Ni 1millón de Estrellas

Capítulo 5

No.

No puede ser.

 

Corriendo me acerqué hasta la bandera.

Toda sucia y llena de sangre.

Me iban a matar....seguro piensan que fui yo ya que la de allí arriba es mi chaqueta.

Intenté sacar los restos de la bandera y limpiarla con las manos. Por suerte solo estaba rota en tres pedazos, por lo que era fácil volver a restaurarla. El verdadero reto era la chaqueta.

Miré hacia arriba....y allí se encontraba. Ondeada por la suave brisa. 

Solo un poquito mas de viento y con suerte caería al suelo.

- Estúpido Julen.... - susurré

- ¡Ve a por ella rata!

- ¡Has roto la bandera! ¡Eres una deshonra!

- ¡Pobre y sucia rata!

En cuanto vea a ese estúpido de Zapajo, le voy a dar de hostias. Una no tiene cinturón negro en taekwondo por nada. Al fin le daré uso en la vida real.

Intenté escalar el poste, pero mis manos, manchadas por la sangre, se resbalaban una y otra vez haciéndome caer varias veces. 

Lo que mas me estaba irritando es que la gente que me rodeaba no paraba de reírse. ¡Me estaban sacando de quicio!

Visualicé el lugar en busca de algo que pudiera llevarme mas alto.

Un árbol. Perfecto.

Este estaba justo al lado del poste, por lo que me levantaría un par mas de metros. Solo necesitaba algo alargado para poder alcanzar el metro y medio restante. 

¡La conserje!

Rápidamente fui hasta ella.

- ¡Por favor, déjeme una de sus escobas! - dije apresuradamente.

Ella se asustó al verme con esas pintas....normal, manos y puños de la ropa con sangre, toda despeinada y con restos de tierra de caer una y otra vez.

- ¿Q...que pa

- No hay tiempo, luego le explico.

Sin saber muy bien lo que ocurría, ella me dio su escoba.

- ¡Gracias!

Corriendo volví al lugar entre las estúpidas risas de los demás.

Me subí al árbol escalándolo con dificultad ya que el uniforme me impedía moverme con libertad. Poco a poco me fui abriendo paso entre las ramas y las hojas. Pero un movimiento en falso hizo que resbalara y comenzara a caer.

Reaccioné rápidamente y me agarré a una de las ramas mas grandes, aunque fue inevitable arañar mi antebrazo derecho.

-Aish.... - me quejé cuando pude agarrarme.

Me impulsé y volví a subir. La gente seguía haciendo escándalo, riendo y gritando....les lanzaba el cepillo desde aquí a ver si con suerte le daba a uno de ellos en el ojo.

Sin mas espera, seguí avanzando hasta que por fin llegué a lo más alto posible. Desde ahí levanté la escoba haciéndola lo mas larga posible y empecé a impulsarme dando pequeños saltitos. 

El extremo de la escoba casi rozaba la chaqueta. Solo un poco mas y ya será mía. 

- Vamos.... - dije para mí misma.

Entonces, lo conseguí. Le di a la chaqueta y esta cayó.

- ¡SI!

Bajé lo mas rápido que pude y cuando llegué al suelo, bendito suelo, vi que la chaqueta estaba sobre la cabeza de alguien.

- ¡Ja! ¡Canasta! - dije orgullosa - Que suerte haberle dado a uno de vosotros, ¿no os hacia tanta gracia? ¡Reiros aho....

Cuando yo levanté la chaqueta y vi la cara de esa persona, la volví a bajar colocándola sobre su cabeza.

Poco a poco y con pequeños pasos intenté escapar.

- ¡A MI DESPACHO! - gritó el director quitándose la prenda de la cabeza y señalándome con el dedo.

Sin nada mas que poder hacer, retrocedí, y fui tras el con la cabeza agachada.

 

 

- ¡Esto es una deshonra para nuestra universidad! ¿¡Donde te crees que estás!? ¡ESTO NO ES TU BARRIO! ¡Aquí hay normas!

- Pero yo no....

- ¡Ni se te ocurra rechistar, PORQUE TE QUITAMOS LA BECA!

Tss....si beca....

- ¡Romper la bandera y llenarla de roedores muertos....¿¡ESTÁS BIEN DE LA CABEZA!? ¡ES DE COMPLETO PSICÓPATA! Si fuera por mi....UUUUUUY SI FUERA POR MI, ESTABAS EN LA CALLE AHORA MISMO.

- L....lo siento mucho, no volverá a pasar - era lo único que podía decir....al parecer el director no me dejará decir otra cosa.

Entiendo su enfado....es horrible lo que ha pasado....pero no puede gritarme sin saber quien a sido el culpable. Pero claro....soy la pobre, la rara y la "única" que traería problemas, ya que "sus niños" son muy buenos....estúpidos ricos.

Me encontraba sentada en el suelo del pasillo que daba a mi clase con la chaqueta en mis manos. Tras salir del despacho del director, fui al baño para lavar mis manos y ropa, pero era muy difícil de quitar y ahora tenía la camisa sucia, mojada y manchada.

Me remangué la manga para ocultar las manchas que habían. Al menos, de esta forma, se disimularían mejor.

Conforme mas pensaba en las palabras que me había dicho el director y lo que había sucedido, mas me enfadaba. No pensaba dejar esto así.

Fui en buscar del Mierda Evans.

- ¿Sabes donde está Julen? - le pregunté a una de las chicas que pasaba por mi lado, que casualmente nunca había visto hasta ahora.



#4753 en Novela romántica
#320 en Joven Adulto

En el texto hay: adolescentes, drama, amor

Editado: 18.11.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.