Morpho Azul -Las crónicas de mi maestra-

Caminos divididos


-Umbra: -Bueno deberían dormir en este lugar ya que lo protege una gran fuerza mágica, y las demás criaturas que habitan por los alrededores no pueden acercarse... así que estarán a salvo lo que queda de la noche. 
Mientras las chicas duermen... Umbra las mira detalladamente. Una a una se les acerca como buscando algo, hasta que llega donde está Spero, y coloca su mano en la mejilla, rozándola con sus dedos suavemente detallando cada parte de su rostro: largas pestañas, su cabello castaño-rojizo, sus delicados labios y su piel ruborizada. En ese momento Spero se despierta y mira a los ojos rojos de Umbra.
-Spero: -¿Ahora te irás, o nos acompañarás?-
-Umbra: -lamentablemente no sé.... El trato era solo traerlas pero....
Cuando, sin ningún aviso Umbra acerca su cara cada vez más a ella sin detenerse. Él no deja de pensar en lo hermosa que es y en cómo se siente cada vez que la mira, un calor lo inunda... eso ya lo había sentido antes y no quería salir lastimado de nuevo. Tristemente las imágenes de aquella chica que el en algún momento amó, surgieron para atormentarlo. Era un pasado del que no podía escapar. Aún no se perdonaba no haber estado ahí cuando la tragedia sucedió... pero no le importó... ya eso había ocurrido hacía mucho tiempo... Era algo que no tenía arreglo y no se podía lamentar el resto de sus días como lo estaba haciendo, hasta que conoció a Spero. Logra besarla. Ella no entiende lo que ocurre al momento; logra sentir su aroma a madera de pino y la calidez de sus labios, cierra los ojos y no se detiene, luego de un suspiro apasionado él coloca su mano detrás del cuello de ella... La levanta poco a poco mientras la abraza y la sigue besando, su delicada respiración hacia que aflorara en él un sentimiento tan fuerte que le causaba una presión en el pecho que lo hacía sentir más ligero que el aire una sensación inexplicable, por un momento sentía como sus labios ardían. Spero no pudo resistirse, no puede seguir negándolo por más tiempo, siente algo por él y solo se deja llevar. Le corresponde y en su corazón no quiere que el momento termine. En ese momento él se detiene, la abraza fuertemente chocan sus mejillas levanta su cabello y lo coloca detrás de su oído... Dulcemente le dice;
-Umbra: -Ven conmigo-. 
-Spero: -Sabes que no puedo-.
-Umbra: entonces tu deuda está saldada. ….Umbra se separa de ella con una actitud fría, toma su capa, se da la vuelta y se pierde en la oscuridad.




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