Al llegar al piso de Blake veo a una hermosa chica que resulta ser su secretaria. Por unos segundos pensé que sería de esas típicas mujeres hermosas y odiosas. Para mi sorpresa, se trataba de una chica muy humilde y simpática que me trataba de maravilla. Su nombre era Layla.
_ So, espérame un momento que debo terminar una conversación… te dejo con Layla. –Me da un beso en la frente y vuelve a su oficina-
_ ¿Cuántos años tienes Layla? Te ves muy joven para ser secretaria. –Me siento cerca de ella-
_ Todos dicen lo mismo –Ríe de forma tímida- En realidad tengo veinticinco años.
_ ¡Vaya! –Exclamo- Por favor dame la receta para verme así.
_ Gracias –Se sonroja- Pero no tengo ninguna receta, de todas formas usted se ve genial.
_ Solo dime Julieta… no soy tan vieja. –Río-
_ Pensé que su… perdón, tu nombre era Sofía. El señor Scott se refiere a ti de esa forma.
_ Blake siempre me dice So, Sofía o de cualquier forma menos Julieta, no sé para qué tengo ese nombre si nadie lo usa.
_ ¿Eres latina?
_ Mi mamá es chilena, pero yo nací aquí. Y todo el mundo dice que yo soy una copia de mi madre y mi hermano una copia de mi padre.
_ Heredaste lo mejor, ya quisiera tener yo un bronceado como el tuyo…
_ Nada que unas buenas vacaciones en el Caribe no solucionen, le diré al pesado de Blake que no te agobie y te dé unas merecidas vacaciones.
_ No te preocupes, que en pocos días salgo. –Aclara Layla-
_ ¿Y a dónde te piensas ir?
_ Al sillón de mi casa con comida chatarra y Netflix. –Dice de forma decidida y no puedo evitar reír-
_ ¿Acaso Blake no te paga lo suficiente para irte al Caribe? –Levanto una ceja- Estoy segura que debería pagarte millones por soportarlo.
_ El señor Scott es un muy buen jefe. –Hace una pausa- No se trata de dinero, es solo que no tengo con quien ir y unas vacaciones sola no suenan muy bien.
_ Con gusto me iría contigo… me acaban de despedir y necesito un descanso.
_ Ve con Layla –Dice Blake apareciendo junto a mí- Yo invito. –Nos guiña un ojo a ambas-
_ Gracias, pero no pienso abusar de ti. –Me cruzo de brazos-
_ Puedes verlo como un regalo de cumpleaños adelantado. –No pregunta, afirma y sé que se saldrá con la suya- Ven, ya estoy desocupado y podemos hablar… ya tendrás mucho tiempo con Layla.
No me deja decir nada cuando ya me está tirando del brazo hacia su oficina. Prácticamente nos lanza al cómodo sillón. De inmediato toma su celular y envía un breve mensaje.
_ Ahora dime… ¿Por qué te despidieron?
Comienzo a relatarle todo lo sucedido, desde la llegada de Kyle… todo. Puedo ver que la mención de Kyle no le agrada para nada y a decir verdad no es ninguna sorpresa, ellos nunca lograron congeniar.
_ ¿Necesitas que le haga una llamada a ese imbécil para que te deje tranquila?
_ No, creo que le dejé todo bien claro… y ya no quiero hablar de él. –Me recargo en su hombro sin decir nada-
_ Entonces… ¿Ya no hay boda?
_ Tampoco quiero hablar de eso. –Cambia el tema de inmediato y se lo agradezco-
_ Ya terminé todo así que podríamos ir a tu casa para comenzar a trasladar algunas cosas…
_ Me siento como si abusara de tu amistad. –Me quejo-
_ En ese caso yo sería el que abusa porque no quiero estar solo.
_ ¡Mierda! –Exclamo levantándome- ¿Cuándo se va Sam a Londres?
_ Este viernes ¿por qué?
_ Creo que esta semana tenemos que estar más pendientes que nunca de Theo, estoy segura de que se siente terrible.
_ Tienes razón –Concuerda conmigo- Vamos a buscar tus cosas y luego invitamos a Theo para que venga a cenar… incluso permitiré que vean una de sus películas lloronas.
_ Gracias –Sonrío- Eres un amor. –Beso su mejilla-
_ ¡Vamos por esas cosas Sofía! –Dice mi nombre con un gracioso acento-
Toma sus cosas y volvemos al lugar donde se encuentra Layla muy concentrada escribiendo algo.
_ Ya nos vamos Layla –Dice Blake provocando un susto en su pobre secretaria- No olvides el mensaje que te envié y el viernes traeré a esta chica para que hablen.