Capitulo 9

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Maratón 1/3

Helena...

El desanime junto a las decepciones de la noche anterior me hacen el día difícil.

Llevaba años sin sentir el mínimo interés hacia alguien que al enterarme que Charles simplemente quiere conocerme, no más que eso, me decepciona, me hiere.

Me hiere porque aún no hayamos tenido nada formar, el sentimiento que inició a crecer en mi luego de sus besos, de sus caricias, fue tan fuerte que ya lo visualizaba en mi vida y me veía saliendo de la soledad y me veía entrando a la felicidad junto a un hombre que a simple vista se ve encantador, que es encantador.

Pero que al parecer solo le gusta jugar pero que podía esperar de un hombre que me alagó y exaltó mi belleza en los primeros minutos de conocernos.

—Helena. ¿Ya te vas?— pregunta la ama de llaves, la señora Julia desde la cocina, sacandome de mis pensamientos.

—Si, señora Julia, ya termine todas las habitaciones.

—Disculpa que me meta preciosa pero no he podido evitar notar que estar algo cabizbaja, ausente y tu no eres así.

Hice una mueca como la boca— No es nada señora Julia.

—En mis tiempos le llamábamos mal de amores.

—¿Qué?—pregunte sorprendida. «¿Tan obvia soy?»

—¿Quién tiene mal de amores?— pregunta la señora Martha entrando en la cocina. “Eramos muchos y parió la abuela” como decia una chica mexicana que frecuentaba el bar donde solía trabajar.

—Helena.— me delata la señora Julia.

—Cuentanos ¿Cómo se llama? ¿Rompierón? —Pregunto la señora Martha.

Hice otra mueca con la boca. —¡Es complicado!— exclamé.

—Pero todo tiene explicación niña.—Dice la señora Julia.

Solté un suspiro y trate de explicarles.

—Lo conocí un día poco después de entrar a trabajar aquí, en un parque cerca de casa, fui a llevar a mi hermano a jugar soccer; mi hermanito se apareció con él para mostrarme que el pelo alborotado era la onda— sonrió ante el recuerdo.

—Su nombre es “Charles.” iniciamos a frecuentarnos, entre besos y situaciones comprometedoras, nació la duda. ¿Qué nombre ponerle a lo que teníamos?

»Al preguntarle dijo que solo quería conocerme y ya saben como se rompió mi corazón.

—Pero si eres una hermosura de persona ¿Como no formalizar una relación con alguien como tú?—Dijo la señora Julia.

—Julia es que llevar el mismo nombre que mi hijo no lo hace un caballero. Además nadie se libra de que le rompan el corazón.

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Charles...

Doy vueltas en mi oficina comí llevó haciéndolo todo el día. La mirada de Helena se reproduce en mi mente una y otra vez, sus ojos bañados por la decepción, la desilusión siendo su único color.

No mentí al decirle que quiero conocerla, por ahora solo quiero, ir paso a paso y ver que pasa.

—Cuidado si haces un  agujero en piso, amor.

No tuve que mirar para saber de quien se trataba, la melura irritante de su voz fue todo lo que necesite.

—Dimitria ¿Qué haces aquí?—La encaró sintiéndome asqueado por lo que veo, sus implantes de senos tan exagerados con una camisa de escote profundo, los labios llenos de botox pintados de un color exagerado, sin contar los quilos de maquillaje en su rostro.

«Como pude dormir con algo así.» corrección tener sexo porque nunca me he quedado a dormir con ella ni con nadie.

—Hasta hace unos meses no querías que saliera de tu cama y ahora me preguntas que hago aquí, por dios Charles.

—¿Por qué no tocaste? —Insisto con tono duro.

—Llevaba haciéndolo mucho tiempo pero no respondías, te encuentras muy distraído. Dejadme ayudarte con eso.— inicio a desabrochar su camisa

—Dimitria, ahorrame el mal rato y no te desnudes.

—Antes te encantaba que estuviera desnuda.—replico ofendida.

—Y aún estas desnuda— me refiero a su escote rebelado y a su mini negra que apenas cubre su trasero.—Solo que ahora, me das asco.

No deje que dijera nada más, me acerque a mi escritorio tome mis cosas y me encamine a la puerta, ya en esta le dije— Asegurate de cerrar al salir.

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K.R