Una semana atrás.

Villa alba.

En una casa en medio de un bosque que parecía encantado, se podían oír voces melodiosas muy afinadas y muy coordinadas, la nieve estaba afuera cayendo sin cesar, las manos de los hábiles elfos trabajaban sin cesar, cortar y martillar en algunos objetos podían observar que hacía falta mucho más aun así sus tareas estaban por terminar pues la víspera de navidad acababa de comenzar.

Jul, el elfo que estaba a la cabeza, el líder de la operación constataba que todo estará listo y a la oficina de Santa una travesía emprendió, por un pasadizo secreto entro y después de caminar 20 minutos salió.

• ¡Santa, ya está todo listo para navidad! –Exclamó, pero al buscarlo con la mirada constató que todo estaba revuelto, y Santa no estaba, había una nota en la cual especificaba que no volvería mas ni para esta navidad ni para la siguiente.
• Se lo llevaron hace poco –dijo una voz.
• ¿Quiénes fueron?
• Los duendes, por órdenes del ser oscuro que habita en nuestros corazones.
• ¿Cómo esperas que te crea?
• La maldad habita en todos los corazones, sabes, muchas personas controlan este gran mal y lo convierten en bien, lo peor que puede suceder es perder la esencia del miedo, y fantasear con los males que puedes causar.
• ¿Por qué me lo dices a mí?
• Nunca se sabe quién es realmente el ser malvado que se trata de robar la navidad, y no se trata de dar regalos, sino de compartirlos con los que más amas.  

Se escuchó un fuerte ruido, Jul salió corriendo, mientras veía como Santa era arrastrado a un portal, amordazado, atado de pies y manos, saltó con todas sus fuerzas para tratar de alcanzarlos, pero un duende lo detuvo mientras desenvainaba su espada el portal inició a cerrarse, un golpe le cayó de sorpresa, mientras caía la voz decía.

• El plan esta completado, lo único que hace falta es terminar la semana –la voz era tenue y le parecía conocida, trato de levantar la cabeza, pero solo cerro los ojos lentamente mientras veía como se iban y se cerraba el portal.

Después de media hora un grupo de elfos que estaba por la zona vieron el cuerpo de Jul, que estaba en el suelo casi cubierto totalmente por la nieve.

Después de dos horas, Jul despertó en su cuarto, a su lado estaba recostada su esposa Nadia.

Se notaba que estaba muy exhausta a un lado estaba Jeff uno de sus compañeros más cercanos, cuando lo vio le pregunto.

• ¿Qué me pasó? –al levantarse sintió una punzada detrás de la cabeza.

Mientras Jeff lo tomaba de un brazo y le ayudaba a incorporarse le decía al oído en casi un murmullo que apenas y pudo escuchar.

• No estamos seguros de lo qué sucedió, pero al parecer ha vuelto, el mal al que tanto le tememos.
• Nos preparamos para esto desde hace cientos de años, es decir desde que lo enviamos a su prisión. –su expresión era muy severa y fría, su tono amable habitual se había ido su voz sonó ronca y apagada.

Jeff salió corriendo de la casa de Jul, mientras que Nadia le preparaba algo de comida. Después de unos minutos Jul también salió corriendo de su casa hacia el centro de Villa alba, cuando llego ya todo estaba listo para el ritual.

Cuando el hechizo fue lanzado parecía que el tiempo se había detenido por uno instantes Jul estaba fuera de aquel lugar pero miro como luces de colores salían disparados hacia el cielo que se tornó de un color azul, rojo y verde cuando entro en la sala estaban todos reunidos esperando a que alguien apareciera por el portal.

Pasaron varias horas, y algunos días, el portal desapareció de donde estaba y ninguno de ellos salió en su búsqueda.

Paso una semana sin que sucediera nada hasta que...

Se detectó una magia increíble, Jul salió con su grupo ya preparado para buscar, mientras otro equipo aun buscaba a Santa sin parar. Los senderos recorrieron y encontraron a los duendes rodeando a un grupo de tres caballeros, entonces Jeff miro al cielo y con una sonrisa y una voz muy baja comentó  -¡Son nuestros salvadores!

Jul miraba sin descanso ahora ya nada se le hacía confiable por muy bueno que parezca.