Curiosidades insatisfechas.
| Miley |
La brisa es un roce suave contra mi piel. La oscuridad me rodea, pero el cielo esta noche está formado por destellos, estrellas. Me siento fascinada con ellas y la luna, es algo sublime y relajante.
Mi cabeza es una corriente de pensamientos sin algo en específico pero si en un alguien. Korus no deja que abandone las miles de preguntas que tengo sobre él, la simple charla de hoy no fue suficiente.
¿Por qué quiero saber de él? Ni idea, pero siento que lo necesito.
Alzo mi mano, imaginando ridículamente que las podré tocar.
—No descansas, ¿No?
—Contigo no se puede.
Bajo la mano, y miro en el lugar donde se encuentra, donde nos encontramos: El techo era una solución a las vigilancias que a veces padre estrictamente ponía afuera de la puerta de mi cuarto—a parte del que ya me puso— lo hacía por días específicos de la semana y aún lo hace.
Él como todo un supuesto guardia, me sigue. He tenido oportunidad de escaparme—antes del control—porque no puedo olvidar que Deiros está en la cabaña.
—No me veas la cara. Sé que Marion no te puso como guardia. El te dio orden de seguir mis pasos, lo que hago, con quién como o hablo.
No se inmuta, su mirada me consume.
—Sé que eres más que un simple vampiro.—Alza sus cejas y se cruza de brazos recostado en un muro que es parte de una habitación acá arriba—Y no cambio mi parecer de que seas un perro faldero. Pero tú eres un contratado, ¿Por qué él?
Se mantiene callado, pensado en una respuesta o pensando si es mejor dejar hablándome sola.
Puedo describir su físico desde donde estoy, la luz de la luna se refleja en él; Ojos verdes como el bosque, una nariz perfilada, sus labios son delgados pero se ven suaves, su boca es rodeada por una barba definida—No es abundante, más bien es fina—que es igual al color de su cabello que tiene una combinación rara: castaño pero es opaco por algunas partes. Su postura siempre es firme, su mirada siempre analiza y es fría. Sus ojos proyectan de algún modo una oscuridad provocada. Está vestido de negro—normal—desde que estoy aquí sus colores son negros y azules oscuros, cosa que lo hace ver menos amigable pero un peligro atractivo andante.
—Pensé que eras una muñequita nada más, mira que me sorprendiste.—Salgo de mi observación, y apuesto a que él se dio cuenta.—El rey necesitaba mantener a salvo a su princesa perdida.—No responde la otra pregunta. Río con ironía.
Su capa ondea por el viento—es igual al mío—lo único que lo diferencia es que el mío tiene un broche en forma de media luna, la de él es simple.
—Kow. No sé si lo dices por joder, o porque en serio estás tan ciego como los demás.—Me acuesto.—Pero su forma de salvar es retorcida. Presenciaste mi bienvenida privada.
No puede sólo actuar. Estuvo a punto de detenerme esa noche.
—Por eso te pregunto, ¿Por qué él?. O la respuesta es porque eres sólo un asesino despiadado que cumple con los trabajos más sucios.
Silencio nuevamente. Me enoja.
—¿Sabes?, no sé por qué te lo pregunto. No es mi asunto, pero pienso que si vas a seguir a donde vaya, por lo menos consigamos crear algo de confianza. Después de todo, mi camino será el tuyo, y sin que tú lo quieras yo me chocaré contigo.
Un puto nada.
Me levanto y me sacudo la ropa para irme.
Él sigue contra la pared, él sigue con su mirada, él sigue ahí con su templanza.
¿Qué estupidez dije?
—Olvídalo.
Me esfumo, tengo cosas más importantes en las cuales preocuparme que en dar aviso a una "relación" guardia-princesa.
~~~
3:00 am.
La madrugada se presenta con aire gélido, tengo que salir y mostrarle las hoja a Ros. Pero no puedo, y tampoco dejo de pasar de un lado a otro. Y Leykow que raramente se despega en estos días, no está pero los demás sí. No me toca más que..
"¡Ros!"
"¿Me quieres ahora?"
Ruedo los ojos.
"No puedo salir, necesito que vengas a verme"
"¿Pero, la protección?"
"No te detectará, mi sangre lo evitará"
En un segundo, aparece ante mí. Lo toco y ahora estoy en la cabaña.
—Encontré lo que te comenté en Vergell—Camino hacia el sofá y caso las hojas de mi bolsillo trasero.
"Comienza"
Se sube y se acuesta con su cabeza en mis piernas.
—Ya te hablé lo que son los Kalems para los de la realeza.—Susurro—Pero ahora te diré lo que es un Kalems As para mí.
Empiezo a leer
<<Un Kalems As, tiene el mismo objetivo pero su unión es diferente. Ellos se caracterizan por aceptar y ser aceptados, es decir, un miembro de la realeza le preguntará si quiere ser su mitad, no su dueño. Si el espíritu acepta, se formará una unión en una conexión profunda; sus almas estarán enlazadas y las emociones como sentimientos se mostrarán o sentirán desde su cuerpo en cada uno. Más no es una relación que construya un destinado, esta se basa más en la lealtad, amistad y cariño. Siempre sincero.>>
Me detengo, al ver el título del otro.
"¿Qué pasa?"
Niego.
—Sólo es eso, ¿Entiendes ahora?. Ni mi padre y tampoco mis hermanos tienen esa clase de unión, ellos son más en lo superficial.
Se queda en silencio.
"¿Te arrepientes?"
Se levanta y se detiene frente a mí.
—Nunca lo haría Deiros, tú dices que te salvé, pero fuiste tú quien me salvo a mí.
"Nos salvamos entonces"
Asiento, pero él no se mueve.
—¿Qué sucede?
"Quiero agradecerte"
Su forma de agradecer..
—Está bien Deiros, no tienes por qué hacerlo.
"Sé que lo necesitas, yo quiero complacerte"
Sucede. Se transforma como la primera vez que lo vi: Un hombre con un encanto a primera vista. Recorro su cuerpo, Deiros siempre se mantuvo cuidado, su cabello está suelto y le llega hasta los hombros, su abdomen formado lo suficiente, sus brazos fuertes. Su cara es dura, él es demasiado atractivo para ser mi Kalems.