La noche caía lentamente sobre la ciudad. Los últimos empleados salían de los edificios para dirigirse a sus casas. Cerca del lago, una mujer paseaba de un lado a otro del camino. Era una mujer de unos 27 años, morena con los ojos verdes. De repente paro en seco y miro a la lejanía. Un joven con el pelo violeta recogido en una coleta, se acercaba. Llamaba la atención por sus ojos dorados y su gran atractivo.
- Sabia que pasarías por aquí, Shido – dijo la muchacha cuando este se paro a su lado.
- ¿Qué es lo que quieres Yayoi? – pregunto él – ya te dije que no me interesaba la propuesta.
- No vengo a pedirte que te unas al N.O.S – respondió ella sonriendo – vi lo que hiciste ayer con esa muchacha. ¿Dónde la llevaste? Estoy segura de que aun no la has mordido.
- No, no la he mordido – Shido se sentó en el banco – tengo escrúpulos y sentimientos.
- Un vampiro con escrúpulos y sentimientos humanos – Yayoi volvió a sonreír y se sentó al lado de el - ¿de qué te vas a alimentar?
- No lo sé – fue la única respuesta que recibió de Shido.
- Quizás... – Yayoi se hizo un corte en el brazo y lo extendió hacia Shido mientras goteaba sangre – pueda ser yo tu fuente de alimento.
- ¡Estas loca! – Shido intento taparle la herida - ¿Por qué lo haces?
- Un Bleed mato a mi hermana y a mi familia...
- ¿Por venganza? – pregunto Shido estudiándola con la mirada
- No – respondió ella sonriendo – hay algo que me indica que estoy haciendo lo correcto, quiero acabar con los Bleed. ¿Vas a beber o moriré desangrada?
- No puedo convertirte en vampiro Yayoi – fue la respuesta de Shido.
- Lo entiendo, se que no quieres, pero no te pido que lo hagas. Solo quiero ser la que te alimenta, si lo hacemos de este modo evitaremos que muera mas gente inocente. No conocemos desde hace tiempo Shido, no voy a desvelar tu secreto. ¿Lo hacemos?
- Visto de ese modo... – Shido mordió suave y elegantemente la muñeca de Yayoi. Cuando estuvo lo suficientemente lleno se aparto y puso un pañuelo en la muñeca – Te sentirás un poco mareada al principio, es normal. Ahora te desmayaras, pero tranquila te llevare al despacho, donde podrás descansar. Tu serás mis ojos durante el día.
- Gracias por comprenderlo, Shido.... – Yayoi se desmayo en sus brazos.
- Las tinieblas desaparecerán pronto y tengo un Bleed que cazar – dijo Shido caminando por el parque con ella en brazos.
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Yayoi se despertó en el sofá de un despacho oscuro y con pocos muebles. Todavía era de noche, pero no tardaría mucho en amanecer. Quizás había estado inconsciente una o dos horas, no estaba segura. Las marcas del brazo estabas ya curadas, no se notaban. ¿Había sido Shido?
Se levanto y vio en el sofá de al lado una maleta de estudiante. No era de Shido, ¿de quien podría ser?. Escucho un ruido procedente de una pequeña habitación anexionada al despacho. Hasta ahora no se había dado cuenta que la luz de esa estancia estaba encendida. Se acerco lentamente, asegurándose de que si había algún peligro, podría evitarlo.
Al asomarse vio a la muchacha de la noche anterior, la que Shido salvo. Era alta, de pelo castaño y unos hermosos ojos azul claro. Tenía menos edad que ella, quizás unos 19 o 20 años. ¿Qué es lo que Shido había visto en ella?. Shido investigaba una muerte misteriosa. El cadáver se levanto y comenzó a andar, ante el asombro de todos. Yayoi estaba segura de que era un Bleed. Shido se ofreció a ayudarme con ese trabajo. Decía que sabía como encontrarlo. La noche en al que íbamos a atraparlo, el Bleed cogió a esa chica como rehén. Shido acabo rápidamente con el Bleed, pero se llevo a la chica antes de que pudiéramos decir nada. ¿Por qué?, ¿Qué estaba pasando?
El sonido de platos rotos la saco de sus pensamientos, la joven la miraba entre asustada y sorprendida, cayo al suelo resbalando por la pared, y respiro aliviada.
- Me habías asustado – se puso de pie y sonrió.
- Perdóname – Yayoi se acerco y recogió los trozos del plato – no era mi intención...
- No pasa nada – la joven cogió la escoba – Shido me dijo que te recuperarías pronto y que te hiciera algo de comer, que seguro que tenias hambre. Ah!, perdona. No me he presentado. Me llamo Liho, Liho Yamazaki.
- Yo soy Yayoi Matsunaga – respondió esta sentándose en una silla - ¿por qué sigues aquí? ¿por qué no volviste a casa?
- Bueno, Shido es una persona amable y simpática – Liho cogió otro plato y lo lleno de comida – me ha tratado muy bien y me dijo si quería quedarme a ayudarle con la limpieza del despacho. Yo le dije que si en señal de agradecimiento. Me libero de las garras de ese Bleed...
- Entiendo – Yayoi la miro sorprendida - ¿sabes lo que es un Bleed?
- Shido me lo explico – Liho le puso el plato en la mesa – un Bleed es un demonio que se apodera del cuerpo de las personas que venden su alma a Satanás. Les concede los deseos que ellos quieran, pero el precio a pagar es comerse al resto de los seres humanos.
Editado: 07.04.2019