Mira Luna y la Academia Farewell

CAPITULO 32

Un ruido despertó a Mira Luna de su plácido sueño. Estaba tan agotada últimamente, desde que doblaba el turno de clases, que había tardado a penas unos minutos en caer en un pesado y profundo sueño del que hubiera sido difícil despertarla . Pero aquel ruido la había atravesado hasta meterse en su cabeza. La respuesta había sido instantánea. Mira abrió los ojos de par en par aunque le costó ubicarse. ¿Dónde estaba? Echó un vistazo a su alrededor. La luz de la luna se colaba por la ventana entreabierta rompiendo la oscuridad que lo envolvía todo. Rspiró tranquila, estaba en su habitación. Y casi con total seguridad aquel ruido atronador había sido fruto de un mal sueño. Se recostó de nuevo y se tapó hasta la nariz. Hacía frio. Mucho más que noches anteriores. Entonces el ruido volvió a llegar desde algún lugar de la Academia.

 

Mira se incorporó de golpe. Lo había oido muy bien y ahora estaba despierta. No había duda. Aguzó el oido pero era incapaz de percibir nada. Dudó unos segundos entre buscar la fuente del estruendo o ignorarlo y volverse a acostar pero entonces, como si llegara en respuesta a sus pensamientos, el ruido volvió a sonar. Pero esta vez con mucha más fuerzas. Mira se levantó de un brinco sin pensárselo dos veces y Salió de su habitación. El pasillo que la recibió estaba mucho más oscuro , allí no había ventanas que dejaran pasar algo de luz y eso la hizo estremecerse. Un hormigueo crecía en su estómago. Era el miedo. No sabía por qué pero aquel ruido , y su procedencia, le provocaban miedo. 

 

Mira avanzó lentamente por el pasillo repleto de habitaciones de Fleming. Prestó mucha atención por si percibía movimiento en alguna de ellas pero no escuchó nada. Todas las chicas estaban durmiendo. Cuando llegó al final del pasillo se encontró con el corredor de los chicos de frente. Allí tampoco parecía haber movimiento pero decidió a travesarlo por si acaso. Antes de haber recorrido a penas cien metros el ruido volvió a escucharse pero esta vez se oía con mas claridad. Era semejante al estruendo que causaría una ventana al cerrarse con el viento. Una ventana de cristales. Aunque que juzgar por el escándalo que producía bien podrían haber sido cien ventanas de golpe. Mira Luna sentía pavor. Pero ya no podía echarse a tras. Estaba demasiado cerca. Correr a su habitación y meterse bajo las sábanas hubiera sido la opción cobarde y ella se había propuesto cambiar. 

 

Sus pasos la llevaron hasta la sala común de Fleming pero el ruido procedía de más allá. Salió a la sala de las puertas y entonces vio una sombra que se mantenía firme frente a ella a unos quinientos metros de distancia. La sombraba vestía una túnica negra con capucha. A su alrededor el suelo se encontraba cubierto de cristales, de todos los cristales que cubrían el techo de aquella habilitación. Mira echó un vistazo a su alrededor nerviosa. Ninguna de las puertas de las Casas se habían abierto. ¿A caso era posible que nadie hubiera escuchado semejante barahúnda? 

 

  • ¿Hola?- a penas un murmullo ahogado en su garganta. Volvió a probar suerte por si esta vez se hacía oír un poco más- ¿Quién es usted?

 

La sombra no se inmutó. Mira recortó algo de distancia, a pesar del temblor de sus rodillas, pero aun así la figura no se movía. Al contrario de toda lógica, conforme Mira se acercaba todo se volvía mucho más negro. La muchacha miró hacía arriba buscando qué era lo que bloqueaba la luz de la luna pero no vio más que oscuridad. Todo era oscuridad. 

 

  • ¿Tienes miedo?- oyó decir a la sombra. 

 

Y aquella voz le resultó tan familiar que se le erizaron todos los poros de la piel. 

 

  • Tu…
  • ¿Acaso no puedes sentirme Mira?- volvió a hablar aquella capa encubierta- La sangre llama a la sangre. Siéntelo. Déjala fluir.
  • Yo no tengo tu sucia sangre.

 

La osadía de sus palabras la sorprendió incluso a ella. No esperaba decir lo que acaba de decir. Era como si su capacidad de temerle estuviera bloqueado por algo inexplicable. Creyó percibir un leve movimiento pero entre tanta negrura era imposible estar segura. 

 

  • Et erit lux- susurró Mira.

 

El conjuro iluminador. Lo había aprendido hoy mismo en su clase con los Preferentes y había resultado ser del todo útil. En realidad era la remera vez que conseguía iluminar toda una habitación, ya que el resto de veces había producido a penas una chispa diminuta con la que no encontraría ni una moneda perdida bajo la cama. 

 

  • ¡Muéstrate!- gritó Mira.

 

La sombra soltó una sonora carcajada que resonó por todas partes. Se hacía cada vez más imposible que nadie pudiera oír lo que allí estaba aconteciendo pero por más que Mira miraba nerviosa hacia todas partes no parecía nadie.

 

  • ¿Qué ocurre hija mía? Te noto nerviosa.
  • Yo no soy tu hija…- contestó Mira con gallardía.

 

Abaddon caminó hacía la chica con parsimonia. Recreándose en cada paso que daba. Disfrutando del miedo que veía en sus ojos. Mas que andar daba la impresión de que le Tiara en el aire pues sus pies no se apreciaban sobre el pulido suelo.  Mira sintió ganas de salir corriendo pero no lo hice. Se mantuvo firme en su sitio con todo el valor que pudo juntar. Quería creer que aquel demonio no le haría daño, que la necesitaba de una pieza, al menos por el momento. En ese momento le parecía ridículo haber temido las reacciones de su madre. ¿Qué podría haberle hecho ella? ¿Castigarla? Como mucho quemar sus libros de magia en la chimenea como hacia un año. En navidad, su padre le había regalado un libro viejo que a Mira descubrió en un mercadillo ambulante. El hombre se coló en su habitación y se lo dejó sobre la cama. No hizo falta acompañarlo de una nota para que Mira supiera de quién lo había dejado allí. Corrió hasta su despacho sonriendo de oreja a oreja. Él le guió un ojo y le dijo que sería su pequeño secreto. Su madre tardó solo un día en encontrarlo y lo lanzó al fuego frente a Mira que , a pesar de sus llantos, no pudo hacer nada por evitarlo. Sin compasión. Pero su madre se quedaba pequeña frente a Abaddon. La ira de Abaddon era mucho más peligrosa. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.