Cassie básicamente es la única familia que tengo ahora y es que yo suelo apegarme demasiado rápido y demasiado intensamente a las personas, además de que mi humor en la escala del 1 al 10 es tales un -1 y la gente no me agrada casi nunca, pero Cassie es como un Ángel no hace más que rescatarme y mostrarme cómo funcionan las cosas en esta parte del mundo y se lo agradezco, además de que me hace olvidar todo lo malo o por lo menos no pensar demasiado en eso.
Y es que en verdad todo es diferente ahora, es como tener frente a mí una pizarra en blanco cada día y en ella puedo pintar de los colores que quiera, como quiera; es decir tengo un mundo de posibilidades y puedo hacer lo que sea que me proponga y siento como al fin todo por lo que he pasado vale la pena porque de otra forma no estaría aquí.
Así que en cuanto mi teléfono suena sé que es hora de levantarme y debo hacerlo rápido antes de empezar a pensar en lo deliciosa que es mi cama y volver a quedarme dormida, me estiro, hago unas poses de yoga y me doy cuenta que mis músculos están verdaderamente doloridos, tal vez me excedí un poco ayer bailando y eso, así que decido tomar una ducha y tendré que darme prisa si quiero irme con Cassie, que si tiene un auto.
En cuanto me termino de bañar, salgo con mi bata puesta y escojo la ropa que usare, no me esfuerzo para nada en elegir algo decente ya que al llegar al hospital debo cambiarme por el uniforme; elijo unos pantalones deportivos negros, un jersey de lana calentito negro también y mis tenis Nike grises con turquesa, dejo mi cabello suelto para que se seque de camino al hospital ya que al llegar allá debo recogerlo en una coleta o algo; me pongo mi spray astringente para rostro y una pequeña cantidad de protector solar, tomo mi cepillo para arreglar cejas y mi bálsamo labial y estoy lista.
Bajo las escaleras y veo que Cassie ya está desayunando.
- ¡Buenos días! – saludo
- ¡Buenos días compañera!, parece que estas de buen humor y, ¿por eso...? - Cassie me mira de manera extraña y sé que es porque sabe que yo no suelo bañarme en las mañanas, simplemente eso me pone de mal humor así que le digo:
- No, me bañe porque mis músculos están pasándome factura por lo de ayer y mi outfitt, no importa porque al llegar al hospital nos cambiamos de ropa y pasare el camino hacia allá en tu auto, así que nadie tendrá que verme.
- He, estarás bien, que hayas tenido que bañarte esta mañana no hará que tengas todo un mal día es muy poco probable, tal vez de un 5%, así que ven, hice desayuno para ti también.
- Eres un sol Cassie, gracias, la verdad es que me comería una vaca en este momento.
- Pues siéntate conmigo y desayunemos rápido que vamos a llegar tarde.
Luego del desayuno que fueron básicamente panqueques de banano, con miel, algo de fruta y jugo, subo a mi habitación a cepillarme y a coger mi billetera ya que el tráfico es una locura a estas horas.
Una vez en el auto Cassie pone la radio y escuchamos la primera emisión de noticias ya que somos doctoras debemos estar siempre pendientes, cuando llegamos vemos que hay como cinco ambulancias que acaban de llegar, según parece son traumas múltiples así que mi día empieza ocupado, corremos como locas a por uniformes, estetoscopios y nuestros beepers, que básicamente son como teléfonos pequeños que usamos y suenan cada vez que alguien del hospital nos necesita.
Son las 2 de la tarde cuando todo el caos va desapareciendo y ya que tengo un momento me dirijo hacia la cafetería del hospital a por algo de comer, aunque en realidad estoy algo frustrada porque casi todas las mañanas paso a comprar mi capuchino de vainilla a Rossies que está muy cerca de aquí, pero supongo que hoy no es uno de esos días, básicamente no he comido nada desde esta mañana así que pido un sándwich de pavo, verduras y un fresco de mora y busco una mesa vacía ya que no tengo energía para escuchar o participar de las conversaciones típicas.
Al cabo de unos minutos de paz absoluta, veo que el chico que siempre me está asechando viene hacia acá.
- April, ¿puedo sentarme? – dice Jordán él está en segundo año de medicina interna y me agrada, aunque estaba disfrutando el silencio, pero mis modales no pueden caer tan bajo y echarlo.
- Si, está libre... creo
- Genial, y cuéntame ¿Qué tal tu día? Escuche que trauma estaba lleno desde la mañana.
- Si, la verdad tenemos trabajo, pero me alegra mantenerme ocupada. ¿Tú no estabas atendiendo traumas con los demás?
- No, mi sobrina nació esta mañana así que estuve ahí. – por primera vez desde que empezó la conversación noto que tiene una linda sonrisa y sus ojos, son claros a pesar de que su piel es morena, es bonito; pienso.
- ¡Vaya, felicidades! Esa sí que es una buena noticia, - la verdad siento algo de nostalgia ya que yo siempre quise tener lindos sobrinos.
- ¡Gracias!, ¿tú también tienes sobrinos?