Mundo Inmortal: Realeza Inmoral

Capítulo 15.

Hay algo, existe un algo.

| Miley |

Tengo muchos años de conocer lo que es el dolor, placer y amor. Pero aun así, lo que siento por él es algo que no puedo controlar o identificar inmediatamente. Desde que lo vi la primera vez o cuando sentí su cercanía cuando no conocía su nombre en el momento; mis pensamientos giraron en él e intenté que no llegaran tan lejos como hoy.

Estoy siendo guiada por sus brazos, paso a paso él es mi respaldo un apoyo que nunca le pedí pero que con intención o sin una me ofrece, ya van varias veces y no me atrevo a negar que me incomoda. Sería una mentira maquillada de un anhelo latente. Camina suavemente, pasos que no son al ritmo de mi corazón que incomprensiblemente laten un poco más de lo común. 

El aroma dulce llega a mis fosas nasales y lo inhalo refrescando mi cuerpo de forma apetecible.

—¿Sientes remordimiento, quizás?—Es algo que he querido saber, algo que quiero escuchar de su boca.

Niega serio, y cuando llegamos a la tina ya con agua y ese aroma impregnado en él me mantiene de pie y se agacha un poco, identifico sus intenciones y como reflejo agarro su muñeca.

—Puedo hacerlo.

—No puedes inclinarte.—Me mira, yo asiento suspirando porque tiene razón.—Sólo te ayudaré con esto, no haré algo incorrecto corazón.

Sus nudillos rozan mi abdomen, muerdo mis labios y mi mano en un impulso se dirige hacia su cabello y lo aprieto suavemente. Estoy tan mal...

—No has contestado a mi pregunta Leykow.

—Si no quiero hacerlo, no la responderé.—Sin  parafrasear o buscar una forma linda para decirlo, directo sin intentarlo hacerlo.

Sonrío leve, no creo que pueda ver mi cara porque sigue en su trabajo. Con tranquilidad y delicadeza. 

Reconozco mi emoción de una manera diferente. Su trato tan contundente, la seriedad de sus actos y la pasividad de sus manos y cuerpo cuando merodea el mío. Es tan raro que no le temo y sólo quiero más y más. Como dije, tan diferente e insensato que ni yo me comprendo ni logro entender a profundidad.

Es sólo él.

La ropa cae al piso, su mano se hace puño y creo ver  un atisbo de temblor en su mandíbula.

—Deja de observarme así, es difícil para mí.—Su mano se alza ante mí, y acaricia con su dedo pulgar mis labios y mi barbilla.—No quiero faltar el respeto, puedo ser alguien que cause miedo y oscuridad pero nunca un idiota, sin embargo decir que no pienso en algo perverso mientras me miras así y te desvisto en mis mejores fantasías es una maldita mentira.—Sus ojos, el bosque verde que tanto me relaja, ahora es algo más. Una mirada que dicta, placer, deseo y otra cosa que no puedo identifica ahora, porque sus palabras se adentraron en mi cuerpo.

No me acobardo, pero si me tiembla la voz.

—Lo siento.—Ahora me duelen los colmillos, la sangre que tanto quiero probar. Es la suya.

Pero no debo.

Va a las tiras de mi formador y los desplaza, dejándome completamente desnuda.

—¿Por qué huele así el agua?—Pregunto con curiosidad, él me ayuda a entrar a la tina.

—Es una esencia de los bosques. Una mezcla de todo un poco.—Me siento y recojo mis piernas, las cuales ahora me tapan el pecho.

Escucho movimientos, una de mis manos hace círculos con el agua. Siento algo esponjoso en mi espalda, que va de arriba y abajo, recorriendo mis heridas. Las lava sin premura.

—Cuando me recupere por completo, haremos la prueba que te hablé.—Susurro.

—No me has explicado cómo será.—Sonrío maliciosa, paso un mechón de mi cabello atrás de mi oreja.

—Te lo explicaré en ese momento.

Estoy frente a frente a una pared que está bañada en un color tomate bajo, un cuadro a la derecha la decora. Un paisaje pintado en ella; el cielo estrellado, la luna que se refleja en un lago. Un regalo, de un alguien pasado.

—No entiendo—El silencio es interrumpido por él. No deja de pasar la esponja en mi espalda, mi cuerpo ya no se encuentra pesado, ahora está liviano y recuperado. Supongo que la esencia ayudó a relajarme por ahora.

—¿Qué no entiendes?

—Llegaste como toda una mujer de armas y mucho dar de  hablar.—Apoyo mi mejilla en una rodilla.—Una imagen que exclamaba misterio con la capa puesta, y sensualidad cuando te dejaste ver, y esa voz cautivante—Con un pequeño jarrón, llena agua y lo va echando en mi cabello—Había una seguridad tan capaz en esa mirada. Tu cara no presentaba emociones, sólo una sonrisa traviesa.—Comienza a masajear mi cabeza, un suspiro se me escapa porque es placentero.—Todo eso te duró hasta cuando hablaste con el Rey en privado, después de que te pegó, después de todo.

>> Pero eso no entiendo. ¿Por qué te ves tan poderosa y aún así, hiciste y haces cosas que no debes hacer? Y luego las consecuencias son fuertes. Sé leer personas, se reconocer mentiras y caras falsas para con un propósito. Pero a ti no logro leer, ni saber que es lo que quieres.

Parece enojado pero a la vez con una curiosidad que quiere saciar.

—Hace tiempo sólo fui algo;  una chica tímida y que le perseguía el miedo constantemente. Luego, fui muchas cosas y nada a la vez. Necesité tiempo, personas, lugares e instantes para reconocer que requería de más para ser alguien verdaderamente. Así que, ahora siento que soy mucho más.—Me sincero, a pesar de que el pensamiento de sacarme información con una forma inteligente y comunicárselo al rey me invade.

—Nunca me hablaron de tí. Jamás se escuché tu ausencia en el castillo, ¿Por qué?.

Pienso y pienso, antes cuando vivía aquí nunca salí  a las calles, ni fui más lejos de los límites del castillo. Hubo unas escapadas, pero esa es otra historia, a pesar de eso nadie me conoció.

—Nunca fui más allá.—Exclamo con pena—Y mis padres, no.—Corrijo—Más bien mi padre no quería algún problema o criterios sobre mi presencia no conocida.




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