"Nada es de color de rosa"

16 Corazón congelado.

¿Habré hecho algo mal? 
Será un tipo karma por actuado a la defensiva hacia mi madre.

Bajo mi mirada decepcionada.

Hablas en serio. Se lo merecía, nunca te ha prestado atención y mucho menos ha estado contigo cuando más la necesitabas (Me decía mi personita mala)

Tienes razón.— alcé mi mirada observando el más allá.

¡No le creas! Sabemos que tú mami ha estado enferma durante años y no es que nunca te ha prestado atención a lo mejor ni siquiera se a dado cuenta de ese detalle. O no, Karen. (Dijo mi personita buena)

¡No es cierto!.- grito la mala.

Si, es cierto.- comentó la buena.

— ¡SEÑORITA!

Ignora sus palabras.- dijo la mala.

No ignorala a ella.- mencionó la buena.

— ¡KAREN!

— ¡¿Qué?!.— me levanto bruscamente haciendo desaparecer las voces interiores.

— No me alcé la voz señorita.— extiende su traje, acomodándola.— Espero que haya terminado. Porque faltan minutos para que termine la clase.— se da la vuelta y se dirige hacia su escritorio.

Miré todo mi entorno y todos me habían volteado a ver, no era más que el punto de atención de toda la clase. Hasta la de Henry.

— Lo siento.— susurré por debajo para después sentarme.

Agarré mi cabello de manera estresante.

— ¿Qué haré?.— negué varías veces “Tu puedes”  tome el lápiz con ánimo para iniciar con los ejercicios matemáticos.

Cada leída y cada minuto era otro alumno más que se retiraba del aula. Y no porque todos los entregarán perfectamente correctas si no que...

— Es que aquí no le entendí, maestra.

— Mira solo tienes que sustraer lo que es esta cantidad.— anoto algo.

— ¿Y eso de donde lo saco?

— Es el resultado. Shh te estaré ayudando de acuerdo. Solo saca su raíz cuadrada y ya.

— Ok, gracias maestra.

Y no fue el único, si no tres, ¡siete! nueve que les pasó la respuesta de todos los demás.

— Vamos, tu puedes. Probablemente y ya te pueda ayudar.— Me levanto y me dirigí hacia aquella maestra.

— Bien ya fueron todos, entonces ya no calificó.— comentó cuando me vió ir hacia ella.

— Esperé, maes...— corrí hacia ella pero ella seguia aguardando sus cosas así que me aprise pero casualmente me tropiezo y caigo.— A-Auch.

Se oyeron unas risas aproximándose y era Henry junto con... ¿Richard?

Miré extrañada la silueta y era cierto. Eran ellos. Henry dejo de reírse cuando me vió tirada.

— Bien, si no tienes nada que entregarme. Me retiraré.

— No espere.— me levanto con dificultad.

— Ahm... Vayamos a otro lugar, ¿Qué opinas Henry? Al parecer no es un buen momento.— Richard le dió la vuelta y lo empujó hacia afuera. Aunque su mirada decía otra cosa.

Ignore lo que estaba sucediendo y me dirigí hacia donde se encontraba la maestra.

— Me podría explicar.— extendí mi libro para que observará pero la alejó.

— Te dije que ya tenía que estar listo. Yo no te calificare así. Ni mucho menos si estuviste divagando durante ¡Horas! y peor si trataste de copiar.

— Pero yo nunca copié y usted puede ver que no copié nada. ¡N-No tengo nada!

— ¡¿A no?! Entonces me dirás que lo dijo Richard es ¿mentira?.— Espera...¿Richard?.— que tratabas de copiarle pero no lo lograste.

— Yo nunca intenté copiarle, ni a él, ni a nadie!

— Si, claro.— alejó mi libro de su vista para después avanzar y dejarme atrás.— Dile a tu madre que la cito para mañana.

— P-PERO... Yo no he hecho nada, para que llame a mi madre. Le he estado diciendo que me ayudará y me ayudará pero me regresa cada vez que necesito de su ayuda. Tengo dudas... Tantas que no puedo ni siquiera escribir nada en el libro. Así que no me vea con la cara de tonta porque ha ayudado a muchos de los chicos con solo pasarle el resultado y decirles que no digan nada.

— Así pues antes que regrese al salón quiero T-O-D-O listo para calificarte.

— Entonces explíqueme.

— Yo para que voy a estar explicando si te quejas de mi manera de enseñar.

— Yo nunca dije e...

— Si si como sea. Yo ya te dije.— sale del salón ignorando nuevamente mis palabras.

— ¡¡ASH!!.— Pateo una silla, mirándolo fijamente hasta sentir algo mojado restregarse en mi mejilla. Toque mi mejilla y eran lágrimas pero algo se me dió en alzar mi mirada y verlo allí.— Richard.— dije por debajo.

— Hola... Ahm, ¿ya terminaste?.— avanzó hacia su lugar mientras intentaba hacerme la plática.

— No, aún no.— digo mientras lo observó agarrando algo para después irse de regreso, hacia mi dirección.

— Pues, que mejor es apurarse en este momento. ¿No lo crees?.— me revolvió mi cabello.— Bueno ya me voy.

— Espera.— lo detengo para asegurarme de algo.

— Sabes que no puedo pasar el trabajo, lo siento. Nos vemos al rato, pequeña bola de azúcar.

— ¿Porqué?

El se detiene y me voltea a ver.

— Ya escuchaste, tienes que hacerlo sola para que puedas aprender por ti mis...

— Porque dijiste que según te estaba copiando.

— ¡Ahh!... ¿Acaso no lo estabas haciendo?

— Tu viste y oíste que no tenía absolutamente nada escrito en el libro de texto. Entonces ¡¿porqué lo hiciste?!.— le grite con las lágrimas sueltas.

— ¿No estabas copiando?.— dijo pensativo.— Si no es así discúlpame, bolita de azu...

— Mientes. Eres un hipócrita. ¡Se  cuando lo hacen a propósito! No soy idiot...

Me detengo cuando Caroline entra. Y Richard se da cuenta lo sucedido.

— ¡Momento incómodo~!.— alargaba sus palabras. Regresa a mí y me apreta mi mejilla.—Luego hablamos bolita de azúcar, que Henry y los chicos me están esperando.

Hice aún lado su mano y me voltee antes que Caroline se diera cuenta de mis lágrimas.

— Hola Caroline, adiós Caroline.— dijo Richard antes de irse.

Caminé hacia mi asiento, jale arrastrando la silla para acto seguido sentarme en el.

— Karen.



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En el texto hay: bullying, amor, romance juvenil.

Editado: 02.07.2020

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