Tuvo que haber sido motivo de alegría para la muy unida familia Ramírez, porque después de muchos años de trabajo lograron por fin salir de la pobreza; pero, no fue así, pues empezaron a discutir por las acciones bancarias de su millonaria empresa, cada uno quería tener una jugosa parte, cada uno quería tener más que el otro, por ende comenzaron a pelearse furiosamente, a tal punto que unos se demandaron, otros se insultaron con fuertes groserías, algunos se amenazaron a muerte y los demás dejaron de hablarse.
Con el tiempo la empresa dejó de existir, ya que fue liquidada para que cada uno tomara su parte monetaria, muchos trabajadores quedaron desempleados (incluyéndome a mí), y de la familia Ramírez lo último que supe fue que todos terminaron de enemigos, pues unos están todavía presos, otros terminaron en el hospital (luego de irse a los golpes), algunos murieron por causas misteriosas, los demás hicieron sus propios negocios, jurando con rencor nunca volver a hablar con sus hermanos.