Mi Perfecto Caos

CAPITULO 38: Corrientes que te activan el corazón 

 

Mi cuerpo se ha declarado oficialmente en huelga. Ya no quiere hacer más caso a mi cabeza. Ya no le importa lo que mi cerebro diga o piense. Y no sé si me parece bien o mal.

Lo que sí sé es que empezaba a estar cansada de tantas complicaciones. De tanto darle vueltas a todo. Con lo bien que sabe la vida cuando uno se deja llevar , cuando improvisamos despreocupadamente. Una sonrisa casi eterna se queda dibujada en tu rostro y , de repente, nada importa. Nada tiene sentido, nada más que tú mismo y la razón de tu felicidad. Eso es Martin ahora mismo y así he querido verlo desde ya, como la razón de mi felicidad. No es una complicación más de mi atareada vida ni un bache en mi camino, no, nada de eso. Martin es las razón de mi felicidad y a tomar por saco todo lo demás.

Estamos tumbados en la playa, a la orilla del mar, contemplando una puesta de sol maravillosa. Ahora mismo doy gracias porque los novios se empeñaran en celebrar la cena demasiado pronto. De otra manera no estaríamos disfrutando de estas hechizantes vistas.  Admito que nos hemos dejado llevar un poco por la pasión pero no hemos culminado en nada más allá . Somos indecorosos pero no indecentes. Al menos no todavía. Aunque agradezco que nadie nos haya pillado en nuestro momento de lujuria porque no habría estado para nada bien visto. Por un momento me avergüenzo de haber sido la primera pecadora después de haber insistido tanto con guardar la compostura en este evento. Sonrío para mis adentro, porque sé que mientras Elena esté ahí fuera puedo estar segura de que todo estará bien coordinando. Incluso Ginebra está sorprendiéndome con su comportamiento. Ha cambiado mucho en los últimos meses. Muchísimo. No ha vuelto a pasarse con la bebida, ni a pegarse una de sus fiestas de dos días, ni ha dejar de ducharse. En el fondo siento un poco de envidia sana porque sé que Elena, de alguna u otra manera, a contribuido a la recuperación de Ginebra mientras yo estaba demasiado ocupada en mis historias de amor frustrado. ¿Qué si me arrepiento? No. Pero me da pena.

A veces siento , de una manera estúpida, que voy a perder el vinculo que me une a mis amigas. Que van a dejar de necesitarme. Lo achaco a mi falta de amistades en el mundo. Mi circulo social siempre se ha limitado a Laura y, actualmente, se ha ampliado hasta Ginebra. Creo que es bastante comprensible que sea un tanto hipocondriaca con el tema. Pero lo voy superando. En realidad, agradezco que se hayan tenido la una a la otra mientras yo las descuidaba un poquito. Pero esa nueva complicidad, que ha nacido entre ambas, me raspa bastante. Necesito unas terapias extras con mi Gurú sobre el tema.

  • Este sitio es maravilloso- admito sin quitar mi vista del horizonte.
  • Cualquier sitio lo sería a tú lado.
  • ¿En serio?- no puedo evitar reírme, más por los nervios que por otra cosa.
  • No puedo creer que te abra mi corazón y tu te rías- no suena para nada molesto- Eres cruel, Laura, muy cruel.

Le golpe en el brazo divertida y me preguntó de dónde habrá surgido esta complicidad que hace un día ni si quiera existía. Que caprichosa es la vida, y que extraña.  Había notado el tonteo desde el principio, pero como ya he dicho en otras ocasiones jamás había visto un interés real de Martin hacia mi persona. 

Y decido preguntárselo porque, al fin y al cabo, no habrá mejor momento que este. 

  • Oye Martin…
  • ¿Si?
  • ¿Por qué te gusto?

Su cara de circunstancias me confirma lo que ya sospechaba, que me he explicado fatal. 

  • Quiero decir, no entiendo en qué momento empezaste a sentir todo lo que me has dicho. En realidad siempre he pensado que realmente no te interesaba. Me mandabas mensajes muy contradictorios.

Se acomoda en la arena colocando los brazos detrás de la nuca mientras concentra su mirada en el cielo oscuro. No se en que momento la oscuridad nos ha rodeado. Ni si quiera he sido consciente de que alguien hubiera encendido las antorchas que tenemos junto a nosotros. Al echar una mirada a mi alrededor me doy cuenta de que no podría haber mejor ambiente que este para mantener esta conversación. 

  • Creo que fue desde el primer día- no me mira cuando habla y lo agradezco- Desde que te vi sentí un pellizco en el pecho. No sabría decirte por qué. Si fue tu mirada, tu voz… o un conjunto de todo. Pero te prometo que en tu sonrisa encontré paz. Una paz que hacía mucho tiempo que no tenía. 

Le observo detenidamente tentando evaluar si es sincero en lo que dice. A mi me lo parece. Sus ojos brillan vidriosos, su respiración es acelerada. No soy ninguna loca pero he buscado algunos artículos de esos en Google. De esos que hablan sobre como descubrir a un mentiroso por signos evidentes. Es lo que tienen las tardes aburridas en la oficina. Según la web un mentiroso comprime los labios, se toca el cuello, se toca la nariz, se frota los ojos y esconde los pulgares. Al menos esas son las señales más evidentes. No aprecié ninguna de ellas en Martin. No había dejado de mirar al cielo, es verdad, pero yo hacía lo mismo cuando tenía que abrir mi corazón o decir cosas demasiado serias. 

  • Paz, es curioso que hayas utilizado esa expresión porque es justo lo que me haces sentir a mí. Paz- me incorporo y me siento con las piernas cruzadas-  en todo el caos que suponía mi vida. Un tremendo y exagerado caos.
  • Supongo que lo dices por lo de la revista y tu ex …

Le miro asombrada. A lo mejor un poco más de lo normal. Soy demasiado exagerada gesticulando. 

  • Ginebra me contó algo- me aclara en cuanto ve que mis ojos se van a salir de sus órbitas.
  • Lengüetona…
  • No te enfades con ella. Yo soy demasiado curioso, y persuasivo, y ella es de palabra fácil.

Me encojo de hombro. De nada vale negar lo evidente. En Nueva York todo el mundo conoce mi historia. Lo mejor es seguir la corriente.

  • Digamos que ese fue el principio de mi caos. Quizás antes. No tengo claro si el detonante fue Tom, o Gabriel o ninguno de los dos. A lo mejor fui yo. Me harté de hacer lo que todos esperaban de mí y decidí seguir mi propio camino.



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En el texto hay: rencor, celos, amor

Editado: 11.10.2021

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