Desde que comencé con este escrito les eh hablado de las cuestiones que me han llevado casi hasta este momento, lo que relato es la simple causa del hilo de eventos, que en mí opinión, muchas personas tomarían las mismas resoluciones que yo, pero lo que pasó, ese día, no debí haberlo hecho, seguramente, todo habría sido diferente.
Regresamos entre risas a Selva santa, Shery había cambiado mi vida por completo, era más feliz de lo que había sido en mucho tiempo, pero temía que esa felicidad terminase abruptamente.
- Gerónimo ha estado muy contento contigo, pensé que no nos dejaría ir nunca - dijo ya más relajada de haber reído tanto, pues recordábamos como mientras contábamos a sombra blanca como en uno de los intentos de monta de ave, una de ellas se acercó a mí y me picoteo la cabeza, para huir de ella corrí hacía un árbol tipo palmera para ponerme fuera del alcance del ave, pero en la parte más alta había otra ave que tenia un nido y para mantenerme alejado también me pico la cabeza, sombra blanca que estaba muy tranquilo tomando el mejunje escupió todo en una carcajada, y todos comenzamos a reír.
- siempre dispuesto a hacer reír al prójimo - dije con orgullo fingido, escuchamos un estruendo y la aeronave que nos llevaba de vuelta a selva santa se vio comprometida debido a un objeto que hubo atravesado una de las alas, nos encontrábamos cayendo a vertiginosa velocidad formando círculos en el aire.
- ¡sostente! - gritó Shery mientras peleaba ferozmente con la palanca que da dirección al planeador, en su intento por tomar el control una vez más e intentar agudizar la inminente colisión, a medida que descendíamos los arboles de las cercanías iban haciéndose más grandes, chocamos con el follaje una y otra vez rompiendo varias ramas y atrofiando el vehiculo en cada encuentro, la velocidad inicial se fue apagando pero no significaba que no siguiéramos en peligro.
A unos cientos de metros del suelo, habiendo pasado las ramas, la piloto pidió que desabrochara el cinturón de seguridad y saltara, atendí a su mandato sin preguntar nada, haciendo ella lo mismo, colocó sus manos hacia el suelo conjurando una cantidad de agua que comenzó a acumularse debajo de nosotros mientras caíamos, dibujando un circulo en el área donde íbamos a terminar, y justo cuando tocaríamos el suelo, el agua se convirtio en nieve, amortiguando nuestra caída y dejándome un poco aturdido y con algunos raspones.
- ¡Shery! - Me preocupaba que hubiera caído mal, así que, aunque doliera, busque a mi salvadora entre la nieve que era suficiente como para llenar un par de piscinas olímpicas,
- aquí estoy - dijo Shery riendo de dolor - vaya aterrizaje eh, mantente alerta, el que nos hizo caer debe estar cerca - esto último lo dijo con voz más baja y yo no pude más que voltear a ver alrededor, pero lo único que vi, aparte de la nieve eran troncos de árbol.
- ¡cuidado! - y justo en el momento que volteé la cabeza para ver, detrás de mí, apareció ante mis ojos una sombra que me golpeo de lleno en el rostro y parte de mi pecho con tanta fuerza que me arrojo contra una madera que se astillo con el impacto, caí sentado y mi cuerpo estaba adormecido, no podía sentir mucho dolor pero seguramente me había roto algo, intente levantarme, cuando vi a mi agresor.
- ¡tú! - dijimos al unisono,
- no debiste venir tendero, debiste quedarte en tu vida de golosinas y remedios caseros, tuviste suerte la primera vez que nos vimos pero esta ocasión será diferente - cuando dio unos pasos hacia donde yo me encontraba logre ver que detrás de Luctur, saliendo de su escondite, se encontraban Mercurio y Júpiter, el primero movió sus labios como diciendo un rezo e hizo un movimiento de mano hacia el cielo al mismo tiempo que varias columnas de piedra se levantaban alrededor de Shery que hasta ese momento, había estado viendo mi interacción con el que ahora me restringía el movimiento de los brazos, que de cualquier forma, no tenían suficiente fuerza, en ese momento supe que la agilidad de Shery para montar las aves, no se debía a que lo hubiera hecho antes, sino a la gracia y agilidad que ahora estaba demostrando, no permitia que las columnas que convocaba Mercurio le rodearan, mientras tanto yo sin poder moverme, vi esos segundos donde tu vida pasa frente a tus ojos justo después de observar lanzas de hielo acercarse a mi periferia visual, dirigidas por el encantamiento de Júpiter.
