La niña se ovilló en el rincón al oír los pasos de su tío. ¡La había encontrado!
El hombre entró en la habitación y la miró, su lengua remojó sus labios.
Luego apuntó con la escopeta.
—Debí matarte el primer día que te adoptaron —dijo—, antes de que mataras a mi hermano y a mi cuñada.
Disparó, la niña se apartó, rauda, pero ya no era una niña.
¡Era un demonio!
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fantasmas y presencias, demonios y dolor, muertes; leyendas; suspenso; terror.
Editado: 29.05.2020