Pía
La aburrición esta acabando conmigo, hasta que empiezo a recortar las cosas que he juntando, como revistas, periódicos, libros hace más de dos días. Es aún más aburrido así que lo dejo otra vez y me enfocó en donde entra el sol que es en mi ventana, la forma en que su luz alumbra de a poco mi alfombra favorita es muy satisfactorio. Lo que no es satisfactorio es que mi madre me haya obligado a ir a esa estúpida institución, si mi mamá me escuchase decir esas cosas, me lavaría la boca con jabón literal a ella no le gusta las malas palabras y he aprendido con ellos cuando dije la palabra boleto en vez de billete así de exagerada es mi madre aun siento el sabor del jabón. No puedo dejar de pensar en que hay algo escondido en sus buenas intenciones y recuerdo perfectamente lo que me habían dicho sobre ir en la institución, esa noticia fue como si me tirase de un precipicio.
*Flashback*
—Pía hija tu madre te llama querida —oigo que dice la abuela desde la puerta que por supuesto no esta cerrada ya que las niñas buenas no tienen que cerrar su puerta, solo si es de noche.
—Esta bien Abuela, dile que ya voy —le respondí y ella asistió luego se va otra vez.
Mientras iba bajando pensaba en porque mi madre siempre es muy misteriosa y la veo sentada en el sofá de la mano de mi padre que me miran seriamente con un poco de cariño creo.
—¿Me has llamado madre? —anuncié al entrar.
Mi madre me indica que me siente y lo hago justo en frente de ellos. Veo a papá animar a mamá en hablar.
—Cariño tu padre y yo hemos decidido que ingresarás de nuevo en el instituto, creó ya es tiempo.
¿Lo oí bien o solo fue mi imaginación?, tuve que tomarme unos segundos para digerirlo y la realidad me golpea cómo una bala de cañón.
—¿Porque? ¿Acaso las clases que me daban no es suficiente? —pregunte lo más calmada que pude.
—Cariño la gente esta empezando a hablar y si no hacemos algo tendríamos que salir de aquí y me refiero a la casa de los Borner, ellos son los únicos que nos queda —explica mi madre.
Otra vez esa estúpida creencia sobre de que somos brujas, no lo entiendo que mis padres se vistan diferente no significa que lo sean, bueno tampoco dicen alguna mentira pero eso ellos aun no lo comprueban.
—Cariño es solo si tu lo quieres hacer, tu no tienes por que aguantar lo que dicen de nuestra familia —mi dice mi padre.
Se que esta tarando de manipularme con su tono cariñoso y de que me de un poco de culpa todo esto y le ha funcionado.
—Esta bien, lo haré —respondí y Parecen aliviados— pero con una condición, iré como yo quiera y eso significa que me teñiré el cabello.
—¡Oh por supuesto que no jovencita! —inquiere mi madre con indignación.
—Esta bien madre —ella aun no sabe que también se jugar a la manipulación — creo que a los Borner no les importará que llevé a mi tarántula Cysi y a Lú mi serpiente —dije al levantarme— iré a empacar madre ahora mismo.
Estoy a punto de decidir ya que estoy pasando el otro extremó de la sala cuando la oigo.
—Esta bien —concuerda pero su voz tiembla un poco.
La emoción no puede conmigo y chillo como una loca.
—Pía!!! Las niñas no hacen…
Mi madre trata de regañar me pero no lo termina porque la besé cada parte de su cara, aun protesta pero me alejo de ella y voy corriendo en mi habitación pero no sin antes de escuchar a la abuela decir.
—Es muy inteligente, les ha hecho un chantaje y eso no la enseñe.
—Es muy lista —contesta mi padre con orgullo.
*fin del flashback*
Me río cómo una loca y de reojo veo a Cysi mi tarántula, mirándome con reproché pues no ha comido nada aún.
—Eso te pasa por querer escapar —la regañó— aprende de Lú, ella si se mantiene en su casa.
Lú emite un sonido de afirmación, ella parece entenderme y no me quejó. Mi serpiente Lú, tiene más de dos años y mide medio metros es blanca y sus ojos son negros, pero cambian en rojo cuando esta de mal humor con una leve tono de piel diferente, tiene rayitas negras en lugar de blancos y es extraño, rara veces la veo con ese color y es cuando presiente alguna cosas, aun no logro descifrar que es lo que le causa el mal humor, y es por eso que la he traído aquí conmigo, donde esta más tranquila y también creo que le agrado.
—Creo que a Cysi le encantaría comer esto.
—Estoy segura que no.
Mi madre me mira desde la puerta, creó que viene por algo ya que no llamo, ni anuncio pero ella es mi madre así que solo entra.
—Traidora —le susurró a Cysi.
Ella goza de su comida, le encantan los grillo es como si fuese un manjar cada vez que la come. Cysi me dedica una mirada de superioridad, eso me pasa por conocerlas tan bien que hasta con la mirada puedo interpretar sus emociones.
—Se suponía que ella no debía comer hasta dentro de una días. La señorita esta castigada.
Mi madre ríe de mí y que descaro de su parte, mira que mal crearla.
—Yo creó que teniéndola enterrada y sin comer, se escaparía más fácil —inquiere y la miró con el ceño fruncido— me encanta cuando se marcan tus cejas así, al chico también le gustará.
Toca la línea que he formado y me alejó de ella molesta.
—Otra vez madre, te he dicho que no veas nada.
—Solo quería saber como te ha ido —contesta.
—Pues tengo boca y existen las preguntas madre —le respondí con sarcasmos.
Mi madre asiste y se a cerca a mí.
—Esta bien, fue un error mío —se disculpa. «¿Qué esta tramando?».
—¿Cómo estuvo tu día cariño?.
—Ya la has visto.
Estaba molesta con ella y necesitaba que lo sepa.
—No lo he visto —responde.
Miro sus ojos y veo que dice la verdad.