Shido despertó aun cansado. Se encontraba en su habitación. ¿Cómo había llegado hasta allí?. recordó que Liho se quedo dormida en el pozo, mientras le contaba la historia. Al cabo de un rato escucho la voz de Yayoi arriba y levanto la cabeza, allí estaba ella. Shido suspiro aliviado y se desmayo. Ahora ya lo recordaba, ella los saco de allí.
Se levanto y abrió la puerta que daba al despacho. Le llego el olor del café recién echo y un suave aroma que no pudo reconocer. Se acerco a la cocina, Liho estaba fregando los platos de la cena y Yayoi jugueteaba con una servilleta mientras esperaba que le sirvieran el café. Shido cogió una taza y la cafetera. Vertió un poco de su contenido en la taza y se la ofreció a Yayoi, quien sonrió agradecida.
- Por fin has despertado – dijo esta – creí que no lo harías nunca.
- ¿Cuánto tiempo he...? – pregunto Shido.
- Dos días – respondió Liho sin darse la vuelta para mirarlo – pero no te preocupes, no ha pasado nada en tu ausencia.
- Entonces hay motivos para preocuparse.
- Te hemos tenido que dar sangre en una taza – Yayoi sonría al recordar – estabas tan profundamente dormido y hambriento, que era imposible despertarte y tu no podías ni moverte.
- Lo siento mucho, os agradezco todo lo que habéis echo por mi – Shido miro a Yayoi resignado – pero no debes reírte de mi.
- No ha sido nada – Yayoi le guiño un ojo – encantada de ser útil.
- Bueno , ya he terminado – Liho se seco las manos y se soltó el pelo que cayo por su espalda – si me disculpáis voy a dar una vuelta por ahí. Si necesitáis algo, me estoy cambiando.
- Ten cuidado – dijo Yayoi tomándose el café
- Si, tranquila, estaré bien.
- La muerte de su amigo Ryo le ha afectado – dijo Yayoi cuando Liho cerro la puerta – no quiere demostrarlo, pero no se encuentra bien. Con esta son tres las muertes que presencia. Primero la de sus dos padres y ahora la de un amigo. Eso acaba con cualquiera.
- No he notado nada – respondió Shido - ¿estas segura?
- Yo pase por la misma situación hace tiempo, ¿ recuerdas? – Yayoi dejo la taza en el fregadero y se apoyo en el – claro, que yo no pude contener las lagrimas. Ella es fuerte pero todavía es muy joven. Esto no le hará bien.
- Tu también eras joven – Shido miro al vacía – solo tenias dos años mas que ella.
- El instinto femenino nunca se equivoca – replico Yayoi abriendo la puerta – bueno, me voy. Tengo mucho trabajo que hacer. Por tu culpa me quede sin día libre, aunque no me importa. Eres tan guapo que no seria capaz de abandonarte.
"Tienes una hermosura muy pura y, eso te hace cruel. Es por eso que los humanos se acercan a ti". Esas palabras de Caín volvieron a su mente. Quizás debería alejarse, pero no podía. Algo lo mantenía hay. " La muerte es un proceso por el que todos debemos pasar". Eso se lo dijo el sacerdote hace tiempo, pero el no pasaría por eso. ¿Era lo que estaba buscando?, ¿lo que deseaba desde hacia tiempo?. Oyó la puerta que se abría y corrió hacia allí. Liho iba a marcharse.
- Liho – la llamo Shido – yo quería decirte que lo siento. Era amigo tuyo, ¿verdad?
- Me había invitado a ir a verlo entrenar, en un principio no iba a quedar con el, pero unas amigas insistieron y acepte. Pienso, que si no lo hubiera conocido ahora no....
- No digas eso – Shido se apoyo en la pared de al lado de la puerta y la cerro – no tienes la culpa de nada. El único culpable soy yo y lo siento mucho.
- El Bleed dijo que todavía no había podido controlar el cuerpo de Ryo por completo y que por esa razón no me mato, por lo que el sentía. ¿Pudiste haberlo salvado?
- No estoy seguro – Shido cruzo las brazos y bajo la mirada – el Bleed controlaba su cuerpo, el ya no....
- Shido – Liho lo miro severa y triste a la vez – controlaba su cuerpo, pero el aun me recordaba.
- Ese no era Ryo. La única forma que hubiera tenido para salvarlo era dándole mi sangre. tendría que matar su cuerpo y darle uno nuevo de vampiro.
- Pero Ryo no estaba muerto del todo, pues aun me recordaba – Liho volvió a abrir la puerta – si había una solución, debiste haberla aplicado. Me voy.
- ¿A dónde vas? – pregunto Shido indiferente – es peligroso salir.
- Creo que en estos momentos es mas peligroso estar cerca de ti – Liho salió fuera y dijo – eres como todos los e tu especie.
- Liho – Shido le sujeto el brazo – era su vida o la tuya.
- Adiós Shido – Liho se soltó y se alejo.
Shido no se movió de donde estaba. Otra vez había conseguido que se enfadaran. Ella no querría verlo en uno o dos días. ¿Qué es lo que estaba haciendo mal?. Miro a la cocina, todavía estaba el olor a café recién preparado. recordó el pozo, cuando la abrazo una cálida sensación recorrió todo su cuerpo. Su corazón latía con mas fuerza. volvió a sentir que estaba vivo. ¿habría sido por el hambre, ¿o quizás su instinto de vampiro?. No, era algo mucho mas que eso. sentía que quería protegerla y mantenerla siempre a su lado. ¿Pudo haber salvado a ese muchacho?. Era la vida de Liho y la suya. Tampoco quería dar su sangre a nadie. recordó que una vez, había matado a toda una casa señorial europea y cuando se dio cuenta de lo ocurrido, solo quedaba una niña. Aterrado por lo que había echo intento reparar el mal y la convirtió en vampiro. Un día por la mañana la niña le pregunto donde estaba su madre y Shido le dijo que estaba en el cielo. Que un hombre horrible se la llevo. La niña se puso a llorar y dijo que quería ir con ella, así que sin pensarlo dos veces, la joven vampiresa se lanzo a la luz solar y murió para reunirse con su madre. Shido no quería hacer infeliz a nadie mas y se juro a si mismo que nunca mas convertiría a nadie en vampiro.
Editado: 07.04.2019