Mis Jefes intergalácticos +18

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Arlet desde que llegó a este planeta ha sido muy observadora, se fijó principalmente en las chicas que trabaja en la mansión, son muy buenas pero en su trabajo no lo son.

Por eso ella se levantó temprano para hacer la comida, el desayuno no siempre es rico, con razón los chicos quieren que siempre cocine.

Otra cosa es que en la empresa muchas secretarias no saben dónde están paradas y ha tenido que guiarlas así puedan hacer su trabajo, por eso he desatendido a sus hombres, el trabajo que ha tenido desde que llegó no es pequeño.

Los cuatros hombres miran a la pequeña humana, los mayores sonríen de lado —Eres muy observadora… Y tienes razón  las mujeres de nuestra especie no está acostumbrada al trabajo duro… antes se le daba todo en bandeja de planta.

—Cocinar y limpiar o cualquier tipo de trabajo nunca lo han hecho… desde que nacen son mimadas y si se casan de igual forma… en eso nos hemos equivocado mucho —expresó Alexis.

—Cierto, sin embargo todo eso cambió desde la ley de separación… hay ella se dieron cuenta que ya nada será igual… Hay muchas mujeres inteligentes que han sabido salir hacia delante, algunas tienen negocios, otras son guerreras, otras tienen un trabajo que son capaces —Alex toma un sorbo de su té —, pero lamentablemente la generación joven no sabe hacer nada de eso y han sido mimadas.

—Muchas entran a trabajos importantes a través de conexiones y no saben ejercerla, aunque ellas tienen segundas intenciones y  buscan esposos que las traten como antes.

—Muchas han intentado que quiten la ley de separación solo porque quieren seguir con los tiempos de antes —Alex pone la taza en la mesa —, pero cada día hay más hombres al igual que mujeres que están apoyando la ley de separación.

—Nuestra especie —continuó Alexis —, especialmente los hombres nunca hemos sido tan felices que digamos… por eso todos los hombres son guerreros así buscar la manera de no estar en el planeta.

—Nosotros teníamos una relación dañina —Alex aprieta la mano de su pequeño hermano —, al no poder separarnos nuestro hijos sufrieron mucho.

Éber y Eros sonríen con cariño a sus padres —Aún así junto a ustedes fuimos felices… cuando ella no estaba eran los mejores momentos —expresó Eros.

—Es verdad yo amaba cada momento, siempre admire que a pesar de todo ustedes siempre nos regalaban una sonrisa —continuó Éber.

Los mayores miran con amor a sus hijos, los cuatros se abrazan, ellos nunca habían dicho sus sentimientos de esta manera al parecer la pequeña humana es un milagro para ellos.

Pequeñas lagrimas bajan por las mejillas de Arlet está especie no es tan diferente a los humanos, así como nosotros los humanos tenemos un lado oscuro ellos también salvo que los hombres son más sanos que las mujeres.

Con todo lo que dijo sus suegros al ser las mujeres tan mimadas se volvieron dependiente de ese afecto llegando al caso que no saben hacer nada por ella misma.

—Yo… lo siento por lo que preguntare, pero ¿cómo son criados los niños?

Los cuatro miran a la humana —En el la academia —dijo Alex.

—¿Cómo que en la academia? 

—La academia se encarga de dar la educación de ellos en todo los ámbitos —explicó Alex.

—Esperen… los niños no reciben amor de sus padres —dijo un tanto shockeada Arlet.

—La mayoría de los hombres siempre están trabajando… las mujeres no saben como cuidarlos… por eso se entrega la educación a la academia… duran desde las 9 de la mañana hasta la 5 de la tarde.

—¿Qué? —exclamó Arlet —, no juegan, no se divierten los pequeños.

—Jugar… ¿Qué es eso? —preguntó Éber.

Arlet mira a su hombre con asombro —Te acuerda la vez en la piscina que estábamos jugando.

—Oh, eso es jugar —indicó Eros.

—Por Dios… se que no son malas sus mujeres solo que han olvidado sus verdadera raíces solo hay que guiarlas en el día a día… —mira a sus suegros —¿Por qué fueron tratadas así? —pregunta Arlet aun no entiende por qué una especie tan avanzada sus mujeres no son tan capaces de hacer algo eso no tiene sentidos.

—Los registros dicen que hace siglos atrás nuestra raza estuvo apunto de llegar a la extinción, se comenzó a venerar más a la mujeres haciendo que ella dejarán de hacer cualquier trabajo… —explicó Alexis.

Arlet no dice nada —Aún así hay que ayudar a sus mujeres a que sean independientes y sepan valerse y no depender de un matrimonio que no quiere… me imagino que muchos huyen de eso.

Sus hombres confirman —Cierto, desde la ley de separación muchos huyen del matrimonio, últimamente se ha reportado que varias han jugado con hombres para que se casen y sean mantenidas en todo sentido… muchos de nosotros queremos un matrimonio tranquilo, con amor y confianza pero es algo que no se encuentra mucho.

Arlet escucha las palabras de Eros —¿Por qué no me lo dijeron antes?

—Por qué no queríamos que te sintiera incómoda con nosotros —dijo Éber —, desde que te vimos en el ascensor nos enamoramos de ti, no nos importó la diferencia en nuestra especie te amamos como eres… solo teníamos miedo.

Arlet se sienta en las piernas de su hombres —Y yo los amos a ustedes —beso los labios de Èber así como también de Eros.

Los mayores sonríen con emoción, tienen sentimiento encontrado ellos también desean a alguien que los mira como ella lo hace, solo Dios sabe qué hará con cada uno.

Un carraspeo hace que la pareja se despegue —Sobre la agencia —dijo Alex no quería dañar el momento pero tiene interés en eso..

Arlet se estaba por levantar pero Éber la sostiene —Quédate hay.

Arlet confirma, se acomoda mejor —En mi planeta hay mujeres iguales que aquí, que quieren una vida fácil, sin embargo hay mujeres honestas y trabajadoras que buscan oportunidades de salir hacia delante sin necesidad de hombre o familia.

—Hay mujeres que tenemos que buscar una forma de vivir… Un ejemplo es donde trabajaba antes, cuando los chicos me entrevistaron ellos rápido me aceptaron aunque ya teníamos conexión sin saberlo ellos me vieron fue por mi trabajo.




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