Joe sale de las alcantarillas que conectan tierras altas y tierras bajas, conoce muy la ciudad había ya recorrido la mitad de ella con sus padres y ahora que tenia que dar cuotas mas grandes por ser huérfano había adoptado una practica mayor.
Había llegado ya a un supermercado, siempre iba allí cuando los humanos todavía no comenzaban a trabajar era fácil sacar la comida de allí, comenzaba por las verduras siempre tomaba los vegetales y frutas que estaban a punto de descomponerse, de alguna manera lo hacia sentir bien, pues esa verdura seria desechada y no sería algo que algún empleado tendría que sacar, pensaba que era mejor así había menos seguridad anti ratones por lo tanto mas seguro, después seguía con las frituras, y al final un poco de pan.
-Escucha mi canción (canta mientras recolecta) del señor ratón,
tiene dos dientes, tienes una cola y un corazón,
canta y remarca el paso y avanza, el gran ratón... hey!..
Comienza a guardar lo que había recolectado afuera de la tienda cerca del basurero, nunca antes había sacado tanta comida, pensó que hacer solo un viaje era una locura, apenas y podía llevar un calabacín y una mazorca a salvo al orfanato, así que planeo hacer cinco viajes.
En el primero llevo un tomate, en el segundo una bolsa de papas, en el tercero medio pan, en el cuarto tomo un descanso cerca del basurero pues caminar todo el día lo había agotado, usualmente solo hacia un viaje y terminaba alas tres dela tarde que era cuando las campañas de la iglesia sonaban, nunca antes había llegado tan tarde, no sabia que hora era, solo sabia que estaba obscuro y aun no terminaba.
-Hey Pedro sacare la basura- dice un empleado dentro del supermercado.
-Me da igual viejo, solo si fumas, tira lejos la colilla.
Joe estaba a punto de ser aplastado junto con lo que le faltaba por llevar al orfanato, nunca pensó que tirarían la basura a esa hora, nunca pensó que tirarían la basura, fue el único error que cometió fue olvidar que los humanos tiran la basura a diario, ahora moriría aplastado, tuvo mucho miedo por un momento y después pensó que iría con sus papas, pero y ¿Will? que seria de el ahora que no había nadie que cuidaría de su hermano, tomo una decisión, luchar por su vida.
Comenzó a abrirse el basurero, y fue entonces cuando alzo su pequeño puño, estaba totalmente decidido a salir de allí, entonces ante la mirada de asombro del empleado empezó a pelear solo.
-No puede ser- dice entre risas el empleado -que te pasa amiguito con quien peleas, ¿acaso con una rata? – acerca su mano hacia Joe -tranquilo no quiero lastimarte -Joe lo golpea y este aprovecha para sostenerlo -te tengo, ¡no lo creo!, llevas un mini impermeable, mira lo lindo que te queda.
Joe no entendía lo que pasaba su corazón latía más que nunca.
-Amiguito, ¿tienes casa?, quieres venir conmigo- no podía responder al empleado por el miedo ¿no me digas que eres una amiguita? - ante lo dicho Joe mordió al empleado y frunció el ceño -auch, ya entendí eres un amiguito y uno muy lindo, te llevare a casa- guarda a Joe en su pantalón el cual tenía cierre.
-Pedro es hora de salir, tu cierras la caja- corre al escuchar a su compañero.
- ¡Es tu turno holgazán! - dice fastidiado -la próxima vez lo aras tú.
El empleado sale de la tienda y saca a Joe mientras caminan a su casa.
-Bien amiguito, ¿Cómo debería llamarte?, que te parece Will Smith- Joe lo ve feo -entiendo no te gusta, y Brat Pitt oye ese nombre realmente te dará personalidad- sigue el desagrado en su cara -no me veas así. No es como si tuvieras alguna opción, no puedes hablar.
-Yo puedo hablar- lo mira con horror el empleado -y mi nombre es Joe, que rosero eres.
-(rie) Estoy comenzando a alucinar, escuche que hablaste.
-Hable tonto, es muy grosero tu parte ignorarlo.
-No, no, no, yo en mi mente te he dado voz y nombre, así que te prohíbo volver a hablar, aunque solo sea mi mente.
-Le digo que no, yo estoy hablando.
-Entonces si estas hablando pruébalo- dice con miedo.
-Este bien, pero si lo compruebo tú me dejaras libre- dice enojado.
-Hey, ¿hola?, ¿me escuchan? – pero no había nadie en la calle solo ellos dos, así no podía probar que decía la verdad.
-Okey, eso solo prueba que estoy muy loco- vuelve a reír -no puedo creerlo un ratoncito muy respondón, te llevare a casa y te daré algo de queso.
-Yo odio el queso.
-Una prueba mas de que estoy alucinando, a los ratones les encanta el queso.
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navidad para todos, ratoncitos contra ratas, esperanza en la humanidad
Editado: 21.12.2018