Camila y Dafne llegaron al castillo de Rolf, las dos de quedaron a una distancia segura donde nadie las pudiera ver.
–Bien, ya sabes que tienes que hacer. Mientras tú te ocupas de salvarlo, yo estaré esperando en la casa.
Dafne siguió con la mirada a Camila hasta verla desaparecer entre la gente, una pequeña sonrisa aprecio en sus labios y la sonrisa no era nada tierna, más bien malévola.
–Pobrecita, no sabe que la única que acabará mal en todo esto es ella–diciendo esto entró en el castillo con sumó sigilo.
Cuando entro a los calabozos, encontró a Colín sentado y relajado.
–Se ve que te gusta tu nuevo hogar–de burló de él.
Colín levanta la cabeza y la mira sonriendo–Oh, si es mi querida Dafne. Creí que jamás vendrías ¿como va todo?.
–Bueno... digamos que yo fui mas lista. Esa mujer es muy buena, me creyó a la primera, hice tal y como me dijiste, llore y mentí–le dijo sonriendo mientras recordaba la escena.
–Bien...Jak cree que puede conmigo, pero le daré donde más le duele. Y no, no es matando a su querida esposa, eso no lo hará sufrir tanto como lo hará al saber que su querida mujere fue la que me ayudó a escapar de aqui y se acostó con su peor enemigo–afne sintió escalofríos por todo su cuerpo al oírle hablar con tanto odio.
Mel entró al despacho con una bandeja de té y galletas, la dejo en la mesa y se puso al lado de su marido.
–Amor, sabes que esto es un asunto de...–su mujer le irrumpe poniendo un dedo sobre sus labios.
–Sabes que siempre te hago caso...bueno casi siempre. Pero esta vez no pienso hacerlo, así que calla y déjame escuchar–su marido intento ponerse serio, pero una pequeña sonrisa lo delato.
–Si ya habéis terminado de hablar, creo que será mejor trazar un plan ya–espeto Jak molesto.
–¿Crees que dafne pudo hacer algo así?–le pregunto mel mirándolo.
–¿Que si lo creo? Quizá si me hicieras esta pregunta años atrás, te diría que imposible. Pero esta Dafne de ahora...no es la joven inocente que conocí tiempo atras. Así que la respuesta es si, si que puede.
Mel se quedo flipando–Pues si que la odias.
–Dejad eso,hay que pensar en Camila ¿donde piensas que la retiene?–pregunto Rolf apoyando su espalda en la silla.
–La verdad es que no lose, ya mandamos para ver su casa. Pero no está ahí, algo me dice que todo esto es un sucio plan de Colín–dijo frunciendo el ceño.
–Él esta aquí, no puede ir a ninguna parte y....–la puerta se abrió de un golpe interrumpiendo a Camila, uno de los guardias que tenia que estar vigilando a Colín estaba parado en la puerta y parecía muy pálido.
Rolf se levantó seguido de jak–¿Que maneras son esas de entrar?.
El hombre bajo la cabeza–Mi laird, si no fuera algo urgente no haría tal cosa...es que... Colín a escapado.
Jak miro a Rolf y luego dirigió su gélida mirada al guardia, se abalanzó sobre el cogiéndolo del cuello–¡¿Como pudo escapar?!.
Mel y Rolf lo sujetaron del brazo apartándolo del guardia. Rolf aparto a Jak y fijo su atención en el hombre.
–¿Como escapó?–le pregunto apretando los dientes, se controlo todo lo que pudo para no golpear al joven.
–Al parecer lo ayudó una mujer, es imposible que escapara sin que esa persona supiera como es el castillo, el lugar del calabozo y las llaves–le informo el joven, quien tenía todavía la cabeza agachada.
Rolf le hizo una señal para que saliera, se giró mira do a su esposa y a Jak–Sea quien sea esa mujer, no solo solo conoce todo este castillo... si no que también sabia donde estaba el escondite de las llaves y eso solo lo sabemos pocas personas.
Camila iba de un lado a otro, ya había enviado al pequeño Kent para avisar a Jak y los demás de donde estaban, para cuando ellos llegarán ella ya le habría robado los documentos a Colín y este podría por fin ir al calabozo y jamas salir de ahí. Oyo los casos de los caballos y suspirando rogo a dios que todo saliera bien.
La puerta se abrió y Colín entró seguro de Dafne. Camila espero ver algún rastro de sorpresa en su rostro, pero solo vio la sonrisa burlona y llena de malicia.
–¿Que creíste? Creo que olvidas con quien juegas, una mujer jamás podrá conmigo y menos tú–algo alertó a Camila al oír esas palabras, Colín no tenía que estar así de contento, ella esperaba verlo desconcertado y sorprendido. Pero ese hombre estaba sonriendo como si ella fuera la que hubiera caido en una trampa ¿acaso era así?.
–Yo... nose quien te crees, oí que tienes unos documentos que podrían destruir a Jak ¿es verdad o solo mientes?–le pregunto para ya cogerlos y salir de ahí.
Pero en ved de ver la sorpresa este se echó a reír a carcajadas,se sentó en la silla más próxima y estirándose miro a Camila con una amplia sonrisa.
–Asi que quieres los documentos, ya veo que amas a ese inútil de jak ¿por que no lo dejas y vienes conmigo?.
–¡Jamas! Antes prefiero morir o quedarme soltera para siempre, eres el hombre más despreciable que conozco y...–no pudo terminar ya que Colín se levantó de la silla tirándola al suelo y en un abrir y cerrar de ojos tenía a Camila en sus brazos y con su mano alrededor de su cuello.
–Hablas mucho, pero eso ya lo areglare cuando te tenga en la cama y...
Camila le asestó un codazo en el abdomen, Colín la soltó llevándose una mano a su abdomen dolorido. Levantó la cabeza y la miro furioso, Camila intento escapar, pero cuando iba a abrir la puerta Dafne la empujo hacia el hombre. Esta la miro confundida y sin entender porque la había empujado, sintió la mano de el hombre en su cabello, después este tiro de su cabello para atras. Aguanto el dolor cerrando los ojos para no tener que llorar, no quería darle el gusto de verla débil.
–¿Creiste que me la jugarías?–le susurro sonriendo al oído, levantando la mirada le indico a dafne la puerta con la cabeza.
–Lo siento...las cosas son así, mejor dicho, la vida es así. Espero que sean felices–diciendo esto salió cerrando la puerta.