Mi ahora dos veces salvadora hizo un movimiento muy parecido al que yo, una vez estando en la misma situación, pero con la vida de Mario en peligro, realice por suerte, pero esta hazaña fue mucho más precisa arrojó a los asaltantes e invocaciones a unos metros de su posición original, desgraciadamente no fue suficientemente fuerte para noquearlos.
El primero en levantarse fue Luctur que seguía tan molesto como siempre y que ahora usaría su magia en contra de Shery, varios intentos de sus sombras no fueron suficientes para atraparla mientras ella se movía en muchas direcciones, respondiendo a sus ataques, enviando varios objetos puntiagudos congelados, creados con su magia contra su enemigo, solo para verse detenidos y enviados de regreso por Júpiter.
Yo no podía hacer más que mirar, ella sorteaba y saltaba de un lado a otro los constantes ataques de los dos, que no le daban tregua, pero, parecía manejarse bastante bien, de pronto recordé el circulo que había obtenido del Sr. Máximo, lo saque para intentar usarlo y pedir ayuda, mientras trataba de adivinar como se encendía, Mercurio, que se estaba recuperando, me miro y lanzo una piedra a la mano que sostenía el comunicador con fuerza tal, que me fue imposible aferrarme a él, irremediablemente termino en el suelo a unos metros de mí, las cosas estaban pasando bastante rápido, comencé a esquivar picos que se levantaron de la tierra en mi dirección tratando de empalarme, este trió era cosa sería, y yo, no sabía como activar esa magia que poseía y de la cual desconocía todo.
- ¡Diego! - Gritó una diminuta Landy que me llamaba desde el pequeño circulo, al parecer había funcionado mi intento de comunicación.
- ¡Landy, ayuda, estamos en las afueras de la ciudad! - una piedra tan grande como la cabeza de un humano de edad mediana cayó sobre el aparato dejándolo seguramente inservible, los tres se voltearon a ver como quien se ha puesto de acuerdo en varias ocasiones, para, en una señal ejecutar alguna especie de plan, me olvidaron por completo y yo maldecía la hora en la que no acepte ser instruido en la magia por Máximo, supe instantáneamente que planeaban atacar a Shery entre los tres y pude verlos de nuevo como en tiempo ralentizado posicionándose a modo de rodear a su víctima, comencé a correr a toda velocidad hacía ella, en mi afán de defenderla, me interpuse justo en el momento que tres diferentes hechizos, como bólidos, viajaban al encuentro de shery, fueron diferentes a lo que había experimentado, una combinación de colores negro, celeste y café que asemejaban un asteroide y su cola, y que me golpearon de lleno empujando tras de mí a Shery que no había tenido oportunidad de moverse, tal vez por no haber sabido que hacer en tal situación, o por la rapidez del ataque.
Desperté después del impacto con dolor en todo mi cuerpo y en un lugar familiar, de donde había sacado a shery y donde se suponía que regresaría con ella.
- ¡Shery! - grite agitado tratando de incorporarme, pero sin poder mover un solo dedo por el dolor tan grande que sentía
- relajate, duerme un poco, estas muy mal herido - escuche una voz parecida a la de Mario, con notoria preocupación, la verdad si necesitaba dormir, y aunque el no lo hubiera pedido, perdí el conocimiento, que se me estaba haciendo costumbre con cada encuentro con Luctur y sus secuaces.
- Hola amigo, ¿Cómo te sientes? - preguntó el Italiano que estaba sentado junto a mi cama con ojeras y en un estado bastante agotado
- Pues, no siento nada - le dije un poco serio
- Que bueno - dijo un poco aliviado
- No, que no siento nada, ni mis manos, ni mis pies... - hice una pequeña pausa e intente reír, pero opte por detenerme cuando la primera contracción de la risa me hizo sentir una punzada de dolor
- ¡Pinche Diego! me tienes super preocupado y tu sales con tus bromas - no acostumbrábamos a hablar con groserías pero creo que mi amigo estaba genuinamente preocupado
- no te enojes hombre, es para relajarnos un poco, pero es cierto que vi mi vida pasar, fue un poco triste que lo más emocionante de toda mi vida fuera justo al final de ella, ¿cuanto tiempo estuve inconsciente?
- pues, lo que te paso fue hace tres años... Ah verdad, ¿que se siente?- comenzó a reír, justo despues de haber visto mi cara de signo de interrogación, no había sido una buena broma ni por mucho, pero me alegraba que estuviera más tranquilo