—¿Qué no lo sientes?
—Es esa gran sensación que recorre tu cuerpo, te hace más fuerte.
—Siente, escucha y mira a tu alrededor ¿notas algún cambio?
—Sí, han cambiado las cosas, ya no siento temor, solo rabia y dolor.
—Aprovéchalo pues pequeña, deja que el demonio surja por completo, deja que despierte, que se apodere de tu ser, no lo retengas, tus enemigos se doblegaran ante ti, destrúyelos, no te detengas, es lo mejor.
—Nadie más me dominara.
—Cambia los sentimientos absurdos de amor por unos nuevos.
—Venganza.
—Muerte.
—Destrucción.
—Rencor
—Que mi demonio interior despierte ya es lo que deseo, que destruya pues a mis enemigos sin piedad alguna, que no te importen sus lágrimas y el dolor de otros, solo destruye, destruye
—Entonces, si ese es tu deseo, duerme pequeña niña, duerme para siempre, que ahora yo me apodero de tu cuerpo, nunca volverás a sentir el dolor que te hicieron otros, quedara olvidado, duerme, duerme, deja que tu sueño se vuelva eterno.
—Destruye antes de ser destruido.
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Editado: 20.01.2019