— No tienen pinta de isleños — Lemo miró los machetes que tenían en las manos y su manera de vigilar a todos lados.
— ¡Deben ser...! — la mujer se tapó la boca, recordaba de su infancia a tipos así, había que temerles, se volteó con miedo a Lemo.
— Justamente, contrabandistas, mejor que no nos vean — susurró el mayor.
— ¿Por qué habrán venido?
— Mira el cielo — el hombre mayor apuntó hacia arriba — pronto habrá una tormenta, seguro se quedarán hasta que todo esté tranquilo, el clima cambia muy rápido en este lugar, no vale la pena arriesgarse en el agua.
Estaban en eso cuando atrás de ellos aparecieron el viejo y Broly.
— Hijo, debemos matarlos y tomar sus naves.
— Esta loco, son muchos, ni el grandote podría contra todos — reclamó en un susurro Cheelai.
— Entonces ayúdennos, nadie extrañará a esos tipos, son unos bandidos.
— No, mejor esperar otra oportunidad, no debemos arriesgarnos.
— Si seguimos aquí nadie nos encontrará, hijo vamos.
Los dos se tiraron a luchar con los recién llegados para pasar a los botes, justamente en ese momento empezó a caer una lluvia muy fina.
— ¿Qué haremos Cheelai? ¡¡Cheelai!!
Ella, al ver que iban a enterrarle un cuchillo a Broly en la espalda, tomó una rama gruesa y golpeó al que se le había acercado al muchacho para matarlo.
— Espérame — Lemo se acercó a donde estaban peleando, y comenzó a dar puñetazos y patadas — ya no estoy en edad para esto.
Paragus logró deshacerse de los dos adversarios que lo atacaron, miró a donde su hijo estaba luchando contra 4 de los recién llegados, incluso la mujer y el hombre que cayeron con ellos por la borda trataban de ayudar, pero ni con ellos podrían ganar, había subestimado la fuerza de los contrabandistas, así que decidió llevarse una nave, en un segundo corrió y con una de ellas se hizo a la mar, si lograba escapar traería ayuda se dijo el anciano para aliviar su conciencia, en el fondo sabía que sin su apoyo lo más seguro era que su hijo y los demás morirían en ese momento.
— Viejo cobarde — gritó Cheelai al verlo echarse a la mar.
— Padre, no se vaya.
— Iré a buscar ayuda hijo, resiste.
Pero justo en ese momento la suave lluvia tropical se convirtió en una tormenta que azotaba los árboles.
— Viejo loco, vuelva, es peligroso — le gritó la muchacha, a pesar de todo no quería que le pasara nada malo por miedo a como lo pudiera tomar Broly.
Pero el hombre ya no podía hacer nada, era como una cascara en una batidora, no tenía control de nada, hasta que una ola gigantesca pareció engullirlo.
— PADRE... SAQUESE EL CINTURÓN.
Por más que Paragus trató de nadar, a los minutos ya no se le vio más en la superficie.
— NO... PADRE... — Broly desató su furia contra los bandidos, pero ni así podría contra ellos.
— Lemo, ayúdame, debemos irnos. Grandote síguenos.
— Padre... — no dejaba de mirar al mar.
— Broly, él murió tratando de conseguir ayuda para salvarte, no dejes que su sacrificio sea en vano — mintió descaradamente la mujer, pero sabía que era la única manera de salvar al muchacho.
— Padre — el joven se limpió los ojos de las lágrimas que habían salido, tomó a la muchacha y Lemo bajo sus brazos, corrió y saltó por la selva hasta que pudieron considerarse a salvo, entonces soltó a los que salvó, y se sentó.
— Padre... — era lo único que decía el gigante, en medio de su llanto desconsolado, pero silencioso.
— No sé porque no le dices la verdad Cheelai, así sabrá quién fue ese viejo.
— Él quiere a su padre, no tiene a nadie más... no deseo romper su ilusión — fue donde Broly y se paró a su lado, él la vio, y se abrazó a su cintura, lloró como un niño, unas horas después se había dormido con su cabeza en el regazo de la jovencita.
— ¿Qué haremos si esos tipos andan por aquí todavía? — le preguntó Lemo.
— Por ahora debemos mantenernos lo más lejos que podamos de ellos, seguramente se irán apenas puedan — miró a Broly que dormía intranquilo — todavía cree que su padre iba a salvarlo, es tan inocente.
Efectivamente apenas pasó la tormenta, los hombres subieron a sus naves y se hicieron a la mar, a la mañana siguiente encontraron el cuerpo de Paragus en la orilla de la playa, llevaba un cinturón que le quitó su hijo.
Broly tomó el cuerpo en silencio, lo llevó a un sector despejado de la isla, atrás iban el hombre mayor y la mujer, con mucho respeto, allí lo enterraron, luego su hijo puso piedras sobre el lugar para que los animales no lo sacarán y se lo comieran, al final se puso el cinturón bajo la piel que le cubría la cintura. Por un tiempo estuvo muy deprimido, pero la vida siguió, y al creer que su padre había muerto por ayudarlo, le dio algo de tranquilidad.
— Debo volver a la montaña para mantener la señal con la hoguera.
— Mejor la pondremos en este sector de la playa, ven a vivir con nosotros grandote, no te quedes en ese lugar solo, te hará mal ¿Te has sentido bien ahora con nosotros?
— Sí.
— Quédate, por favor.
Así fue como empezó a vivir con los otros dos, pasaban tranquilos, buscaban comida y se cuidaban entre los tres.
— Mira, un pez — dijo la mujer, se tiró al agua, lo pudo tomar, pero quedó con la cola para arriba, golpeó a la del pelo blanco en la cara, que lo soltó inmediatamente — maldito desgraciado, si nos rescatan ahora no podre seguir filmando — se tocó la mejilla roja.
— Ja ja ja.
— Ríe grandote, como a ti no te duele.
Él le tomó la cara con su mano, con agua fría del mar.
— ¿Estas mejor?
— Sí.
— Te gusta ser actriz por lo que veo.
— Me da igual que trabajo sea, solo quiero ganar mucho dinero, no quiero volver a pasar hambre como cuando era pequeña.
— ¿Tu padre no te daba comida? — apuntó a Lemo.
— No es mi verdadero padre, me críe en un orfanatorio, cuando tenía 10 años huí de allí, en la calle lo conocí, era un vagabundo como yo, que me protegió y me trató bien, así que cuando pude... empezar a trabajar dije que era mi padre, él me ha protegido siempre. Cuando entre al cine, fue normal que fuera mi manager, es el único en quien confió totalmente.