La casa de Liam era enorme, una mansión diría yo, había gente fuera de la casa cuando el amigo de James aparcó junto a esta, Clara y yo bajamos primero que el resto, la gente llegaba como abejas a un jarrón de miel, todos gritaban y saltaban emocionados por la fiesta, jamás había asistido a una fiesta tan grande, incluso cuando Aaron me pidió ser su novia no había tantas personas.
– ¡Si, adelante! ¡Gracias! –gritó James a sus amigos que caminaban hacia la enorme casa.
– ¿Aquí vive Liam? –preguntó Clara casi con la boca abierta al igual que yo.
–Sí, su padre es un abogado MUY reconocido y famoso en el negocio así que... –se encogió de hombros.
–Vaya –murmuré.
–Vamos –dijo James tomándonos a Clara y a mí por los hombros juguetonamente. Me reí, sabía que Clara debería estar gritando por dentro.
Caminamos a través del jardín enorme hasta llegar frente a la puerta y pasar, la música resonaba en mis oídos, estaba repleto de gente, incluso en las escaleras, no sabía cómo la gente podía bailar así, caminamos hacia la cocina inmensa y vimos a Liam repartir cerveza y chupitos a todos.
– ¡Hey! –dijo Liam al vernos.
– ¿Tan rápidos llegaste? –preguntó James, al ver que no tenía el uniforme y traía ropa casual.
–Bueno, digamos que me pase un par de altos –se río – ¿Podrían ayudarme? –nos apunto detrás de la barra de la cocina con la cabeza ya que sus manos estaba bastante ocupadas.
–Solo si puedo tomar uno por cada dos que reparta –dijo Clara.
–Por supuesto –se río Liam.
–Oye bro ¿Podrías prestarme algo de ropa? –preguntó James.
–Sube, ya sabes donde esta mi habitación
–Bien –dijo James –En un momento bajo chicas –y trotó hacia las escaleras.
Clara y yo nos pusimos detrás de la barra de la cocina pasando cervezas y llenando vasos vacíos con tequila, los tres estábamos bastante ocupados, yendo al refrigerador y regresando una y otra vez.
–Dos –dijo una chica a mi lado.
Tome dos cervezas y me gire para dárselas, me di cuenta que era Vanessa.
– ¿Se te acabo el dinero? ¿O porque estas repartiendo cerveza?
Tenía las dos botellas en mis manos apunto de entregárselas pero lo pensé mejor y las acerque a mí para no dárselas.
–Es casa de mi amigo y vine a ayudar, no a estar de mojigata arrastrándome con cualquier chico que veo solo –dije.
– ¡Tres de aquel lado! –gritó Liam.
Rodó los ojos.
– ¿Vas a dármelas o qué?
Hice una mueca y se las di, me sonrió y se dio la vuelta pero antes de alejarse se giro de nuevo a mí.
–Si te preguntas porque pedí dos, es una para mí y para mi acompañante que acaba de llegar y esta justo en la puerta –se dio la vuelta y camino entre la gente.
Como dudaba que ella tuviera acompañante porque lo único que hacía era insinuarse a cualquiera, eche un vistazo hacia la puerta, vi a Aaron entrar y buscar con la mira entre la gente. Ella se acerco a él y le beso la mejilla, la fulmine con la mirada.
– ¡Mad, tres de aquel lado! –gritó Clara a mis espaldas.
Yo estaba tan concentrada viéndolos, Vanessa le entrego una cerveza y él negó, vi que movía los labios y ella negó con la cabeza y se encogió de hombros. ¿Qué le estaría diciendo? ¿Porque creyó que Aaron era su acompañante? No sé cómo se había enterado que Aaron y yo nos habíamos enojado o más bien... él conmigo pero me daba rabia saber que aprovechaba cualquier oportunidad para lanzarse sobre él.
– ¡Oye! –me tomaron por los brazos y me di cuenta que Clara estaba frente a mi – ¿No me estas escuchando?
– ¿Qué? –pregunte.
–Olvídalo, solo sigue repartiendo, Liam fue por mas botellas
Asentí y le seguí ayudando, a los pocos minutos James y Liam entraron a la cocina con dos cajas y las colocaron sobre la barra, estaba hablando sobre algo pero por el sonido de la música no pude oírlos, las luces de colores que estaban por toda la casa me mareaban pero tenía que estar concentrada y ser rápida, los chicos pasaron las botellas y yo las metía dentro del refrigerador, Clara y yo llenamos vasos frente a nosotras una y otra vez, cuando la gente se calmo, ella se sentó en la silla al igual que los dos chicos y yo me recargue en la barra mirando a todos bailar.
–Podrías darme una cerveza –escuche a mi espalda y me di la vuelta, Aaron estaba con una sonrisa detrás de mí, me beso en los labios y me atrajo hacia él, de nuevos besándome con pasión y ternura al mismo tiempo, cuando me aleje me beso la frente.
–Para ti, todo lo que quieras –le dije y tome una cerveza del refrigerador, la abrí y se la di.
Aaron bebió todo de un trago y la dejo a mi lado sobre la barra de la cocina, me tomo por la cintura y me sonrió.
–Estaba buscándote –dijo.
–Con Vanessa no ibas a encontrarme –le dije y mire a mi derecha, ella nos fulminaba con la mirada, sonreí al hecho de que ella le había ofrecido una cerveza y no la había aceptado.
–Ella fue hacia mí, le pregunte dónde estabas pero dijo que no sabía
Maldita.
–Pero te encontré –besó la punta de mi nariz. Luego se giro y vio a los chicos y a Clara – ¡Hey! Deja que los de primer año se encarguen –dijo Aaron sobre la música.
Ellos asintieron y cuatro chicos de primer año entraron y nos sustituyeron entregando cervezas más rápido que nosotros.
– ¿Que hacen ellos aquí? –le pregunte.
–Querían ir a una fiesta, les ofrecí una pero a cambio de ayuda, aceptaron y aquí están. ¿Ya tomaste algo? –preguntó.
Negué.
Uno de los chicos le paso una cerveza y él la abrió y me la dio.
–Bebe, te hará bien.
Asentí y la tome con las manos, la bebí y él beso mi frente mientras lo hacía, mi corazón se acelero y baje la botella, hice una mueca por el sabor amargo pero poco a poco me gustaba, bebimos y reímos todo el tiempo, los chicos, Clara y mi novio caminamos hacia la improvisada pista de baile y ellos hacían sus movimientos extraños pero divertidos, bailamos, reíamos y bebíamos, la noche se volvió perfecta pero cuando acabe mi cuarta cerveza, tenía que ir al baño y Aaron también, así que subimos las escaleras para ir al baño de la habitación de Liam, donde no había borrachos por todos lados, entre y baje mis pantalones, beber tanto no ayuda a mi riñón ¡diablos! me dolía la cabeza. Cuando termine y me limpie todo lo que tenía que limpiar, subí mis pantalones y los abroche, me acerque a pasos muy lentos al lavamanos y abrí el grifo y moje mis manos con agua y jabón, cuando termine las seque y abrí la puerta, Aaron se apresuro a entrar y estrellar su boca con la mía, me cargo por los muslos y me pego a la pared más cercana.