Mi primer amor veraniego

II: Una sorpresa y un viaje

Mientras iba caminando, miraba las rocas y la basura de la calle. Viendo como un lugar tan hermoso se veía opacado por la suciedad.
Finalmente llegué a mi casa.
-Ya llegué, papá, mamá. ¿Hay alguien?
Nadie respondió por lo que supe que la casa se encontraba vacía, me puse a ver la televisión. Todos los programas mencionaban lo inolvidable que sería el verano y las recomendaciones de lugares exóticos. Apagué la televisión, pues no quería pensar que pasaría mis vacaciones en la casa.
Mis padres llegaron y me saludaron.
-Hola hija.
-Hola papá.
-Tengo buenas noticias (decía mientras abrazaba a mi mamá), iremos a la playa.
-¿Qué? (Dije incrédula) Pero queda a tres estados de distancia y además es algo costoso ¿No?
-Esa es una segunda sorpresa, desde hace dos meses me ascendieron y estuve ahorrando para las vacaciones.
-Me emocioné y abracé a mis papás.
-¿Cuándo salimos?
-Mañana en la mañana. Así que prepara tu maleta.
Después de escuchar sus palabras subí a mi cuarto a hacer mis maletas, metí de todo. Lo suficientemente para un mes, claro que tuve que utilizar dos maletas. 
Me bañé, me puse la pijama y me dormí, no podía esperar por ir a la playa.
Al día siguiente el despertador sonó a las 6 de la mañana, me puse un vestido de verano verde, y me peine lo mejor que pude.
Bajé a la cocina, mis padres estaban desayunando.
-Lista para la playa ¿Hija?
-Sí, no puedo esperar.
Pues desayuna, nos iremos al terminar.
Tal y como dijo mi papá, al acabar de desayunar procedimos a subir las maletas al carro y nos pusimos en marcha.
El viaje fue largo, durante el trayecto vi todo tipo de casas y paisajes. Después de cuatro horas de viaje llegamos al hotel.
-Hemos llegado señoritas, que les parece si van al hotel en lo que yo arreglo el papeleo.
-Sí, vamos hija (respondió mi mamá)
Me dirigí con mi madre a la habitación, era grandiosa. Toda blanca, limpia, con camas caras y con baño con tina. El paisaje daba directamente a la playa. Era hermoso.
Me tumbé en una de las camas, por mucho que tuviera ganas de ver el mar, estaba demasiado cansada por el viaje. Mañana iré a explorar el lugar.




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