Necisty

Libertad

Entre las profundidades del bosque entre un pozo profundo con cenizas y lodo sangriento que lo cubrían salían burbujas de aire, el lodo se removía de manera violenta desbordando las agua sucias del lugar. Se escuchaba el estruendo de huesos rompiéndose. De entre las aguas salió una mano femenina y delicada llena de sustancia lodo con tonalidad rojiza, buscando un agarre del mundo exterior la mano buscaba de que agarrarse. Se tomó de un parte de ramas, de entre las profundidades de la sustancia pegajosa logra sacar todo su cuerpo tomándose de lo que alguna vez fue un capullo. Era una mujer. Una bella mujer de cabello rojizo y ojos azules. Su respiración es agitada, tratando se capturar un poco de oxígeno para su cuerpo, expulsa de su boca todo lo que entro en sus estancia en el capullo.

Mira anonadada todo a su alrededor, esta extraña, no sabe dónde está, trata de salir del pozo con todas sus fuerzas, fallaba en cada intento su falta de fuerzas era evidente. Sin más remedio se arrastra del lodazal con todas las fuerzas que puede tener su débil cuerpo. Sale de él sintiendo como las ramas se incrustan en su cuerpo, se toma de un tronco sujetándolo con todas sus fuerzas y de poco a poco se pone de pie. Esta mareada y cansada, mira su cuerpo y nota como la sangre sigue fluyendo pero ahora por extraños símbolos incrustados de su piel. Miro a su alrededor y noto piedras formadas alrededor del lodazal, se detuvo fijamente y miro cada una acercándose a ellas. Eran las mismas pensó. Las mismas formas que estaban en su piel y las que estaban formadas con pequeñas piedras alrededor del capullo. Estaba asustada se alejó de ellos. Escucho el aullido de lobos cerca se tenía que ir sus instintos se lo decían.

Corriendo como pudo se alejó arrastrando sus pies, sentía el frio erizarle la piel, estaba desnuda en medio de la nada, ¿Qué me paso? Se preguntaba constantemente. No sabía a donde dirigirse estaba desorientada, estaba perdida en un lugar desconocido para ella. Noto como el viento removía su cabello y siguió esa dirección. Paso a paso sus heridas seguían sangrando, eran múltiples las heridas que tenía en su cuerpo y no sabía si podría sobrevivir sin morir por desangrado. A lo lejos en la oscuridad de la noche por el costado de su vista logro notar unas luces. Camino lo más rápido que pudo, hasta acercarse a la orilla de lo que parecía ser una carretera, por detrás de si podía oír los gruñidos de un ser acercarse a ella, nerviosa se paró delante de la luz que cada vez se acercaba más a ella. Era una patrulla de policía se detuvo en seco al verla parada en medio de la nada. Se preocupó de que  no se parase a tiempo y la atropellase pero no lo hizo, se detuvo a tiempo de que pasase cualquier percance.

Del auto salió un hombre alto y moreno que se dirigió a ella de manera enseguida ella retrocedió inmediatamente

-Tranquila, no te haremos daño-

Ella los miro dudosa por la forma en que se acercó a ella de manera rápida, no era tonta, ella estaba desnuda y aunque el fuese policía dudaba un poco de sus intenciones

No noto cuando una mujer de estatura mediana salía y apuntaba con un arma hacia detrás de los arbusto, giro su cabeza y noto como de los arbusto sobresalían las cabezas de lobos furiosos mostrando sus dientes.

-Alfonso es mejor entrar, vamos- sugirió la oficial

-Ven conmigo, toma- me ofreció una manta gris, la tome sin dudarlo y me dirigí hacia donde el me señalaba, la parte trasera del automóvil

Al entrar los oficiales entraron precavidamente sin soltar la mirada de los lobos que lentamente se acercaban al automóvil.

-Vámonos –dijo la mujer

El hombre asintió y piso a tope el acelerador, y yo estaba relajada, encontré ayuda y no tendría que estar más ahí afuera.

Eran las diez cuarenta y cinco de la mañana cuando la patrulla llego a la comisaria del poblado de Hotter, la mujer que iba en la parte trasera del automóvil no contestaba ninguna pregunta de la que la oficial Blake le preguntaba, iba sujetando con fuerza una manta que le habían dado para cubrir su desnudez, mirando fijamente a la nada.

Al llegar la sujetaron para caminar porque parecía que cada paso que daba le pesaba en el alma, metieron en una sala de interrogatorio y el oficial Alfonso se dirigió a ir por un botiquín, las heridas seguían sangrando y eran profundas.

La mente de la chica era confusa, no recordaba a nada ni nadie y ni siquiera recordaba él porque estaba de un lodazal lleno de sangre y lodo y cosas inimaginables.

“Da l'ùmbiri di a bughjura, per mezu di stu sacrifiziu, parleremu, mamma di i morti,  bogovima Iverzum………………………………………….. Nadamo se da će nam se ova ponuda vratiti da zauzmemo mesto koje  dintre ………………………………….Oslobodite se orlova i večnog života.”



#23069 en Fantasía
#4934 en Magia

En el texto hay: magos, dioses, brujas

Editado: 27.07.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.