Mi Sexy y Odioso Jefe

Capítulo 7

En ese momento que ella sale de la enfermería. Lucia llamo a un taxi para que pasar por la empresa y llevará a Katherine a su casa.

— Estos es inaudito, ese hombre es violento. —decia ella indignada por lo que había pasado.

— Vamos Katty, es mejor que ya olvides ese hecho, además ya Alejandro hablo con el.

— Un pepino, ese hombre no tiene sentimientos. Es un engreído rico y abusador.

En ese momento que llego el taxi, un mujer despampanante se sube sin decir nada al auto. Y Katty se le queda mirando y luego a Lucía.

— Has visto eso señora Lucía, es que hoy es mi día.

— Quedaste tranquila dejame, hablé con el chófer del taxi.

Lucia se alejo de Katty, y se acercó al taxi y lee dice al chófer.

— Oiga la señorita no fue quien pidió el taxi, sino yo.

Cuando Lucía mira atras era Fabiana, la que estaba montada en el taxi. Está la miró con expresión de fastidio.

— ¿Que paso ahora, por favor ya vámonos señor?

Lucia miro a Fabiana y le dice.

— Bueno mi querida Fabiana, le cuento que tendrá que compartir este taxi, con aquella joven.

Fabiana se bajó los lentes hasta la mitad de la nariz, y miro a Katty como bicho raro.

— Bueno dígale que se apure, no tengo todo el tiempo para esperar por ella.

— Por Dios Fabiana. —fueron las únicas palabras de Lucía.

Al volver donde estaba Katherine, está le dice en susurro suave.

— Anda sube, el chófer llevará primero a la señorita Fabiana y luego a ti.

— Bueno que más me queda, subir y dar un paseo para llegar a casa.

Cuando Katty se sube abre la puerta del copiloto, luego sonríe al chófer y luego mira a la mujer por el retrovisor.

Cuando el taxi se deslizaba por la avenidas, la mujer llamó por teléfono.

— Hola amiga como estas, si estoy en un taxi. Tú sabes que pude conseguir que Ricardo me llevará a casa. El estúpido se puso de mal humor y me hecho de la oficina de el. Si yo tampoco lo puedo creer, que aún se comporte de esa manera. Pero bueno cuando llegue casa lo llamaré.

Y la mujer colgó el teléfono, y se volvió a bajar la gafas, y decirle al chofer que la miraba por el retrovisor.

Al rato el taxista dejó a Fabiana en su fabuloso apartamento, y luego miro a Katty.

— Gracias a Dios. Que la dejamos en su casa rápido. Sino me volvería loco con tantas ocurrencias de niña mimada, no me imagino a alguien un hombre al lado de ella.

— Si esa mujer nos iba a volver locos con sus comentarios.

— Lastimas que no tenga cerebro, ahora dígame a donde la llevo señorita.

— Lléveme a esta dirección, y no ase preocupe que no hablaré cosas estúpidas en el camino.

El hombre solo echo a reír a carcajadas, y siguió su camino hasta llegar a la dirección que Katty le había dado. Al llegar bajo de auto y miro la residencia. El chófer sacó la cabeza afuera y el dice.

— ¡Vaya! Ya veo que no me como la otra joven, tome le dejo esta tarjeta si algunas vez me necesite señorita.

— Gracias señor.

El taxista volvió a tomar el volante y seguir su rumbo, Katty respiro hondo y entró en la residencia alli estaba el vigilante, que al verla con una venda le pregunto.

— Que le paso Katherine, se siente bien esta como pálida.

— No te preocupes, todo esta bien solo fue una sutura sin importancia.

— Espero que se mejore, y si necesita algo llámame que estaré pendiente.

— Gracias.

Al entrar y subir por el ascensor. Katty vuelve a respirar hondo de nuevo. En ese momento que sale del elevador. Dos bellos ancianos la detienen.

— Buenas tardes señorita, somos sus vecinos.

— A ok, un placer conocerlos.

— Espero que algún día podíamos platicar más.

— Claro algún día, pero ahora quiero llegar a mi apartamento.

Los dos ancianos se quitaron del otro medio del elevador y dejaron que saliera Katty. Al abribal puerta y entrar en sus aposentos se lanza en el sofá a descansar.

En ese momento suena el teléfono de la casa. Se extrañó por la llamada, no sabía quién podría ser ya que solo Lucía lo tenía. Y lo descolgó para contestar.

— Katherine al habla.

— Ola amiga soy yo Clarissa, la señora Lucía me dio tu número de casa, ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?

— Bien, amiga.

— Lucia me contó todo lo que pasó, por eso medio tu número y la dirección, pero te llamo primero antes de ir a verte.

— Bueno entoces cuelgas y ven a mi nueva casa, ya que tienes la dirección.

Mientras su amiga llegaba, fue la cocina a prepara algo antes que ella llegará. Entoces se tocó la cabeza y la herida. Pensando en los hechos ocurridos esa mañana con su nuevo jefe. Y dice en voz alta.




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