Mi Primer y Último Amor

Capítulo 32: "El juego del destino"

Anderson Norab, un hombre muy inteligente que supo burlar las leyes de las tinieblas, quien al parecer se condenó a la misma muerte, pero de quien su alma aún permanece, sigue atrapado en donde no pertenece, a donde parece que la vida es injusta por lo que nos sucede, y aunque ese hombre parezca haberme abandonado y condenado completamente por la desgracia y soledad melancólica que en mi alma permanece, es a él a quien la salvación se debe.

- Síganme muchachos, debo mostrarles algo…

Finalmente decidí persuadir a Arthur y a Wilder, a descubrir lo que estaba tramando, lo que cierto tiempo ya habría planeado y de lo que ciertamente en el inframundo había pasado desapercibido, los llevé conmigo a un bosque muy particular, en el cual habrían turistas y muchos excursionistas, pero más allá de aquel bosque, existía un lugar muy oculto entre montañas, ríos y praderas, tras unas cascadas poco llamativas como para pasar en alto pero sin siquiera ser descubiertas, había una caverna en la cual ahora mismo mientras escribo me encuentro oculto, y sé que en cualquier momento, en un intento de búsqueda, aquí habrán de llegar.

Llegamos a aquel lugar y empecé a mostrarles todas las figuras en dibujos rupestres en la superficie rocosa, la cual pertenecía a las historias del tío loco que hasta el momento parecía ser el más cuerdo de la historia, era ésta una de las cavernas ocultas de nuestra familia, les mostré cada uno de los secretos guardados que ni si quiera el libro habría ocultado, donde se dieron cuenta los papeles en los que ahora estaban, literalmente, como personajes de una historia de fantasía en la cual serían los héroes. Arthur puede llegar a obtener el mismo poder que yo, que se nos otorga a través de la misma sangre, a pesar de nuestras diferencias y de que parece ser que solo puede existir un solo elegido, ambos podemos llegar a sentir y poseer lo mismo, es por esto que juntos podemos lograrlo, además de Wilder quien es capaz de aprender y adquirir la magia convirtiéndose en hechicero, podría ser este quien revierta el pacto. Mientras que levantaré a mi padre de la prisión en la que se encuentra, y junto a él podremos atraer a Cireth quien nos dará el paso al inframundo y solo yo, Beleth, podría entrar y salir del mismo, nadie más, pero finalmente el último paso sería solo mío, para acabar completamente con la oscuridad de las tinieblas sobre la faz de la tierra.

Sin embargo, a veces las cosas no pasan como uno quiere, el amor siempre seria mi enemigo, inseguro hasta de mí mismo, ¿Cómo podría llegar a confiarme de olvidar completamente a aquella mujer a la que tanto amo? ¿Puede un ser del inframundo enamorarse? Quizás la carne viva de nuestro cuerpo sea lo que nos hace tan sensibles a cualquier estimulo deseoso del corazón, la amo y no podría evitarlo y probablemente tampoco al destino. Entre aquellos secretos ocultos se encontraba la mayor de las profecías y era la de ver como el amor y la oscuridad pueden formar un solo fenómeno atómicamente real a perspectivas paralelas en la que circunstancialmente nuestras vidas estarían unidas por siempre, donde cualquier movimiento que hiciera obtendría el mismo resultado.

- ¿Cómo puedes estar tan seguro de que eres tú, Beleth, y no él convirtiéndote en sí mismo? –Cuestionó Wilder

- Porque yo también lo puedo sentir… -Dijo Arthur.

- La razón hace la verdad, y te puedo dar por hecho que con éste collar –Tomé aquel entre el índice y el pulgar derecho interrumpiendo las palabras de mi hermano- me mostró mi vida desde un principio hasta su final, donde justo ahora sé lo que futuramente podría pasar…

Dentro de lo que cabía mi leve sensación de ver como la vida me sorprendía otra vez, aunque siendo inhumano podría percibir lo mismo que todos a pesar de aparentar tan simple insensibilidad hacia la gente, pero allí estaba yo, entre el paso del viejo puente que sostenido por torpes tablas entrelazadas por lianas que harían de nuestro camino, uno solo, acompañado por mis hermanos que detrás de mí se encontraban, estremeciéndome entre sentimientos y emociones que sobrellevaban mis días grises nuevamente a color, tú tan bella y hermosa como siempre, observándome con el cabello que al parecer aun con sus curvas habría pasado del inicio de un ciclo prematuro a la apariencia de un cabello largo y hermoso, junto con una carpeta en su mano, un hermoso vestido color rosa que con una cola hermosa se arrastraba entre sus pies, y aunque sorprendida me admiraba desde el otro lado del puente, entre los que en tour presenciaban frente a ella, me fui acercando poco a poco hacia su lugar, dejándome llevar y arrastrándome al destino, porque como yo mismo habría tallado en letras en aquella roca laja, siempre creí en mi propio dicho, “la corriente del agua busca el camino contrario a su origen, mientras su destino permanece intacto a su esencia misma”.

Caminé hacia al paso del viento que corría a nuestro favor, mientras mis pies se acercaban a ti, en mi paso una anciana me ofreció unas flores de las cuales solo como un pequeño instinto supe solo tomar tu favorita, una flor de Alcatraz blanca y hermosa, que lleve entre mis manos para llevarlo a la diosa de mi ser que cada vez perecía ante tus pies, temía mucho perderte, que no me percate que junto a ti ese lado oscuro siempre muere, y vuelve mi alma a renacer, entre tus brazos, que al verse venir hacia mí corrieron como quien vuelve a ver a quien pensó jamás volver a tener, en un salto premeditado en mis brazos te encontrabas, mientras de la cintura te tomaba y en el bolsillo de mi camisa la flor posaba, dejando aterrizar su silueta esbelta, lleve la cala a su oreja, mientras no pude contenerme de tus labios poseer.



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En el texto hay: misterio, aventura, el primer amor

Editado: 12.09.2020

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