupo “elemento fuego”.
<< ¿Dónde debo sentarme?>>
Baje los escalones llegando al final quedando en el centro buscando con mi mirada.
Hasta que divise a una sonriente Eider que hacía señas con sus brazos.
Me acerque hacia donde ella se encontraba al verme sonrió.
—¡Saliste! ¡Al fin! Ven siéntate a mi lado —dijo ella haciéndose a un lado.
Me reí ante la reacción de ella y me senté a su lado. Observando como los demás se acomodaban en sus lugares.
No tenía idea de que se trataba aquella reunión en montón.
—¡Es un gusto verlos aquí reunidos nuevamente! —saludo Itaro que estaba de pie en el centro— en esta oportunidad nos reunimos para anunciarles… —el miro a Tavia que sonrió.
—¡Cada año se realizan los campeonatos de habilidades! —de repente todos empezaron a mirarse parecían felices— y este año no será la excepción.
Mire a Eider curiosa porque no tenía conocimiento de aquel “Campeonato de habilidades”.
—Los grupos estarán conformados por un alumno de cada habilidad —explico Tavia— llamaremos a cada uno por su nombre este año elegiremos a los alumnos más destacados de cada habilidad.
Cada grupo de habilidades estaban separados por edades y por lo tanto los grupos para la competencia iban a estar separados de la misma manera.
Mi grupo estaría conformado por alumnos de tercer año, para mi no tan agradable suerte primero y segundo año no había podido realizarlos, ya que no tenía conocimiento de la existencia de este lugar de no haber sido por mi “falta”.
Los grupos poco a poco se iban conformando y ya casi nadie quedaba en el podio.
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Editado: 17.07.2024