Capítulo 04.
|Nathaniel Hall|
— Azul Miller ¿eh? —miro a Diego sin entender.
— No me agrada —gruñe André al escuchar el nombre de mi mejor amiga.
Ruedo los ojos.
— A ti no te agrada nadie—responde Fabio, burlón.
Es cierto, a André no le agrada nadie fuera de nuestro pequeño círculo de amigos. Solo a nosotros nos soporta y es porqué nos conoce hace 11 años.
— A mí me grada —murmura Israel que me da una cerveza.
— Han pasado tantos años y aún ni cuando me fui pudieron ser amigos —suspiro, siempre pensé que al irme se unirían más.
— Jamás —miro a André que esta más gruñón de lo normal, la broma lo puso gruñón.
— Azul Miller —vuelve a decir Diego, lo miro con una ceja arqueada.
Se queda en silencio esperando a que pregunte, ama hacer eso.
— ¿Qué sucede con Azul? —pregunto, sonríe victorioso.
— Nada ha cambiado —dice, con una sonrisita divertida. No me gusta esa sonrisa, siento que me pierdo de algo grande.
— ¿Cómo que nada ha cambiado? Se más claro Diego, no te estoy entendiendo —le doy un sorbo a mi cerveza.
Los miro y es como si volviéramos a tener 13 años, solo que ya no nos escondemos en el sótano de los padres de Diego y ahora bebemos.
— Siguen juntos —me encojo de hombros.
— Es mi mejor amiga desde que tengo 5 años, me era imposible no verla apenas volviera —sonrío recordando su reacción cuando volví —aunque está un poco diferente —murmuro también recordando que siempre esta tensa y no habla tanto como lo hacía cuando me fui.
— Bueno, desde que te fuiste se comenzó a comportar de forma distinta —miro a Israel con interés. —se volvía más seria, todos sabemos que luego de lo qué pasó ella cambio, pero tú la mantenías arriba —frunzo el ceño.
— ¿Cómo?
— Ella era fuerte por ti, Nate —mi sonrisa se borra cambiando por una mueca de confusión —cuando te fuiste ella como que acepto los cambios, es más observadora. Mientras Fabio te asfixiaba en un abrazo ella miro todo el living y te puedo asegurar que se dio cuenta que Diego no limpia hace como 2 semanas.
—¡Limpie el martes! —exclama Diego.
— El martes de hace 2 semanas —André ríe dejando de lado su mal humor.
— Cabrón, es una casa grande y no puedo...
Los ignoro y me concentro en Israel que sonríe con la boca cerrada.
— ¿Cómo carajos sabes eso? —pregunto.
— Soy observador —se encoje de hombros.
Me recuesto en el sofá analizando eso que me dijo y lo que Diego no terminó de decir. Sí, me fui 5 años, pero ¿enserio Azul cambió tanto? Me di cuenta que ya no es tan parlanchina como antes y que siempre esta tensa o incomoda, pero pensé que lo que sucedió no iba a tener consecuencias en ella y su forma de ser. Debo verla mejor, debo saber que sucede porqué dicen que cambió tanto.
Aunque para mí siempre será la misma Azul, ella es igual conmigo, ríe, me deja abrazarla y tenerla cerca, pero sus ojos ya no brillan tanto cuando estamos con otras personas. ¿Solo conmigo se relaja?
Hace días que me está diciendo para ir al cine y no coincidimos, mañana voy a ir a buscarla y preguntarle que sucede.
— ¿Cómo la trata Axel? —pregunto recordando perfectamente el brillo en sus ojos cuando me dijo su nombre.
— ¿Axel Bryce? —pregunta Fabio llevándose un cheto a la boca.
— Si así se llama su novio entonces si —cruzo mis brazos.
— Mmhhh —murmura niego meneando su cabeza de un lado para otro.
— ¿Cómo qué mmmhh? —arrugo las cejas, miro a Israel — ¿No la trata bien?
— La trata bien, pero no nos agrada —arqueo una ceja en una pregunta silenciosa.
— Dicen que anda en malos pasos —murmura André que se levanta del sofá y se va a la silla.
¿Cómo puede ser tan cabrón de dejarme con la duda?
— ¿Malos pasos? —pregunto para confirmar que escuché bien —Azul me dijo que trabaja en una tienda de música.
— Lo hace —Diego me pasa una bolsa de frituras que rechazo — pero, es su fachada.
— No sabemos mucho, solo es un rumor, Nate — me intenta tranquilizar Israel — míralo así. Es un tipo que ama a Azul y la trata bien, pero se corre el rumor de que no anda en buenas cosas.
— ¿Y no pueden averiguar de que se trata?
— Averiguar seria involucrarse e involucrarse seria que nos salpique la mierda si hay algo y sale mal — se encoje de hombros Fabio. —si hay alguien que puede averiguar en que anda, eres tú. Podemos preguntar algunas cosas, pero sabes cómo es esto. — chasquea la lengua, encogiéndose de hombros. Para él no es tan importante— Es una suposición, Nate —chisto cerrando los ojos con fuerza.
— ¿No les importa que el novio de la niña que conocen desde que tiene 7 años ande en malos pasos y eso la perjudique? —sus caras cambian, me miran con atención.
— No es mi amiga —responde Diego dándole un trago a su cerveza. —pero tienes razón, la conozco desde que tenía ese malo corte y la arrastrabas a venir porqué te gustaba estar con ella todo el día.
—No nos vamos a ensuciar Nathaniel —me advierte André saliendo de la cocina, me señala con su lata de soda — vamos a preguntar, pero no pretendas que nos metamos demasiado. Lo que dicen de él no es nada bueno.
Suspiro.
— ¿Qué tan malo puede ser? —pregunto.
— Una palabra —murmura André, los demás se mantienen en silencio solo observándonos, ellos ya saben todo —drogas—mi corazón da un vuelco.
— ¿El novio de Azul es un traficante? —pregunto levantándome del sofá.
— No traficante —rueda los ojos Fabio — ni que viviéramos en una novela de mafiosos italianos —se burla.
— Pero si conoce a gente y anda metido en esas cosas —se limita a decir André antes de prender el televisor. Diego me pasa un mando — ¿Juegas?
— Les voy a partir el trasero —presumo aceptando el mando, nos sentamos los cinco en el sofá.