Nasya Más allá De un Mundo

Capítulo 1

Al límite de un gran valle de montañas era una noche clara, la luna había alcanzado su cenit, pero más allá de estas tierras habían ocurrido trágicos eventos, y su paz fue interrumpida por una mujer envuelta en su capa que llevaba en sus brazos un bulto, corría todo lo que podía con aspecto de huir de lo que la asechaba, ya había recorrido gran distancia y muy en el fondo sabía que ya no podría más, su tiempo se terminaba y debía desaparecer en cuanto antes, aquella mujer desesperada divisó un gran sauce de raíces expuestas, un lugar no perfecto pero indicado para o que tenía en mente.

Cerca del tronco dejo lo que sostenía en sus brazos no era nada más que un pequeño bebé que había comenzado a llorar cuando sintió que los brazos que la cargaban ahora la soltaban, a un costado suyo dejo un pañuelo doblado, y observó su rostro por última vez.

Llegó a un rio con una corriente fuerte, la joven se detuvo en la orilla y lentamente descendió a las aguas hasta que estas la cubrieron, dejando apenas a flote su manto.

Poco tiempo después, alguien de pisadas entrelazadas a la tierra y cuerpo gigante, híbrido entre hombre y árbol, de nombre Eroy, vigilaba que nada importunara la paz del bosque, este trabajo de guardabosques es muy común entre los Ents, su labor se vio interrumpida debido a un sonido singular, uno que no se escuchaba normalmente en aquel lugar, permaneció quieto, cerró los ojos, para así poder concentrarse una vez que entrara en los cuerpos de los árboles y llegar al punto de origen del sonido, este se detuvo en un sauce que resguardaba entre sus raíces expuestas a una pequeña cría que balbuceaba mientras miraba como el viento novia las hojas colgantes.

Se trataba de nada menos que de un bebé, un humano posiblemente recién nacido, Eroy se asombró de ver por primera vez en sus cuatrocientos años de vida lo más cercano a un ser humano, pues no se debía involucrar con ellos, no obstante tampoco podía dejar a su suerte a alguien indefenso, pues iba en contra de sus principios por lo que tomo una determinación, con gran habilidad y sumo cuidado uso las ramas del mismo sauce para tomar al bebé, fue pasándolo de árbol en árbol hasta llegar a sus propias manos y prosiguió a volver a su mundo oculto bajo una gran muralla hecha de una cadenas de montañas fértiles en flora y fauna con unas cuantas entradas estratégicas para quienes vivieran en ese lugar.

El Ent subía la montaña con calma para anclar sus raíces y así avanzar con más facilidad, como si se tratara de subir escalones, afortunadamente era de noche y nadie podría verlo moverse entre el bosque aun con una antorcha en la mano. Una vez que alcanzó la cima el bajar le resulto ser difícil pues había ocasiones en que los Ents se resbalaban, pues su peso no siempre era un beneficio, en especial después de una lluvia por muy ligera que fuera y ahora que traía con él a alguien debía ser precavido.

Tras terminar su travesía por la muralla se dirigió al centro de reyes donde se suelen reunir los cuatro líderes que controlaban a todas las criaturas terrestres, voladoras y acuáticas, llego a lo que parecía ser una hoguera grande donde ahora descansaba un pequeño gnomo que a su lado tenía una pequeña vela.

--- ¡Meet! ¡Despierta! – grito en voz baja Eroy para despertar al gnomo, a lo cual este sobresaltó por la sorpresa.

--- ¡No estaba dormido! – dijo el gnomo todo aturdido.

--- Necesito que enciendas el llamado debemos reunirlos a todos.

--- ¿Ahora? ¿Por qué no esperamos a mañana? – preguntó Meet molesto mientras se giñaba los ojos.

--- No es posible esperar a mañana debe ser ya.

--- Por favor, solo espera que descanse un poco más y ya haremos lo que tú quieras. – siguió negándose el pequeño gnomo.

---No porque seas un buen amigo voy a tolerar que desataques lo que te pido así que no bromees más, o no preferirás que le diga a tus superiores que te encontré durmiendo cuando deberías estar vigilando.

--- oh… amm… y-yo – tartamudeo el gnomo –No hay necesidad de llegar a más conflictos, solo sugería, pero concederé su petición señor Eroy. – el gnomo tomó la vela encendida, de una especie de cera inmaculadamente blanca, la acercó a la hoguera despacio hasta que de un momento a otro se alzó hasta el cielo una llamarada azul celeste, aunque debido que ya tenía tiempo la última vez que se encendió, la explosión provocó que las cenizas dejaran empanizado todo el cuerpo del gnomo a excepción de su parte trasera.

--- Odio mi trabajo cuando me pasa esto. – gruño Meet, tratando de quitarse de encima todas las cenizas.

El cielo nocturno se resplandecía con la llamarada azul y todas las bestias que dormían y otras que aún se mantenían despiertas reconocieron esa señal, por lo que dejaron el sueño y sus asuntos de lado y acudieron al llamado; de las profundidades del río salían no sólo las ninfas y elfos acuáticos, sino también una legión de sirenas y tritones que al igual que los demás observaron la invocación. Alrededor de la hoguera se reunían todos pero en la parte superior donde se haría la asamblea y se tomaría el veredicto final, se reunían cuatro criaturas diferentes, una sirena que representa a todos los seres vivos del agua, un elfo que se encarga a de su pueblo y de los gnomos, un minotauro que cuida a de las criaturas del cielo y el último era nada menos que Eroy, el Ent que se encargaba de proteger a todas los seres mágicos.




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