Nudo ciego

Con la tinta de mis labios firmaré este contrato, donde recalco que no volverás a verme en un largo rato; quizás más tiempo del que prometiste estar a mi lado. Ven, sella esto con la huella de tus engaños. Dame la seguridad de que no aparecerás por la esquina de la calle en lo que queda de vida. Perdón si no confío en tu palabra de no volver a tocar la puerta de mi destino, pero es que me acostumbré a que tus palabras no valían un peso.

Ahora, toma el tren de tu vida, te está esperando, no le hagas esperar más. Yo iré al mío, que dejé abandonado.

Adelante, cortemos por lo sano. Toma unas tijeras, que yo sostendré el lazo que unía en un nudo ciego el romance en pedazos. Vamos, córtalo de tajo.