— D-Dejen... ¡¡Déjenme!!.
— No te vas de aquí hasta que mi mamá te de tu merecido.
— Tsk, entonces ¿no debería ser la única? Tu me ¡¡Gritaste!!
— ¿Y tu no?
— ¡¡Ash!! Solo déjenme ir a la escuela.
— No tu no te vas de aquí.— quita mis manos de la puerta bruscamente.
— ¡¡No!! Suel...tame ¡Ahhh!.— intentaba empujarla pero mi hermana clavaba sus uñas en mi piel. Nos azotabamos de lado a lado hasta aterrizar fuertemente a la pared y agitarnos entre nosotras.
— Ándale sigue así al fin y acabo la que terminará llorando serás tú.— dijo mientras sontenia fuerza.
— ¡Bas...Ta!.— la empujé.— La que deberían de pegar es a tí! Yo no dejaré que me grites y menos que te aproveches que “es porque estás en la etapa de rebeldía” ¡¡porque no es cierto!!.
— ¡¡SILENCIO!!. Ven acá o voy por ti. — voltee a ver hacia la dirección de mi madre hasta encontrarla, como siempre demacrada, sus ojos rojizos e hinchados, su cabello despeinado y con una pijama puesta.
Quería entenderla, acercame hacia usted y decirle que todo está bien a pesar que todo esté mal. Abrazarla y decirle que estamos para apoyarla pero...
Observó con odio a mi hermana.
Hay personas que se aprovechan de ello, cuando la tienen.
Hace minutos atrás...
— Oye, ¿puedes levantar el desastre que hiciste con tus amigas?.
— Ah sí claro, ahorita.— dijo mientras estaba en su celular.
— ¡Yisel! Tengo que terminar de recoger antes de ir...
— ¡¡AY!! Ya.— avienta su celular e ir hacia mí y empujarme para después agarrar las cosas y acomodarlas.
— ¡A mi no me hablas así, Yisel!.
— ¡¡Mamá!! Karen me está gritando. — se levantó para después dirigirse hacia la habitación de nuestra madre.
— ¿P-Pero?. Ash!! Y-Ya no soporto.— alzó mis mangas y seguían las marcas del cinturón.
— Te habla mamá. — fuí a su habitación y allí estaba ella.
— ¡¿Porque le gritaste a tu hermana?!. Cómo que últimamente te crees la muy lista!
— P-Per...
— CÁLLATE con tus p-peros porque ya estuvo bueno. Tráeme el cinturón.
— No lo haré! Nunca me escuchan siempre que les quiero contar mi versión no me...— mi madre desviaba la mirada haciendo como si no me escuchará.— Estoy harta. Ustedes no me...
— No te entendemos, ajá que más.— mis manos se hicieron puños y mi mandíbula temblaba del enojo conteniendo mis lágrimas.
— Ya nada.— sujete firmemente mi mochila.— ¡¡No volveré, así que no esperen!!
Hice aún lado a mi hermana y fuí directamente a la salida.
Actualmente.
— 2... 3!.— miré enfrente y mi madre se aproximaba con el cinturón. Abrí rápidamente la puerta y salí, sin mucho antes de recibir un golpe de parte del cinturón.— ¡Ah!.— mordí mis labios para después salir corriendo hasta que ellas también salieran y me atraparán.
¡Corre!
¡Corre!
Flashback
— Para que te digo.— mira la puerta con melancolía.— Solo tú hermana me entenderá. Así que mejor deja de empezar a pelear con tu hermana, ella a vívido demasiadas cosas tristes.
¿Ella? En serio me dirás que solo ella te entiende por las cosas tristes que Hemos vivido.
— Bas...T.. T.
— ¡¡Mamá!!.— Mis hermanos gritaron cuando vieron a mi padre ahorcarla poco a poco.
Tire mi osito mientras mis hermanos iban a detener a mi padre.
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— Amor.— alcé mi mirada hacia ellos.— Que haremos, a nuestra hija ya le pidieron el uniforme y el pans deportivo.
— Mañana hablaré con la directora.— dijo mientras bebía de su cerveza mientras le ponía play a su video juego.
Deje de jugar con mis muñecas y decidí acomodar la mejor ropa presentable.
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— Ya llegaron nuestras madres!!.— todos iban a sus asientos.
— Rayos mis padres me van a dar con la chancla!.— comentó uno de muchos
— No estás nerviosa? .— dijo Caroline
— No, espero que mi mamá le cuente a mi papá que saque 10 en todo. Quiero demostrarles mi esfuerzo.
— Bien pasen papás.— Pasaron uno entre uno hasta pasar enfrente mi mamá.
— ¡¡Mamá!!.— ella giró con las lágrimas entresalidas.
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— ¿Como que tú hermana Kennedy está en Francia?. — Hundía la muñeca en su “jacuzzi”
Se oye la puerta abrirse dirigiendo mi mirada en ella.
— ¿Qué tal?... Te fue.— dijo desanimada.— No conseguiste.
Mi padre negó mientras se quitaba su gorra.
— Tráeme una cerveza.
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— Arroz con leche me quiero casar...
— Ya viste Jennie.
— Quién a la que está cantando como tonta.
— Si, ¿imagínate verte así?.— desvío mis ojos hacia donde se encuentran.
— Que de lamentable o de pobre.
— Jajaja ambas.
— Jajajaja menos mal que tenemos nuestros uniformes, así no nos veremos tan pobres.
Ignore sus comentarios y seguí coloreando hasta oír a mi hermanito.
— ¡Hermanita! Pss hermanita.
— Mira, menos mal que a su hermanito le consiguieron uniforme ya lo empezaba a confundir con un niño de la calle.
— Jajajaja.— Cerré mis puños con fuerza y fuí abrazarlo para que no escuchará lo que dijeron.
Fin del Flashback.
— Buenas tardes jovencitos.— ignore al director y seguí con mi camino, cabizbaja.
NADA ES DE COLOR DE ROSA... NUNCA LO FU...
— ¡Ahh!.— choque con alguien haciendo que me fuera a caer sin embargo la misma persona me agarra evitando la caída.
— Niña tonta. Acaso tampoco sabes mirar por dónde ca...
Alcé mi mirada dejandolo perplejo
— Lo siento.— el negó y me jalo para abrazarme.
— No te disculpes, está bien suele suceder.
— ¿Estás de broma verdad?.