Cuando me contactaron para ser el heroe, no sabía realmente si podria hacer algo, despues de descubrir lo que estoy apunto de relatar, me he auto sugestionado a que no hay otra opcion, la vida, mas bien, mí vida, se ha convertido en una constante de riesgos, el entrenamiento rindio sus frutos y todo parece indicar que vamos ganando la batalla, Luctus a pedido hablar con los lideres para llegar a algun acuerdo, espero que todo termine ya, para poder hablar con ella y decirle que ganamos y contarle todo lo que he hecho, estoy un poco cansado, aunque soy mucho mas fuerte que la mayoria, detenerlos sin lastimarlos me cuesta mucho trabajo, pero se, que ella lo vale.
Desperté en casa del "Italiano" entre posters de aliens y figuras de Harry Potter, jedis, anime y uno que otro luchador, no habia nadie en ese momento en la habitación, mi amigo vivia muy cerca de mi lugar de trabajo en el centro de la ciudad, para entrar a su casa habia que pasar un pequeño pasillo que se hacia mas grande después de unos cuatro metros de poco espacio entre dos muros, en la planta baja había el espacio suficiente para la cocina y el comedor, una escalera te llevaba al segundo piso donde era más amplio y había un par de recamaras y el baño, todavía vivía con su madre y yo me encontraba sin saber que cantidad de tiempo había pasado desde mi encuentro con Luctur y los hermanos, - ¡Mario!- Grité al tiempo que me incorporaba en la cama bajo la ventana que daba a la avenida principal, recuerdo que me dolían los músculos como si hubiese hecho toda una rutina de ejercicios a los que no estaba acostumbrado, Mario abrió la puerta llevaba una taza. - Te traje un poco de té - me dijo con la cara de haber estado preocupado pero ahora visiblemente mas relajado - ¿Que pasó? ¿Cuánto tiempo ha pasado? - pregunté púes tenía miedo de que tuviéramos que seguir huyendo o tratar de enfrentarlos, aunque creia que habíamos corrido con suerte, por que seguramente Mercurio también tendría alguna habilidad y aunque no la tuviera nos superaban en número.
- Amigo, no tengo la menor idea de que paso o como pasó, pero, no te preocupes me asome para ver que hacía el "trío malvado" y se fueron todos al lado contrario de la calle, parece que les dieron una buena paliza, o ¿debería decir les diste? - creo que Mario leyó mis preocupaciones apremiantes y aunque vivía a unos edificios más arriba del establecimiento podía ver con claridad la calle donde se encontraban ahora rotos los cristales que daban a la calle de la tienda desde la ventana de su habitación, no tuvo que decirme la línea de acontecimientos para que yo pudiera hacer una suposición bastante acertada, me llevó por la puerta trasera pasando la bodega y la oficina del señor Contreras a la calle de atrás continuó llevandome a cuestas en dirección a su casa, al regresar a la calle donde se encontraba más visible la tienda, se asomó, para verificar que no lo vieran Júpiter y Mercurio que se encontraban deteniendo el tránsito todavía inconcientes en la calle de un solo sentido con varios mirones al rededor, y metiéndome en su casa se asomo a la ventana para confirmar que nadie venía en nuestra dirección.
- solo han pasado un par de horas y, no lo puedo creer, el Luctur te hizo alguna especie de truco jedi, y yo te iba a ayudar y ¡BAM! Todo salió volando, pero me sorprende que solo te desmayaras, creí que te había lastimado peor - mi amigo estaba exaltado en sobre manera y no sabia que decirle, pero necesitábamos poner en orden nuestras ideas por si algo parecido llegaba a pasar dentro de las próximas horas, teníamos que estar un poco más preparados, - Mario- dije al tiempo que terminaba mi té, - no tengo idea de cómo, pero yo provoque ese estallido, esto se vuelve más raro con el tiempo, y la tercia de maniaticos no parecía querer detenerse con nada para obtener información ó a ella - dije a mi amigo mientras mi cerebro iba de arriba a abajo pensando que podíamos hacer y alguna forma de volver a usar ese poder en caso de ser necesario. Oscurecía ya y ninguno de los dos teníamos en mente como manejar todo el asunto, cuando sonó el timbre de su casa y los dos nos asomamos con cautela hacia la puerta para ver quien tocaba, - no creo que sean ellos, tengo la sospecha que no esperaban tanto ajetreo y por eso huyeron en lugar de buscarnos - le dije a Mario al tiempo que nos dirijamos a la ventana para confirmar, y al asomamos y ver que era una chica, no pudimos mas que soltar el aire al mismo tiempo, ya que, sin darnos cuenta habíamos sostenido la respiración en nuestra preocupación, nos volteamos a ver y reímos un poco, ambos bajamos a abrir la puerta.
- Hola - dijo la chica que nos veía muy de cerca cuando bajamos a recibirla sin saber quien era, nos escudriño con escrutinio y yo logre ver que sus ojos tenían algo especial, una especie de azul como llama, cerró y abrió los ojos en un parpadeo y sus ojos apagaron la extraña luminocidad turquesa para convertirse un normal tono café y dejó de observarnos a nosotros para concentrarse en las plantas de la casa que colgaban adornando el pasillo de la entrada con mas naturalidad - así que, eres tu, ¿no? - preguntó haciéndose pasar entre nosotros y dirigiéndose hacia mí mientras caminaba por el pasillo viendo hacia arriba de nuevo a las plantas colgantes justo después de haberme mirado dirijiendo su pregunta.