Mis Años En El Hogar Del Padre Pier

Capítulo 5

En el transcurso de los meses con suerte decía algunas palabras básicas "porfavor, gracias, permiso" no era muy sociable, no tenía amigos, amigas, sentía que no tenía una vida, era tan solo una niña que ya no tenía ilusiones que no tenía sueños, solo pesadillas que las tenía que vivir día a día, escuchaba gritos por las noches, gritos desgarradores de otras niñas pidiendo ayuda y de niños golpeandolas para callarlas, las supuestas tías que nos tenían que cuidar hacían de todo menos eso, solo quería estar sola, lejos de todos para que no me dañaran, sabía que me tendría que cuidar sola, me encontraba muy sola, sentía que me habían destrosado lo vida, rompieron todas las ilusiones y esperanza de una niña que recién cumpliría 7 años. 

Un día llego una señorita que quería hablar conmigo, lo recuerdo por que la vi 3 veces, la primera vez "tía" le apuntó mi cama, la señorita entró y la bruja se largo, yo me encontraba sentada en el suelo apoyada de la cama cuando se hacerco a mi y me dijo:

  • Hola ¿como te encuentras hoy? Me han contado que no te has sentido muy bien y te quiero ayudar, ¿quieres que te ayude?

le dije que no con un movimiento con la cabeza, no confiaba en ella. 

Días después volvió ella con un Doctor, el cual me peso y descubrió que estaba bajo peso, tenía un color muy pálido por las faltas de rayos uve, me dolían las articulaciones, el doctor informó que tendría que llevarme al hospital por que debía hacerme exámenes, donde descubrieron que tenía anemia, deshidratacion, desnutrición, me hisieron un tes sicologico y vieron que tenía una depresión que hace unos años descubrieron que era una depresión endogena, tuve que quedarme dos días en una sala de hospital con un catéter en el brazo el cual tenía suero, esas noches me levante dormida, el doctor dijo que era extraño que era sonámbula, después de varios exámenes escuché a lo lejos decir

  • Hay que dar parte a las autoridades
  • No lo hagas, la niña es huérfana a nadie le va a importar, aparte podrían cerrar el hogar y los niños correrían una suerte peor piénsalo.

al entrar a la pieza yo hice que estaba dormida, sentí una mano cálida en mi cabeza y una voz que era la del doctor que me decía:

  • Perdoname, porfavor.

después de eso volví al hogar tenía que tomar unos remedios los cuales nunca me dieron, las radiografias mostraban que tenía una displacia en las caderas y problemas en los huesos de mi espalda.



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En el texto hay: tristeza, realidad, temor

Editado: 25.06.2020

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