Tienes un mensaje nuevo

Va quedándose atrás tu chat en la bandeja de entrada... Va quedando atrás mi interés por revisar si has leído el último mensaje que te he enviado. Al principio, lo revisaba cada cinco minutos; luego, cada hora; cada día. Después de dos semanas, solo siento un brinco en el corazón cuando me llega un mensaje nuevo, pero cuando no es el tuyo, la esperanza disminuye.

Va ocupando el último lugar el nerviosismo por mirar si me llega un mensaje tuyo.

He olvidado lo que se sentía hablar contigo...

Había alguien con quién compartía un cursi apodo... Creo.
Habían noches de despedidas eternas... Creo.
Había alguien quien estaba a diario en mis mensajes... Creo.
Solamente creo, no sé si algún día fue verdad o algo que esperaba a que llegara.