Todas las cosas que dije sobre mi familia a Álex una parte fue mentira. Las cosas no andaban bien, primero fue la empresa de mi madre que estaba en bancarrota eso me entere cuando estaba en Cuba por culpa de mi padre. Durante el viaje si la pase muy bien a lado de Álex. Cuando llegamos a Chicago paso del beso no lo voy a negar que no me gusto al contrario me encanto, sin embargo, mi padre tenía que venir a Chicago.
Esa misma noche él me estaba esperando afuera de mi penthouse, como si fuera uno más de sus perros falderos uso el silbido, no quería provocarle porque de hecho si lo hago me puede moler a golpes, sin remedio alguno subí a la camioneta. Él como siempre un magnate sonriendo con una carita angelical, pero es peor que lucifer. Unos cuantos minutos no hablo solo se dedicó a sonreír, busco en su gaveta que saco un folder negro entonces dijo:
─ Te daré la empresa Modas a cambio quiero un trato ─ sonrió endemoniadamente ─ quiero que enamores Álex Collins.
Sin pensar, sin analizar los asuntos acepté porque siempre quise tener la empresa Modas que es de mi madre. Como es un buen padre recibí su cariño de puros golpes porque claro no había olvidado que perdimos millones de dólares.
Entre al departamento que estaba en silencio sin esperar más fui hacia la habitación de Álex, ella se sorprendió por los golpes solo dije su nombre y ella respondió en una forma molesta. Termino de curar mis heridas. Dude un poco entonces decidido la bese nuevamente e hicimos el amor, pero como pasa en todas las novelas con cliché me enamore. Quería formar una familia con ella, quería cumplir todas mis promesas al final mi padre tenía otros planes. Si no cumplía el trato le diría toda la verdad. En cuanto mi padre me ofreció otro trato, ¿Saben que trato era? Casarme con Danna. Estaba entre la espada y la pared.
Así pasaron los meses hasta que en el último mes le dije Álex que tenía viajes de negocios, pero no era así estaba organizando la boda del año, ya que era un día antes de reunirme con los inversionistas alemanes no tenía opción invitarlos a la boda. Aquella noche tomé demasiado alcohol, que al día siguiente me encontraba desnudo y a mi lado estaba la persona menos indicada. Volví a Chicago con una frustración notablemente, respiré profundo. Giré el pomo de la puerta, entonces mis fosas nasales detectaron el rico perfume de Álex.
─ Siempre hueles coco combinado a manzanilla ─ solté un suspiro triste, tenía que acabar todo lo antes posible.
Ya listo mis maletas estaba en la ventana con el cigarrillo entre mis dedos, un auto negro se estacionó en esta salió Álex la miré detenidamente.
Ella tenía los ojos rojos e hinchados, estaba vestida de negro la gran sorpresa fue darme cuenta quien era el copiloto Ryan. No entendía por qué estaban juntos. Un pensamiento tan loco se albergó en mi mente creando escenas. Al final de cuenta las mentiras tienen patas cortas.
─ Hola Steven ¿De quién son esas maletas?
─ Son mías Álex ─ dije seco ─ debo mudarme Alemania.
Primera mentira, mataré tu alegría
─ No entiendo. Ese día has comentado que había un socio que está interesado en unir con tu empresa, no hablaste de una mudanza ¿Qué paso? ─
Inhale profundo luego exhale.
Segunda mentira, mataré tu ilusión
─ Las cosas cambiaron Álex ─. Cerré mis ojos.
─ Dime que cosas Steven ¿Qué pasara con nosotros? ─. Sonreí para mis adentros porque ahora nosotros entre comillas se terminará.
Tercera mentira. Mataré tu esperanza
─ Pues debemos darnos un tiempo porque tener una relación de lejos no funciona ─ dije neutro.
─ ¿Tiempo?
No sabes cómo estoy sufriendo ahora… escuche un ruido molestoso ahí es cuando las cosas cambiaron abruptamente. Álex tenía el anillo de la maldita boda.
─ Álex…
─ Dígame que no es verdad, dígame que esto es un sueño, dígame que nuestros proyectos que hicimos se cumplirán ─ dijo con una voz rota.
─ Álex…
─ ¡Quiero la verdad Steven! ─ grito tan fuerte que quise abrazarla y mandar al demonio mi padre luego recordé que igual manera la perderé.
─ Lo siento ─ agaché la mirada
─ No sé cuántas veces dirás esa palabra «Lo siento» «Discúlpame» no se resolverá lo que tú has hecho. ─ dijo entre molesta y triste.
─ Álex…
─ ¡Álex! ¡Álex! ¡Álex! ¡Álex! Cierra la maldita boca ¿Todo esto es un juego para ti? Mi hermano tenía la razón eres un ser ─
No fue un juego…
Cuarta mentira, mataré tu amor por mi
─ ¡Un ser que! Hubieras hecho caso al idiota de tu hermano así no serías una segunda opción ─ sentí el ardor de mi mejilla.
─ No te permito que insultes a mi hermano ahora veo como es tu verdadera cara ¡Bravo! ¡Bravo! ─ empezó aplaudir ─ eres un buen actor Steven, solo quiero saber una cosa. ¿Por qué fingías que me amabas?