Mírame

Cuarta Escena.

Anteriormente... 
 

 

—No hagas eso—. Dijo el un poco molesto por el golpe [su mano... Me dio fuerte para tener manos pequeñas y... Lindas... Creo] Jack se quedó mirandola de arriba hacia abajo con cara seria. 



—¡Migue, Migue! El es Jack, nuestro nuevo compañero—. Dijo con energía Helie llendo a robar un pan recién hecho, ella estaba más encariñada con el, por... La comida. 
 

 

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Después de comer y estar completamente fatisfecha, Helie con una gran sonrisa acariciaba su panza levemente abultada. Estaba completamente llena. 
 

—Eres una glotona...—. Habló Jack viendo la escena en la que estaba su ahora compañera. 
 

—Hay que saber aprovechar el momento—. Respondió sencillamente con una frase típica, solo era una excusa. 
 

Luego de tal excusa Miguel que veía como interactuaban ambos jóvenes, estaba con una expresión seria. Recordando lo que el Jefe había dicho tiempo atrás. 
 


 

(inicio del recuerdo) 
 


 

Vemos nuevamente una sala totalmente oscura, donde se encontraba un hombre sentado; viendo docenas de pantallas a la vez.
 


 

Aparentemente estaban conectadas a distintas cámaras de seguridad, instaladas a saber donde. De un momento a otro alguien golpeaba la puerta.
 


 

Después de recibir la afirmación de entrar por parte del hombre, se abrió la puerta logrando entrar un poco de luz a la sala, junto a una persona, que era Miguel. 
 


 

—Jefe, ¿me mandó a llamar?—. Cuestionó él, entrando y cerrando la puerta. 
 


 

—Te tengo una tarea—. Habló desde la silla sin voltear a verlo, con un tono frío y tétrico.—vigila a D-8 05—. Fue lo único aún sin quitar la vista de las pantallas. 
 


 

Miguel estaba un poco sorprendido por la petición, aunque no se le veía en el rostro, sabía a quien se refería y no lo veía necesario, pero era una orden.
 


 

—Entendido, le daré un informe diariamente—. Este respondío con obediencia... O eso parece. 
 


 

—Puedes retirarte—. Volvió a hablar con el mismo tono frío, pero tenía la mirada fijada en una de las pantallas, donde se veía a Jack y Helie caminar bajo la lluvia. Con eso D-8 02 salió de la habitación. 
 


 

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Ahora tomemos un pequeño salto temporal a más adelante, situación donde estaban los cinco residentes de la cafetería; en lo que parecía ser, una red de túneles. 
 


 

—Este lugar apesta...—. Dijo Matías con cara de asco viendo a sus alrededores. 
 


 

—Deja de quejarte—. Respondió secamente la mujer madura, Claurel, viéndolo seriamente. 
 


 

Pues era un lugar pestilente y lleno de residuos de la ciudad, que por cierto, se llama Sabaody; las paredes de esos túneles eran asquerosas y varias ratas gigantes se paseaban por el lugar. 
 


—Esto me hace mal al estómago...—. Mencionó Helie sujetando su abdomen, también tapando su boca y es que había comido demasiado antes de salir.

—Eso es por robarme la comida...—. Respondiendo a su quejido Miguel habla con un tono de voz algo burlón.

—¿Por qué son tan ruidosos? Pensé que serían más serios—. En eso Jack hizo la pregunta que tal vez ustedes, también se cuestionan.

Pero eso solo causó que todos a excepción de Claurel; lo miraran como a un bicho raro. 
 


 

—¿Y tu por qué tan serio?—. Preguntó Helie acercándose a él con una sonrisa. 
 


 

—Debes saberlo—. Respondió sin voltear hacia ella, mirando el camino mientras su mirada se hacía cada vez más oscura. 
 


 

(Narración de Helie) 
 


 

Durante varios minutos seguimos caminando sin decir nada, cruzando varios camimos laberínticos que ya nosotros conocemos de sobra. Que para Jack son totalmente desconocidos, puedo notar que está alerta y precavido. 
 


 

Ese tonto no confía ni un poco... Idiota, no le haré nada, lo demostré pero sigue igual. 
 


 

Mis pensamientos fueron disueltos gracias al cambio de atmósfera detras de una pared a la cual llegamos. 
 


 

—llegamos—. Habló Claurel sacándome de mis pensamientos y fue a un lateral de la pared de ladrillos, presionando algunos de ellos por distintos lugares de la pared.
 


Nuestra seguridad no consta de solo un código en ladrillos, después de ingresarlo deberá salir un pequeño panel de la pared, ingresar otro código y un escaner de retina, seguido de eso hay un micrófono para afirmar que realmente eres tu y bla bla bla, demasiado complicado.

Después de hacer todo el proceso, la puerta oculta fue abierta y pasamos por ahí, aunque me pegué al brazo de Jack y Miguel caminando como dos chiflados... Y uno con mala cara.

Fui riendo sin soltar a ninguno de los dos, pero Jack es un amargado y no para de reprocharme por haberlo agarrado; luego de eso seguimos unos pasillos más, llegando a la sala de nuestro jefe; tocamos la puerta y solté a los dos, y pasamos después de recibir un "adelante".

—Al fin puedo conocerte en persona, Jack—. Esa fría y lúgubre voz resonó en la sala refiriéndose claramente al nombrado, el cual se tensó un poco. 
 



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En el texto hay: asesinos, romance, sangre y muerte

Editado: 03.08.2020

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