Estoy aquí en mi cama, no e pegado el sueño en toda la noche pensando en aquel maravilloso beso y en todas las confuciones que rondaban en mi cabeza.
¿Me gusta?, ¿Acaso no está mal estar enamorada de mi profesor?, ¿No es muy rápido decir que me gusta?, ¿El sentira lo mismo?, ¿Estara igual de confundido que yo?, Esas y muchas más preguntas rondaban por mi mente.
Mi nuevo despertador comienza a sonar y como estoy despierta antes de lo debido lo apagó rápidamente y doy comienzo a mi día.
Bajo las escaleras ya lista con el uniforme e incluso mas temprano de lo que siempre estoy.
Respiro profundamente al ver a Mássimo en su ordenador me dirijo hacia a las alacenas y lo veo para luego decir.
— Hola — dirije su vista hacia mi persona y da una media sonrisa. — Oye, lo de... Ayer — intento no sonreír al recordarlo— fue un error, fue por la adrenalina nada más.
Seguramente lo fue...
— Está bien— toma su ordenador y se dirige hacia a las escaleras.
Pero soy más rápida y no le permito el paso— Mássimo, esto no está bien, tu eres mi profesor y yo tu alumna — ladea el rostro— si seguimos con esto perderás la confianza de mi padre al igual que tú empleo e incluso tal vez yo también pierda su confianza.
— Está bien.
— No, no lo está, no quiero confundirte — mis ojos comienzan a humedecerse— rayos no es cierto, yo soy la que no se quiere confundir.— deja su ordenador en una de las alacenas para luego levantar mi mentón y besar mis labios.
— Ana me gustas y mucho.— me levanta en el aire y enriedo mis piernas en sus caderas— me gusta defenderte, me gusta verte enojada, me gusta verte sonreír, celosa o gruñona, me gustas toda tú. — termina y besa mis labios.
— ¿De verdad te gustó?.— pregunto mientras veo como relame sus labios.
— Toda, todita.
Sonrió como boba— Eres un cursi.
— No lo creo ya que una niña caprichosa— me rei— dijo que era arisco.
— Creo que esa niña caprichosa es muy sincera.
— Y muy hermosa.
Seguramente soy un tomate en este momento, sonrío como la boba que soy, miro atrás de su nunca y veo mi reloj de mano.
— Hay no, hay no, llegó tarde y precisamente a la materia a la cual no debo llegar.— digo como loca, si vuelvo llegar tarde a historia volveran a hacerme un llamado de atención.
— Vamos, te llevo yo.
— Pero estás en pijama.
— Espérame en el auto salgo en un minuto.— deja un causto beso en mis labios y bajo de sus caderas
— No te tardes por favor.
— ¿Acaso me extrañarás? — dijo acercándose peligrosamente.
— Mássimo no es el momento, ni la hora.
Y cómo si fuera flash entro al auto de mi no se que.
Es mi profesor, mi chófer, mi niñero, mi amigo, el chico con el que me beso pero no sé que somos.
Este chico tiene demasiados títulos pero ninguno es el de tu novio.
Ahora que recuerdo el dijo que le gustas— Es cierto, dijo que le gustó y mucho.— pero tú nunca le dijiste que el tambien te gusta ¿Acaso ya no sientes lo mismo?.— reprocha mi consciencia.
No quiero apurar las cosas el me conoce desde hace unos días, no se que puede pasar ¿Y si en unos minutos se arrepiente?.
SEGURAMENTE LO HARA — contesta mi consciencia y yo creo que está tiene razón— no me digas que no notaste el sarcasmo, como se va arrepientir si ya te beso y te comió la boca entera.
— ¡¿Ana?! — pasa una mano por mi rostro y vuelvo a la realidad— ¿Que te sucede?, ¿Estás bien? ¿Quieres que vuelvamos a casa? — como que volver a casa miro dónde estabamos y ya habíamos llegado a la preparatoria. ¿Tanto e charlado contigo Consci?.
— No estoy bien — beso su mejilla en forma de despedida pero el toma mi rostro y besa de seguro mis hinchados labios — adiós Max— sonrió al escuchar el disminutivo de su nombre. Salgo del auto.
— Adiós Anita — Sonreí al recordar a la persona que me llamaba así, mi madre.
Cierra la puerta del copiloto y se marcha.
Entro a la preparatoria y comienzo a correr como si fuera una maratón en la cual deseo ganar.
Toque levemente la puerta de mi salón pero me sorprendo al escuchar musica, ingreso a mi salón con la esperanza de que mi profesor este de buenas pero para mí sorpresa me encuentro con algo totalmente diferente, me río al ver muchos papeles, aviones y muchos animalitos de papel. Mis compañeros estaban todos sentados en sus respectivos asientos, seguramente estaban completamente asustados.
— ¿Acaso los asusté?, ¿Creyeron que era Voldemort?.
Comenzaron a reírse, ¿de verdad este salón es de último año?, Me siento en una de las mesas dobles y al no ver a mi compañera le pregunto a Melody.
— Oye ¿Dónde está Verónica?.
— ¿No te lo dijo?.
— ¿Decirme que?.
— Sus padres la descubrieron teniendo relaciones sexuales con Jhon así que hoy la llevaron a un Ginecólogo.
— Mm Pobre, ojalá que todo salga bien.
— Ojalá.
Sigo charlando cosas estúpidas con Melody hasta que siento una mano tocar mi hombro.
— Hola.
— Hola Ana, Emm perdón por lo de ayer no tuve un buen día.
— Entiendo.
— ¿Podríamos hablar?.por favor
Suspiro rendida— Dime.— Melody intenta alejarse para darnos privacidad pero la detengo, estoy bastante nerviosa no quiero estar sola.
Suspiró— Yo jamás te tocaría Ana, yo te respeto mucho y tú más que nadie lo sabes, siempre e sido bueno contigo.
— No lo sé Simón, ese día todos habían bebido demasiado e incluso tú, puede que no recuerdes bien las cosas... Pero tranquilo está todo perdónado.
— Pero coño, que yo jamás quise tocarte, no puedo creer que le creas a él antes que a mí.— dijo en su asentó español, suspiro para no reírme.
— Simón, está todo perdónado, ahora por favor déjame hablar con Melody.— se va molesto.
— Este tío necesita sexo urgente — dijo Melody imitando el asentó del rubio.
— Ay Melody tu eres un caso perdi...