El símbolo de su amor, fue también el símbolo de su condena.
¿Qué pasaría si el amor de tu vida dejara de existir antes de nacer? entonces ¿A quién amarías? ¿Serias feliz realmente? O ¿Estarías condenado a una eternidad sin amor?
Y peor aún, si la culpa de todo esto es tuya.
Y esta, es la triste y trágica historia de los eternos enamorados, destinados a estar juntos, pero sin poder amarse. Se dice que hace ya muchos inviernos la maldad se apoderó del amor de dos corazones, seducidos por la ambición y el poder de lo desconocido, fueron víctimas y culpables al mismo tiempo de su desdicha. No se puede culpar a nadie más de lo que sucedió aquel día, porque solo ellos eligieron su destino.
Ella buscaba la felicidad y el amor, el buscaba la perfección, pero en algo coincidían ambos, querían que su amor fuera para siempre y así fue.